En este capítulo, el autor trata sobre la "teoría de la cabeza", presentando diez de sus características. El propósito de esta hipótesis es proponer, "bíblicamente", la sujeción de la mujer al varón como un plan divino y eterno.
El problema, sin embargo, es que estas diez características no tienen apoyo bíblico. En realidad, el único interés que tienen los que sugieren esta postura, es mostrar una supuesta superioridad del varón y una supuesta inferioridad de la mujer.
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Capítulo Dos:
¿Qué es el principio de la cabeza?
Las
bases del «principio de la cabeza» moderno son dos textos bíblicos escritos por
el apóstol Pablo. Esos textos son, por supuesto, nada nuevos. Pablo dice a los
cristianos en dos ciudades en Asia Menor que el hombre es cabeza de la mujer.
En 1 Corintios 11:3, escribe: «Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza
de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de
Cristo». Y en Efesios 5:21-25 escribe a los cristianos que deberían de
«someterse unos a otros» e ilustra esto después diciendo a las mujeres que se
«sometan a sus esposos, como al Señor. Porque el esposo es cabeza de su esposa,
así como Cristo es cabeza y salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo».
Pablo pone todo en balance cuando escribe: «Esposos, amen a sus esposas, así
como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella».
Esos
textos siempre han estado en el Nuevo Testamento. Pero, ¿qué quieren decir?
¿Cómo se debe de aplicar que el hombre, o el esposo, sea la cabeza? El
«principio de la cabeza» moderno es una de las respuestas posibles a esas
preguntas.
Los
Adventistas del Séptimo Día, como otros cristianos, nunca han dicho mucho
acerca de esos textos relacionados con el hombre como cabeza. Según el índice
en línea, Elena White, quien escribió sobre la Biblia durante más de 70 años,
nunca citó la declaración de Pablo en 1 Corintios 11:3 que «el varón es cabeza de
la mujer».[1] El punto
de Pablo en 1 Corintios 11 era que las mujeres no deberían de cortarse el
cabello y deberían de cubrirse la cabeza en la iglesia. Como muchos cristianos,
la mayoría de los adventistas han creído que el pelo largo y cubrirse la cabeza
era un requisito cultural local en los días de Pablo, pero no en los nuestros.
Cuando esos asuntos culturales desaparecieron, el argumento de Pablo acerca de
la cabeza quedó huérfano —un argumento sin ninguna aplicación aparente.
El
consejo de Pablo a los efesios, que todos los cristianos, especialmente los
esposos y esposas, se han de someter unos a otros en amor, generalmente no ha
sido controversial. Elena White, cofundadora de la Iglesia Adventista, ha
tenido mucho que decir acerca de las relaciones entre esposos y esposas,
mencionó ese texto 14 veces, casi siempre afirmado que el esposo es el líder o cabeza
de la familia, pero urgiendo el amor mutuo, el respeto mutuo, el apoyo mutuo y
la sumisión mutua de esposos y esposas.
En
1957, el SDA Bible Commentary tomó el
mismo enfoque al comentar sobre Efesios 5:
«La prueba
suprema del amor es si se está preparado para pasar por alto la felicidad para
que la otra persona la pueda tener. En respecto a esto, el esposo ha de imitar
a Cristo, haciendo a un lado sus placeres y comodidades personales para obtener
la felicidad de su esposa, permaneciendo a su lado en la hora de enfermedad.
Cristo se dio a sí mismo por la iglesia porque estaba en una situación
desesperante; lo hizo para salvarla. De la misma forma el esposo se dará a sí
mismo para la salvación de su esposa, ministrando a sus necesidades
espirituales como lo haría ella, en amor mutuo».[2]
A
pesar de que los hombres dominaron tanto a la sociedad como a la iglesia por
miles de años, las declaraciones del hombre como la cabeza, hechas por Pablo,
no fueron desarrolladas como una doctrina hasta finales del siglo XX.
Durante
los 70 y 80, en Norteamérica, varios teólogos evangélicos (también conocidos
como teólogos reformados), desarrollaron un minucioso sistema de patriarcado
que organiza casi todas las relaciones humanas bajo la autoridad y la sumisión
—al que llamaron «principio de la cabeza». El movimiento de la cabeza moderno
es más común en el lugar donde se desarrolló — entre las iglesias calvinistas.
