26 abr 2013

Rechazando al más esperado: Un análisis de Mateo 13:53-58
CoPr. Oscar Mendoza Orbegoso
Iglesia Adventista del Séptimo Día "Miraflores"
Asociación Peruana Central




Introducción

Cristo nació en un establo en Belén Efrata (Mt 2:5) y creció en Nazaret (Mt 2:22, 23). En su juventud, ejerció el oficio de carpintería. Su madre, una mujer y madre ejemplar, se llamaba María (Lc 2:4-7). Tuvo también hermanos y hermanas que se relacionaban con él (Mr 6:3).
Aparentemente, Cristo era un ser humano común; pero, nunca lo fue. Su nacimiento fue sobrenatural, por obra y gracia del Espíritu Santo (Mt 1:20, 21). Su vida, más que un plan establecido por él, era el cumplimiento de las profecías veterotestamentarias. Su misión, más que engrandecerse en esta tierra y ser un gran carpintero, fue la de salvar al que se había perdido: el hombre (Lc 19:10; Jn 12:47). En otras palabras, él no era un ser humano cualquiera, él era el Verbo hecho carne (Jn 1:1, 14), el Mesías.
¿Pero cómo saber que él era el Mesías? Precisamente sus actos, su mensaje y su vida responderían esta pregunta. Y así sucedió. Varios comprendieron el cumplimiento profético acerca del Mesías y su misión, en la persona de Jesucristo. No obstante, no todos creyeron. Había pueblos, aldeas y localidades que lo rechazaron. Y una de ellas fue Nazaret, donde se había criado.
Entonces, ante tal rechazo, surgen algunas interrogantes ¿Por qué los vecinos de Jesús lo rechazaron como Mesías? En este artículo, se estudiará el motivo del rechazo a Jesús por parte de Nazaret. Para ello, se analizará Mateo 13:53-57, desde un enfoque gramatical- histórico.

Galilea: Contexto político, social y religioso

En sus inicios, Galilea fue poblada por los cananeos. Sin embargo, al pasar el tiempo, los cananeos llegaron a ser invadidos por los israelitas, por lo cual, cananeos e israelitas se mezclaron, siendo así una población mixta. Después, Galilea fue conquistada por Tiglat-Pileser III (2 R 15:29; 732 AC), transformándose en provincia asiria de Meguido, llegando a ser una región mayormente gentil, llamada  por algunos “Galilea de los gentiles” (Is 9:1; cf. Mt 4:15). Durante el período de los macabeos, habitaban allí pocos judíos (posteriormente fueron trasladados a Judea por Judas Macabeo, véase 1 Mc 5:23; 164 AC),[1] y la influencia gentil llegó a ser tan fuerte que más tarde Galilea se separó de Palestina durante medio siglo. Tal vez perteneció, en esta época, a la zona gobernada por Fenicia.
Posteriormente, Galilea fue colonizada por los judíos, produciendo desestima por parte de los judíos hacia los galileos. Después de unirse al reino de Judea, en tiempos de Herodes, Galilea atrajo a tantos judíos que pronto llegó a ser completamente judía. Por tal motivo es que Cristo toma a Galilea como el escenario principal de su ministerio. Recuérdese que él se había criado allí, y que también la mayoría de los apóstoles procedían del mismo lugar.
En el ámbito religioso, muchos cultos populares originados en las culturas alrededor del Mediterráneo se propagaban en esta región gentilizada de Israel. Ciertos restos arqueológicos demuestran la presencia de estos cultos en Samaria, Fenicia, Siria y las grandes ciudades de Galilea, especialmente en Tiberias.[2] Sin embargo, a pesar de este sincretismo religioso y de la helenización que imperaba en Galilea, mantenía con Judea unos rasgos esencialmente judíos. Con relación a la influencia helena hacia Jesucristo no había ningún problema, puesto que Galilea, al tener un poblado numeroso de judíos y rasgos parecidos a Judea, caracterizaba a Cristo, más que ser un galileo, como un judío de Galilea.[3]
Nazaret, en el tiempo de Jesús, era una pequeña aldea con una población de entre 1 600 y 2 000 habitantes. En lo laboral, la demanda de carpinteros era grande.[4]

