Dios, aún con nosotros
Autor:
Ángel Manuel Rodríguez - jubilado
¿Significa
la ascensión de Cristo que él ya no está con nosotros?
Usaré su pregunta
para compartir algunos pensamientos sobre la significación de la ascensión de
Cristo. El regreso de Jesús al Padre es un importante capítulo de la historia
del conflicto cósmico entre el bien y el mal, y merece mucha más atención que
la que suele dársele.
1. La ascensión y
la encarnación: En su ascensión, el Hijo de Dios encarnado no abandonó su
naturaleza humana. Los discípulos vieron que Jesús fue llevado al cielo (Hech.
1:9-11), y aun allí, sigue siendo «Jesucristo hombre» (1 Tim. 2:5). Al cielo no
ascendió una mente incorpórea, totalmente despojada de la materialidad que
define la humanidad. Jesús tomó con él su cuerpo humano, porque es un
componente inseparable de su naturaleza. En efecto, la resurrección corpórea da
testimonio de su ascensión corporal. Su ascensión no significó el fin de su
encarnación.
2. La ascensión y
la ausencia: Es imposible hablar de la ascensión de Cristo sin afirmar su
ausencia. Dejó a sus discípulos, a quienes había dicho: «Poco tiempo me queda
para estar con ustedes» (Juan 13:33, NVI). Todo intento de ubicar a Jesús entre
nosotros aquí en la Tierra distorsiona la enseñanza bíblica de su ascensión.
Esto sucede en particular si pensamos en la enseñanza de la presencia real de
Cristo en el pan de la Eucaristía. Jesús ascendió, y nadie puede traerlo a la
Tierra. Aun así, Cristo está presente entre nosotros en la persona y obra del
Espíritu Santo. Aunque Jesús se estaba yendo, prometió enviar a sus discípulos
«otro Ayudador» (Juan 14:16). Llegó inclusive a decirles que aun ausente,
vendría a ellos con el poder del Espíritu Santo (vers. 18). La ausencia no
significa abandono.
3. La ascensión y
la exaltación: La ascensión de Cristo llevó a la exaltación del Hijo de Dios.
Fue el momento en que fue «recibido en la gloria» (1 Tim. 3:16, NVI). Dado que
esta es la gloria que era suya «antes que el mundo existiera» (Juan 17:5, NVI),
la ascensión afirma la preexistencia del Hijo de Dios. El que descendió también
ascendió (Juan 3:13; 6:38). El Dios encarnado ahora está sentado a la diestra
del Padre (Hech. 2:33) «coronado de gloria y de honra» (Heb. 2:9). Junto con el
Padre, rige desde el trono cósmico de
Dios. Posee «toda potestad […] en el cielo y en la tierra» (Mat. 28:18; cf.
Fil. 2:9-11). La ascensión proclama la victoria cósmica de Cristo.
4. La ascensión y
el espacio: La ascensión implica que la obra de Cristo a favor de la raza
humana no terminó. De otra manera, habría establecido su reino en la Tierra
después de la resurrección (Hech. 1:6). ¿A dónde fue? Ascendió para ser nuestro
Sumo Sacerdote en el Templo celestial (Heb. 6:20; 8:1, 2). La ascensión nos
dice que Cristo dejó un espacio/lugar (nuestro mundo) para ir a otro (el Templo
celestial), para ministrar a favor de su pueblo. Estos dos lugares están
profundamente conectados, porque lo que tiene lugar en el cielo tiene un
impacto sobre el pueblo de Dios en la Tierra. No hay desconexión entre lo que
sucede en su espacio y lo que sucede en el nuestro. El Señor aún cuida de
nuestro planeta.
5. La ascensión y
el tiempo: La ascensión de Cristo no lo colocó en un ámbito atemporal
desconectado de nosotros. Fue un evento histórico que entrecruzó los ámbitos
terrenal y celestial. La entronización de Cristo marcó el momento cuando el
Espíritu fue derramado sobre su iglesia (Hech. 2:33). Estos dos eventos
diferentes, en lugares diferentes, se produjeron al mismo tiempo. El tiempo
profético señala esta conexión temporal. Los eventos en el cielo y la Tierra se
producen al momento preciso, como lo indicó la profecía (Gál. 4:4). Por
ejemplo, el comienzo de la obra de juicio de Cristo en el Templo celestial está
conectado con nuestro tiempo por la profecía de los 2300 días (Dan. 8:14). Lo
que Cristo está haciendo ante el Padre está relacionado con la historia de su
pueblo. Mientras él intercede por nosotros (Heb. 7:25), estamos aquí en la
Tierra cumpliendo la misión de la iglesia (Hech. 1:7, 8). Cuando su ministerio
sumo sacerdotal concluya en el cielo, la misión de la iglesia llegará a su fin
en la Tierra. Entonces, el Cristo ausente regresará en gloria. Su ascensión
anticipa un momento de reunión permanente.
Fecha: octubre de 2015
Fuente:
https://adventistbiblicalresearch.org/es/materials/theology-jesus-christ/dios-a%C3%BAn-con-nosotros
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