Como el mismo calvinismo, se encuentra mayormente en las iglesias
presbiterianas y algunas iglesias bautistas del sur. Fuera de la Iglesia
Adventista el movimiento de la cabeza se identifica estrechamente con el
movimiento americano cristiano de educación en el hogar.[3] Las
páginas de Internet adventistas que venden materiales para educación en el
hogar con frecuencia venden material promoviendo la teología de la cabeza.[4]
Si
bien es cierto ninguna autoridad controla la teología de la cabeza, el Concilio
de Hombría y Femineidad Bíblica (CBMW), una organización calvinista basada en
Wheaton, Illinois, y cofundada por Wayne Grudem y John Piper, es la
organización más conocida e influyente que desarrolla y promueve la teología de
la cabeza.[5] El
documento más acreditado del movimiento de la cabeza se encuentra en la
Declaración de Danvers, elaborado por CBMW en 1987.[6]
La
creencia que el esposo es la cabeza de la familia, por sí misma, no es el
«principio de la cabeza» moderno —que incluye varios otros elementos
adicionales. Si bien es cierto, no todos los que aceptan la teología de la
cabeza están de acuerdo con cada punto teológico y muchos no están de acuerdo
con algunos de los puntos que aparecen a continuación, las siguientes características
de la teología de la cabeza son comunes entre tanto los proponentes calvinistas
como adventistas.
(1) La creencia que Adán fue
establecido como cabeza en su matrimonio por Dios antes de la caída, no como
resultado del pecado, y que Dios creó a Eva para que sirviera a Adán.[7]
(2) La creencia que Cristo está en
eterna sumisión voluntaria a Dios el Padre, aunque es Dios en su plenitud.[8]
(3) La creencia que el pecado de Eva
no era tanto el tratar de llegar a ser como Dios sino tratar de escapar su
papel de «ayuda» subordinada y llegar a ser como Adán.[9]
(4) La creencia que el pecado
principal de Adán consistió en no ejercer autoridad y liderazgo sobre Eva,
dejando que lo guiara, contrario a los papeles que creen fueron asignados por
Dios.[10]
(5) La creencia que la reforma de los
últimos días requiere que sean restaurados los papeles originales antes del
pecado, con los hombres aprendiendo a ser «cabezas santificadas» (el papel que
Adán falló en ejercer) y las mujeres aprendiendo a ser «santificadamente
sometidas» (el papel rechazado por Eva).[11] (En
contraste a esto, quienes creen que la autoridad de Adán sobre Eva era el
resultado del pecado, generalmente creen que el reavivamiento y la reforma
deberían de incluir la restauración de la igualdad prior al pecado).
(6) La creencia que la iglesia es una
extensión de la familia y que los pastores y los administradores de la iglesia
tienen autoridad sobre los miembros, siendo por lo tanto un pecado para las
mujeres servir como pastores, ancianas, maestras con autoridad y líderes denominacionales.[12]
(7) Lenguaje polarizador. Quienes
apoyan la teología de la cabeza casi siempre expresan sus ideas de forma que no
permiten ninguna otra creencia o práctica.[13] Hablan
de hombría bíblica, femineidad bíblica, estructura familiar bíblica, cabeza
bíblica, autoridad bíblica, sumisión bíblica, métodos de disciplina infantil
bíblica, etc. Cualquier relación de esposos y esposas que no esté edificada
sobre la autoridad de la sumisión de la mujer es, por definición, no bíblica.
No es bíblico que las mujeres enseñen a los hombres adultos. La única
alternativa bíblica a la sumisión es rebelión. La única alternativa a la
teología de la cabeza bíblica es el feminismo, que asocian con liberalismo,
secularismo y homosexualidad.
