La
verdad sobre el infierno
Ángel Manuel Rodríguez, Jubilado
Instituto de Investigaciones Bíblicas
de la Asociación General
En Isaías 14:15, la palabra
«sepulcro», en la frase «arrojado al sepulcro» (NVI),[1]
también se traduce como «infierno» en otros idiomas, o como «seol». ¿Pero qué
es el seol?
Versiones recientes de la Biblia
tienden a usar la palabra hebrea seol en muchos de los versículos del Antiguo
Testamento donde se usa el término, porque no existe un equivalente exacto en
otros idiomas. Se evita traducir el término como «infierno», dado que la
palabra hebrea, al igual que el término griego hades, no se refiere a un lugar
donde los malvados arden para siempre después de la muerte. En general, ambos
términos (seol y hades) se refieren al lugar de los muertos, y son usados para
transmitir ideas diferentes e interrelacionadas.
1.
El sepulcro: Como lugar de los muertos, seol designa el sepulcro,
donde se depositan los cadáveres. En algunas versiones de la Biblia se traduce
como «tumba» (Gén. 42:38; 44:29; Sal. 49:14; 55:15, NTV).[2]
Tanto las personas buenas como las malas descienden al seol/al sepulcro o a la
tumba (Gén. 44:31), aunque el mayor énfasis está dado por el descenso de los
malvados (Job 24:19; Sal. 9:17; 31:17). Es «la morada [literalmente, la «casa»]
final de todos los vivientes» (Job 30:23, NVI;
17:13). En el Nuevo Testamento, Jesús mismo fue al hades al ser colocado en el
sepulcro (Hech. 2:31). La asociación natural entre el sepulcro y la muerte es
indicada al usar seol como sinónimo de «muerte» (Isa. 28:15, 18), y por frases
tales como «descender al seol/al sepulcro» (Gén. 37:35; Job 21:13) y «descender
al seol/al sepulcro» (1 Sam. 2:6) con el sentido de «morir». Por lo general,
una persona muere y va al seol, pero en ocasiones, hay personas que «descienden
vivas» al sepulcro, es decir, mueren de forma inusual (Núm. 16:30, 33; Sal.
55:15).
2.
La profundidad del seol: Como el sepulcro se encuentra bajo
tierra, se enfatiza su profundidad (Sal. 86:13; Prov. 9:18). Se describe el
seol como «lo profundo de la fosa» (Isa. 14:15) o simplemente como «la
sepultura» (Sal. 30:3, 9) o «la fosa» (Isa. 38:18, NVI), la tierra de «el
polvo» (Job 17:16) y «las tinieblas» (vers. 13). En lenguaje poético, la Biblia
describe seol como una prisión en las profundidades de la tierra, de la cual
nadie puede escapar. Tiene puertas (Job 38:17; Isa. 38:10; Mat. 16:18) y está
cerrada con llave (Apoc. 1:18). En ocasiones, el seol es personificado como una
bestia salvaje insaciable que sale de las profundidades y se hace presente
mediante enfermedades que amenazan la vida humana (Sal. 18:4, 5; 116:3; Prov.
30:16; Rev. 11:7). El seol es la negación o fin de la vida (Prov. 15:24; 23:14;
30:3). Las referencias al seol como un lugar en las profundidades de la tierra
no tienen que ver con la geografía sino con la distancia desde el cielo como
lugar de la vida. Enfatiza la muerte como alienación total del Dios viviente;
el lugar más alejado del cielo dentro del cosmos (Sal. 139:8; 88:5, 11). Los
que están en el seol no pueden alabar al Señor (Sal. 88:3), y sus recuerdos
desaparecen; están muertos. En consecuencia, Israel no poseía un culto a los
muertos, y la necromancia (la consulta con los muertos) estaba prohibida (Deut.
18:11).
3.
Dios y el seol: Sin embargo, no todo es oscuridad. Dios tiene
poder sobre el seol/el sepulcro/la muerte. El Señor «hace descender al seol y
retornar» (1 Sam. 2:6). Los muertos no tienen acceso a Dios, pero Dios tiene
acceso al sepulcro. Tiene poder de redimir a su pueblo «de manos del seol […],
de la muerte» (Ose. 13:14; cf. Sal. 49:15). Es el Dios soberano tanto del cielo
como del seol (Amós 9:2). «El seol está descubierto delante de él [Dios]» (Job
26:6; Prov. 15:11).
El seol no es la residencia final o
eterna de los seres humanos. Es una prisión, pero una de la cual podemos
escapar mediante el poder de Dios (Isa. 25:8; Dan. 12:2). La llave de esta
prisión se encuentra ahora en manos de Jesús, quien estuvo muerto pero ahora
vive, y quien ha abierto el seol para todos aquellos que buscan refugio en él
(Apoc. 1:18). Él estuvo en el seol, aunque no sufrió corrupción (Sal. 16:10).
La resurrección llevará el poder del seol a su último fin. Podemos decir que el
término seol señala la esperanza de victoria sobre él.
Copyright © Biblical Research
Institute General Conference of Seventh-day Adventists®
Fecha: mayo,
2015
Fuente: https://adventistbiblicalresearch.org/es/materials/ot-texts/la-verdad-sobre-el-infierno
[1]Los textos bíblicos que dicen NVI han sido extraídos de La Santa
Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI® Copyright © 1999 por Bíblica, Inc. ®
Usada con autorización. Todos los derechos reservados.
[2]Los textos bíblicos que dicen NTV han sido extraídos de la Santa
Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los
derechos reservados.
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