Antes del rechazo

Después de conocer en qué región creció Jesús, se dedicará a estudiar los antecedentes que suscitaron aquel rechazo en Galilea (Mt 13:53-58). Para esto, se estudiará el contexto de dicho relato.
La historia de Jesús, según el orden que el evangelista Mateo presenta, no es tan clara. Este no está en un orden cronológico sino temático, y esto genera un poco de problemas. Sin embargo, la mayoría de estudios, como el de Ulrich, presenta un modelo para estructurar este evangelio, se llama: el Modelo de cinco libros, que vienen a ser los cinco discursos de Jesús (Mt 5-7; 10; 13:1-53; 18; 23-25).[5]
Según este modelo, la perícopa en estudio está en el tercer discurso de Jesús: las siete parábolas del reino. Este discurso, por cuanto a la fecha, más o menos se desarrolló en el año 31 DC, el tercer año de ministerio de Cristo en Galilea.
Paul N. Benware[6] ubica la perícopa de forma eventual:[7]

1.    La presentación de Jesús, el Rey (1:1-4:11)
2.    Las enseñanzas del Rey (4:12-7:29)
3.    El poder de Jesús el Rey (8:1-11:1)
4.    La oposición al Rey Jesús (11:2-16:12)
a.    El rechazo del Rey (11:2-12:50)
b.    Las parábolas del reino (13:1-52)
c.    Rechazo adicional del Rey (13:53-16:12).[8]

De acuerdo a este bosquejo, ahora se estudiará el contexto que compete mediato: la oposición al Rey Jesús (11:2-16:12).

Primero. En 11:3 registra la duda de Juan el Bautista sobre el mesianismo de Cristo.
Segundo. En 11:20-24 revela la desconfianza de los galileos al mensaje mesiánico. Ante esto, Cristo los exhorta emitiendo los ayees.
Tercero. En 11:25 en adelante, registra los ayees declarados por Cristo, quien analiza la realidad de Galilea. Por este motivo, Él los comprende y les hace una nueva invitación (11:28).
Cuarto. En Jesús explica y hace entender las implicancias del reino mesiánico en relación al sábado: se pide misericordia y servicio, que puro formalismo (12:1-13).
Quinto. A pesar de las enseñanzas y milagros de Jesús, aun el pueblo no cree. Piensan que él es el representante de Belcebú, y para que cambien su manera de pensar, exigen una señal (12:22-37). Esto, por supuesto, era un pretexto.
Sexto. Antes de enseñar las parábolas, por la incredulidad del pueblo, Jesús hace un paréntesis muy interesante. “Los que hacen la voluntad de mi Padre que está en el cielo, los tales son mis hermanos”- afirma (12:46-50). En otras palabras, los que creen en su mesianismo y aceptan el Reino de los cielos, están haciendo la voluntad de su Padre. Después de mencionar estas palabras, inicia con las parábolas.
Séptimo. En 13:1-52, Cristo enseña parábolas sobre el reino de los cielos.[9]
Octavo. Mateo utiliza la frase “ho ejon ota akouéto tres veces (11:15; 13:9,43), especialmente en el contexto cercano de la perícopa en estudio (11:2-13:58). Las tres guardan relación con las enseñanzas de Jesús sobre el reino. En este aspecto, el Señor les previene para que luego no tengan excusa ante el juicio.

Ahora se enfocará en la perícopa

vv. 53, 54: “Y sucedió  que cuando Jesús terminó estas parábolas, se retiró de allí. Y viniendo a su tierra, les enseñaba en la sinagoga […]”.[10]

Cristo termina de enseñar las parábolas sobre el reino de los cielos y se retira de allí. ¿A dónde va? A su tierra Nazaret.
Llega a Nazaret y va de frente a la sinagoga. Mateo no registra el día, pero Marcos sí (Mr 6:1, 2). Era día sábado. Un día preciso para predicar e invitar a las personas al reino de los cielos.