(8) Una afición entre los eruditos de
la teología de la cabeza por la palabra «antológica», una palabra griega usada
para describir la verdadera naturaleza de algo.[14] Los
proponentes de la teología de la cabeza argumentan que la enseñanza que Cristo
es eterno y voluntariamente subordinado a Dios el Padre no es una herejía
porque Cristo, a su ver, es antológicamente igual al Padre. La creencia que Eva
fue creada subordinada a Adán es bíblica porque fue creada antológicamente
igual a Adán. La declaración de Pablo que los judíos y los gentiles, los
hombres y las mujeres, los esclavos y los libres son todos uno en Cristo es
solamente antológicamente (y soteriológicamente) cierta: las mujeres todavía no
pueden ser líderes en la iglesia porque eso las tornaría en autoridades sobre
los hombres. (La esclavitud, de acuerdo con muchos proponentes de la teología
de la cabeza, no es contraria a la enseñanza cristiana, siempre que los
esclavos sean reconocidos como antológicamente iguales a sus dueños y siempre
que sus dueños los traten de acuerdo con las instrucciones bíblicas para las
relaciones entre esclavos y amos).[15]
(9) La creencia que Dios requiere que
las mujeres sean quitadas de sus puestos de liderazgo en las iglesias y la
creencia que la gente que no acepta esos cambios están en rebelión contra Dios.[16] Los
críticos de esta enseñanza, en las iglesias y seminarios calvinistas, con
frecuencia señalan que la introducción de la teología de la cabeza ha causado
división en muchas congregaciones y en varias denominaciones en los Estados
Unidos.[17]
(10) La creencia que es incorrecto
aceptar a mujeres en cursos de entrenamiento ministerial y después negarles un
puesto. Los colegios y seminarios religiosos deberían de crear programas de entrenamiento
distintos para entrenar a las mujeres en papeles apropiados para ellas.[18] Cuando,
por ejemplo, la Southern Baptist Convention adoptó formalmente la Declaración
de Danvers, varios seminarios bautistas fueron reorganizados dramáticamente,
resultando en la pérdida de muchos profesores.[19]
El propósito de este documento no es examinar si la Biblia apoya la doctrina de la cabeza ya que hay varios estudios al respecto disponibles.[20]
El propósito de este documento no es examinar si la Biblia apoya la doctrina de la cabeza ya que hay varios estudios al respecto disponibles.[20]
[1]http://egwwritings.org(Click “Search” y “Scriptural Index”).
[2]Seventh-day
Adventist Bible Commentary, Review and Herald Publishing
Association, 1957. Vol. 6, p. 1035.
[3]Por ejemplo,
uno de los teólogos de ese movimiento más controversiales, el ministro presbiteriano
R. J. Rushdoony, ganó una gran parte de su salario como un testigo experto en casos
de apoyo a la educación en el hogar; Bill Gothard dirigió su organización casi completamente
basado en seminarios sobre la cabeza y material de entrenamiento y equipo para educación
en el hogar y el Concilio de Hombría y Femineidad Bíblica, el centro de la
teología calvinista de la cabeza, es una fuente principal de material para la
educación en el hogar.
[4]Algunas
páginas del Internet adventistas que venden productos para educación en el
hogar, como orionpublishing.org, ofrecen libros que promueven al hombre como
cabeza y en contra de las mujeres en el ministerio, eso pareciera deberse a que
la mayoría de los adventistas educados en casa son conservadores, no porque el
movimiento adventista de educación en el hogar esté basado en la teología de la
cabeza.
[5]http://cbmw.org
[6]http://cbmw.org/core-beliefs
[7]Danvers
Statement, Affirmation No. 3; and, e.g., Gerhard Pfandl with Daniel Bediako,
Steven Bohr, Laurel and Gerard Damsteegt, Jerry Moon, Paul Ratsara, Ed
Reynolds, Ingo Sorke, and Clinton Wahlen, “Evaluation of Egalitarian Papers,”
TOSC, p. 4: “God appointed Adam as leader in the Garden of Eden before creating
the woman”.
[8]La mayoría de
los proponentes adventistas de la teología de la cabeza afirman que Cristo se somete
voluntariamente a Dios el Padre. Algunos también tienen claro que este es un
papel distintivo eterno. Edwin Reynolds, por ejemplo, en “Biblical Hermeneutics
and Headship in First Corinthians”, TOSC, p. 23, señala: «Su [sumisión
voluntaria] es característica del papel de la relación entre Cristo y su Padre
que se extiende desde la eternidad más allá de la eternidad futura».
[9]John W. Peters
en “Restoration of the Image of God: Headship and Submission”, TOSC, p. 17, señala:
«La esperanza de Eva de ser como Dios no era la “esfera superior” que procuraba
alcanzar, ni la esfera superior que las Evas modernas desean alcanzar. El
contexto sugiere que las Evas modernas esperan entrar en una esfera más elevada
al tratar de estar por encima de sus puestos originales, al lado de su marido».
[10]Peters, p. 19,
dice: «Al decidir tomar el fruto de Eva y comerlo, Adán renunció a su papel como
cabeza. Transfiriendo de hecho su papel como cabeza a su esposa y consumando
así el cambio de los papeles entre Adán y Eva».