El rechazo en Nazaret

Sucedió todo lo contrario. Ante la enseñanza por parte de Jesús, se dio una reacción no grata por parte de ellos. En Mateo 13:54-58 se registra lo siguiente:

[…] así que (ellos) se asombraban y hablaban ¿De dónde tuvo éste esta sabiduría y estos poderes milagrosos? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿Su madre no se llama María y sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas? ¿Y no todas las hermanas de él  están con nosotros? Por lo tanto ¿De dónde sacó (este) todas éstas cosas? Y se escandalizaban de él, pero Jesús les dijo: no es profeta deshonrado sino en su tierra y en su casa. Y no hizo allí muchos milagros por la incredulidad de ellos.[11]

Antes de analizar estos textos, es necesario recurrir al evangelista Marcos. Marcos, en 6:1-6,[12] registra la misma escena que Mateo. Ambos narraron el rechazo hacia Jesús por parte de Nazaret. Sin embargo, recuérdese que el evangelio de Marcos, probablemente, se escribió primero.
Por ejemplo, en el primer versículo (v. 53), Mateo registra que Jesús partió solo de Capernaún. Por otro lado, Marcos agrega que Jesús salió con sus discípulos (v. 1). Mateo no registra el día, pero Marcos afirma que los sucesos ocurridos fueron en sábado (v. 2). Marcos enfatiza más la frase “este hombre” (v. 2) como si fuera “una clase de hombre”, de manera despectiva. Marcos es enfático en los preconceptos y el trato de cada nazareno.
Para Marcos, Jesús es carpintero (v. 3); para Mateo, él es el hijo del carpintero. Esto permite concluir que Jesús estuvo laborando como carpintero desde su niñez hasta la adultez; quizá por eso Cristo era muy conocido por todos sus vecinos.
Por cuanto a los milagros realizados, Marcos es más puntual al decir “sanar algunos enfermos” (v. 5), puesto que Mateo solo menciona “no hizo muchos milagros” (v. 58).
Por último, Marcos registra algo importante: el asombro de Jesús ante la incredulidad de sus vecinos. A pesar de todo el mensaje y los milagros que vieron y escucharon, aun no creían.
Ahora, se estructurará los versículos 53 al 58:

A. El Maestro terminó de enseñar (v. 53)
   B. El Maestro vuelve a enseñar (v. 54)
      C. Sorpresa y duda contra el Maestro (vv. 54-56)
         D. Escándalo y deshonra contra el Maestro (v. 57)
     E. Resultado de la incredulidad al Maestro: pocos milagros (v. 58).

Es interesante que, al analizar las cinco preguntas que hacen los de Nazaret, encontrar una estructura quiástica que ayudará comprender mejor la perícopa en estudio:

A: “así que (ellos) se asombraban”
             B: “¿De dónde tuvo éste esta sabiduría y estos poderes milagrosos?”
    ¿No es éste el hijo del carpintero?
                  X: ¿Su madre no se llama María y sus hermanos […]?
    ¿Y no todas las hermanas de él  están con nosotros?
             B’: “¿De dónde sacó (este) todas éstas cosas?”
A’: “Y se escandalizaban”

Al ver la estructura, el aspecto familiar, de procedencia, para aceptar o no a Jesús como Mesías, es importante. En A, los pobladores se asombraron por la sabiduría obtenida; mientras que en A’, ellos, también, se escandalizaron. Ambos términos denotan discordancia y desagrado contra Jesús.
En primer lugar, asombrar viene del término griego "eskandalizo", que significa maravillar. En los cuatro evangelios y Hechos (Mt 7:28; 13:54; 19:25; 22:33; Mr 1:22; 6:2; 7:37; 10:26; 11:18; Lc 2:48; 4:32; 9:43 Hch 13:12), en sus distintos usos (tiempo, caso, persona, etc.), tiene dos aplicaciones: 1) En el sentido de ver algo fuera de lo común. El objetivo es alegrarse, agradecer por algo “sorprendente”, pero creíble. 2) En el sentido despectivo, insensible, indiferente. El objetivo es ser escéptico y despreciativo a la vez. En este caso, según el contexto, se usaría la segunda aplicación. Increíblemente, los de Nazaret se asombraron de la inteligencia de Jesús, no para felicitarlo, sino con el solo hecho de ser despectivos con él. En segundo lugar, la palabra escandalizar viene del término griego "eskandalizo", que significa desconcertar, dar motivo de ofensa, ofender,[13] poner un lazo o trampa en el camino (Mt 5:29,30; 11:6; 13:21,57; 15:12; 17:27; 18:6, 8, 9; 24:10; 26:31, 33[2x]; Mr 4:17; 6:3; 9:42, 43, 45, 47; 14:27, 29; Lc 7:23; 17:2; Jn 6:61; 16:1; 1 Co 8:13 [2x]; 2 Co 11:29).[14]
Como sustantivo, designa el escándalo como ocasión de pecado; incitación a la apostasía y a la incredulidad (Mt 18:7; Ap 2:14; Ro 14:13; 16:17); aquello que escandaliza, algo que choca o indigna, provoca protesta, que constituye un impedimento para la fe (1 Jn 2:10; 1 Co 1:23; Gá 5:11; Mt 13:41).[15]
Como verbo, en voz activa, significa: inducir al pecado, dar escándalo (Mt 5:29s; 18:6; 1 Co 8:13); en pasiva: escandalizarse, caer, ser inducido o seducido (Mt 13:21; 24:10; Jn 16:1; 2 Co 11:29); escandalizarse en Jesús (Mt 11:6; 13:57; 26:31, 33). Por último, irritar, encolerizar; desconcertar, suscitar oposición (Mt 17:27; Jn 6:61; Mt 15:12).[16]
Por lo tanto, A y A’ enfatizan el desacuerdo contra Jesús. Los de Nazaret se maravillaron y escandalizaron. Quedaron desconcertados y ofendieron al Maestro. A pesar de sus milagros, no creyeron en él. Se indignaron y protestaron contra él. Y no solo eso, se opusieron a su enseñanza. Despreciaron el mensaje y al mensajero.
¿Pero, por qué se maravillaron? Por su sabiduría y poder. Sígase con la estructura quiástica. En B se pregunta de dónde Cristo obtuvo su sabiduría y su poder, y en B’ generaliza y expresa el término cosas, refiriéndose a sabiduría y poder.
El término poder proviene de la palabra griega "dynamei", que viene de la raíz duna, que significa capacidad, fuerza, poder (Mt 14:2; 22:29; Hch 1:8; Ro 1:4; Col 1:11; 2 Ti 3:5; Heb 7:16; 2 P 1:3), habilidad, competencia (Mt 25:15; 2 Co 1:8; 1 Co 14:11). Especialmente actos o hechos de poder, milagros (Mt 11:20; Mr 6:5; 2 Co 12:12; Heb 2:4).
En los sinópticos y en Hechos, dynamei connota el poder o acto divino, los poderes celestiales o angelicales (Hch 8:10; Ro 8:38; 1 Co 15:24),[17] el poder de hacer milagros y curaciones,[18] y el poder del mal en contra del poder de Dios (Lc 10:19; 1 Co 15:56; 2 Ts 2:9; Ap 13:2).[19]
En el caso de Jesús, él recibió poder del Espíritu Santo, y este don le confirió la autoridad de expulsar demonios y curar enfermos. Sus milagros son designados como dunamei, esto es, como obras poderosas, ya que con ellas  empieza hacerse operante en la tierra la fuerza del reino de Dios y se emprende la lucha contra el demonio en el campo de la vida humana.[20] Estas obras difieren en tres puntos con las obras que se realizaba en esos tiempos: a) no hay conexión con la magia, b) son realizadas por la palabra y c) se necesita fe para obtenerlo.[21] En el caso de Jesús, había momentos que él hacía milagros teniendo fe en su Padre, afirmando que no podía hacer nada sin él; con todo, muchos de sus milagros revelaban su poder divino.