[11]Edwin Reynols
y Clinton Whalen, en «Minority Report», p. 200 informe de NAD TOSC, con aprobación
citan al teólogo calvinista Raymond C. Ortland, Jr.: «La redención cristiana no
redefine la creación; la restaura para que las esposas aprendan sumisión
santificada y los esposos aprendan a ser cabezas santificadas». De «Male-Female
Equality and Male Headship», un capítulo en Recovering Biblical Manhood y
Womanhood: A Response to Evangelical Feminism, editado por John Piper y Wayne
Grudem; Wheaton, Ill.: Crossway, 2006.
[12]C. Raymond
Holmes, por ejemplo, en «Women in Ministry, What Should We Do Now», TOSC, 2014,
p. 12, indica: «Mientras que el papel de la mujer en el ministerio es singular
y “esencial”, es diferente en función que la del hombre en que no incluye el
oficio de cabeza y la responsabilidad supervisora del anciano [de iglesia]».
[13]Holmes, p. 10,
indica: «Cualquier solución que ignore el principio bíblico de la cabeza… es simplemente
insostenible».
[14]Por ejemplo,
ver Paul Ratsara and Daniel K. Bediako, «Man and Woman in Genesis 1-3: Ontological
Equality and Role Differentiation» (documento presentado a TOSC, July 22-24, 2013).
[15]Por ejemplo,
ver P. Gerard Damsteegt, Edwin Reynolds, Gerhard Pfandl, Laurel Damsteegt, y Eugene
Prewitt, «Interpreting Scripture on the Ordination of Women», TOSC 2014, p. 24.
[16]Holmes, p. 17,
señala: «Tenemos que arrepentirnos, empezando con rescindir de todas las acciones
previas permitiendo la ordenación de las mujeres como ancianos. También, la
acción de la Conferencia General en 1990 permitiendo que las mujeres llevasen a
cabo la mayoría de las funciones del ministro ordenado en su iglesia debería de
ser cuidadosamente reconsiderada».
[17]Los críticos
de la teología de la cabeza con frecuencia mencionan que la teología de la
cabeza ha dividido muchas iglesias; esas divisiones han sido difíciles de
documentar porque cuando una congregación, escuela o denominación, se divide a
causa de la teología de la cabeza, generalmente no se forma una nueva
organización —quienes se oponen a las demandas de la nueva teología de la
cabeza generalmente se cambian a una organización, seminario o denominación,
existente que no enseña el principio moderno de la cabeza. Algunos ejemplos incluyen
la congregación que abandonó el ex presidente Jimmy Carter, el Southern Baptist
Seminary y la Southern Baptist Convention, todas las cuales mantuvieron un
grupo de creyentes en la teología de la cabeza a la vez que una gran cantidad
de quienes no creen en la misma simplemente se fueron.
[18]Holmes, p. 12:
«Siempre que las mujeres sean entrenadas para el mismo oficio y función para la
cual se entrenan los hombres, pueden esperar el mismo resultado. Hacemos un
gran daño a las mujeres a quienes Dios ha llamado al ministerio siempre que no
les proveamos entrenamiento para el ministerio específico al cual Dios las ha
llamado. Fallamos al no proveer tal entrenamiento, lo cual es un abuso e
injusticia».
[19]El 10 de
marzo, 2014, Thomas White, presidente de Cedarville University (Ohio), anunció que
debido al concepto de la cabeza en 1 Corintios 11:2-15, la universidad estaba
restringiendo clases en el programa de ministerio femenino —que algunos dicen
son todas las clases de Biblia enseñadas por una mujer— a únicamente
estudiantes femeninos. http://www.christianitytoday.com/gleanings/2014/march/christian-collegesolidifiescomplementarian-cedarville.html
[20]Varios
documentos del 2014 GC TOSC examinan la doctrina de la cabeza desde una perspectiva
bíblica. En apoyo: John W. Peters, «Headship and Submission: Image of God». En contra:
Angel Rodriguez, «Evaluation of the Arguments Used by Those Opposing the Ordination
of Women to the Ministry», y Kendra Haloviak Valentine, «Is Headship Theology Biblical?».
Ver también Richard M. Davidson, «Headship, Submission, and Equality in
Scripture», capítulo 13 de Women in Ministry, Special Committee, SDA
Theological Seminary, Nancy Vyhmeister, editora. En línea:
http://session.adventistfaith.org/assets/393498.
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