Entonces, en B y B’ se hace énfasis sobre los atributos de Jesús. Él tenía poder y sabiduría. A través de dicha sabiduría, les estaba manifestando que él era el Mesías que tanto habían esperado. Suponiendo no le crean, por las palabras y enseñanzas expresadas, él manifestaría, y así lo hizo, su poder divino con el fin de que prueben su mesianismo. Serían sus milagros, también, los que revelarían que él era el Cristo que tanto hablaron los profetas. Como declara Betz: “Los milagros de Jesús sirven como prueba  dada por Dios para mostrar que Jesús es el Mesías, el ungido con el Espíritu de Dios”.[22] A través de dichos poderes milagrosos, hasta la persona más desconfiada creería.
Lo paradójico, sin embargo, es que no le creyeron. Y es en la letra X, siguiendo el quiasmo, que se encuentra la respuesta al porqué del rechazo a Cristo. La pregunta, “¿De dónde?”, Expresadas en B y B’, son esenciales. ¿De dónde consiguió estos poderes y esta sabiduría, si su papá es José el carpintero? Él, también, es carpintero ¿De dónde sacó todo lo que hemos visto y oído? Además ¿Su mamá no es María y sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas? ¿No están sus hermanas con nosotros? Con estos antecedentes ¿Puede decir que él es el Mesías? ¿Podemos creer en lo que nos dice?[23]
Tales preguntas pasaron por las mentes de los vecinos de Jesús y mostraron el desagrado hacia los padres de Cristo. Esto, para ellos, reflejaba la única realidad y autoridad que representaba a Jesús y su mensaje.[24]
Pero, una vez más ¿Por qué era tan importante para los de Nazaret la procedencia y la familia como base para creer si en verdad Cristo era o no era el Mesías? Por una razón, ellos pensaron que el Mesías iba a ser un gran rey que los iba a librar de Roma. Ellos, al mal interpretar y tergiversar las Escrituras, no estaban esperando a un Mesías humilde y sufriente, siervo de los demás (Is 53), sino que esperaban a un Mesías rey, que libere y gobierne Judea y, al final, al mundo entero. Según Gancho, “habían adquirido en la mentalidad judía, oscurecidos por prejuicios de raza y de religión, un carácter totalmente erróneo, al pueblo judío, víctima de la opresión extranjera, el ansia de días mejores y de desquite, le hizo ver tan solo, en las grandiosas imágenes usadas por los profetas, una restauración nacional y temporal de Israel”.[25]
No solo los judíos esperaban un Mesías rey, Horn registra: “Había en todo el mundo gentil gran expectativa por un salvador, cuando Augusto subió al trono (27 AC) y siglos de lucha dieron lugar a una paz casi universal, los sentimientos populares aplicaron leyendas y profecías mesiánicas a él”.[26] El historiador romano Suetonio escribió: “se había difundido por todo el Oriente una antigua y firme creencia de que la suerte quería que en ese tiempo hombre salidos de Judea gobernaran al mundo. A esta predicción, referida al emperador de Roma, como surgía de los acontecimientos, la gente de Judea la tomó para sí misma”.[27]
Por este motivo, ver a Jesús como carpintero, ser hijo de José y María, y tener aquellos hermanos, causaba un enfrentamiento entre la persona de Jesús y los preconceptos y creencias que ellos tenían acerca del Mesías profetizado.
¿Jesús, sin embargo, no les había demostrado con sus milagros y palabras que él era el Mesías? ¿Todo esto no era más que suficiente para demostrar su autoridad? ¿No pesaba más sus palabras y milagros palpables, que ser hijo de María y de José el carpintero? Al parecer, para ellos no. Más pesaba sus preconceptos, que el cumplimiento de las profecías, sabiduría y poder de Jesús.
Paradójicamente, Cristo, el más esperado, fue rechazado, y ¡por su propio pueblo! Esto, por la incredulidad de ellos, produjo que Cristo no realizara muchos milagros.

Conclusión

[1] El deseo de Cristo, al ir a Nazaret, fue presentarse como Mesías e invitar a sus vecinos al reino de los cielos.
[2] Para que ellos crean, Él utilizó sus poderes y manifestó su sabiduría, con el fin de demostrar que él es el Mesías, el Deseado del pueblo de Israel.
[3] La mala interpretación y comprensión de las profecías mesiánicas, como también fiarse en las creencias populares del mundo oriental de aquellos días, provocaron en los pobladores de Nazaret prejuicios que, sin darse cuenta, terminaron rechazando al mismo Mesías. Principalmente, por los preconceptos acerca de la procedencia del Mesías, para ellos les era imposible reconocer que su salvador sea el hijo del carpintero.
[4] Por la incredulidad en el Reino Mesiánico de Jesucristo, el Señor no hizo muchos milagros. Aquellas personas, que no aceptaron a Jesucristo como Mesías, no recibieron las bendiciones que otorga al estar en del reino de los cielos.
[5] La invitación continúa para cada creyente: venid al Reino de los cielos y serán bendecidos.


Publicado en la revista bíblica– teológica Berit Olam 5, no. 1-2 (2008): 85-93.





[1]Siegfried H. Horn, Diccionario bíblico adventista (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1995), 478.
[2]Wilton M. Nelson, Nuevo diccionario ilustrado de la Biblia (Nashville, TN: Caribe, 2000), 435.
[3]Jonathan L. Reed, El Jesús de Galilea: Aportaciones desde la arqueología (Salamanca: Ediciones Sígueme, 2006), 90, 271-3.
[4]Capernaún, una de las ciudades de Galilea, fue una pequeña aldea de pescadores con no más de 1 000  personas, que posteriormente el número aumentó de 12 000 a 15 000 habitantes. Esto hace suponer que las localidades y ciudades no eran tan grandes. Por otra parte, el carpintero era aquella persona que fabricaba objetos de madera o de piedra, como casas o herramientas. A pesar que este trabajo tenía bastante demanda, era tan solo un trabajo manual, más no una profesión (véase Craig Keener, Comentario del contexto cultural de la Biblia, Nuevo Testamento [TX: Mundo Hispano, 1993], 79; Reed, 90; Ulrich Luz, El evangelio según Mateo: Mt 8-17 [Salamanca: Ediciones Sígueme, 2001], 2:508).
[5]Ulrich Luz, El evangelio según San Mateo (Salamanca: Ediciones Sígueme, 1993), 1:33-5.
[6]Comentario bíblico Portavoz: Panorama del nuevo testamento (Grand Rapids, MI: Portavoz, 1993), 79, 80.
[7]Solo se estudiará hasta el capítulo 16.
[8]Mateo enfatiza bastante el “reino de los cielos”. Como declara Everett F. Harrison, la enseñanza respecto al reino “es dominante en todo este evangelio”  (Introducción del Nuevo Testamento [Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 1999], 164).
[9]Son siete las parábolas que enseña a la gente, y estas guardan relación con el reino de los cielos: [1] El sembrador: “Cuando alguno oye la palabra del reino” (vv. 18, 19); [2] Trigo y cizaña: “El reino de los cielos es semejante a…” (v. 24); [3] Grano de mostaza: “El reino de los cielos es semejante al…” (v. 31); [4] La levadura: “El reino de los cielos es semejante a…” (v. 33); [5] El tesoro escondido: “Además, el reino de los cielos es semejante a…” (v. 44); [6] La perla: “También el reino de los cielos es semejante a…” (v. 45) y [7] La red: “Asimismo el reino de los cielos es semejante a…” (v. 47). En las seis últimas parábolas se utiliza la frase “ho basileía ton oujranon seis veces, y en la primera se utiliza “ton basileíauna vez, enfatizando así el tema principal del capítulo: el reino de los cielos.
[10]Traducción personal. Las palabras en cursiva es para énfasis.
[11]Ibíd.
[12]Véase, también, Lucas 4:16-30, donde el autor, probablemente, se basa a Marcos e incorpora nueva información.
[13]Ortiz, 234.
[14]W. E. Vine, “escandalizar”, Vine diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo (Nashville, TN: Caribe, 2000), 125.
[15]Ortiz, 235; Guhrt, 2:98.
[16]Ibíd.
[17]Véase O. Betz, “dunamei”, Diccionario teológico del Nuevo Testamento, eds. Mario Sala y Araceli Herrera (Salamanca: Ediciones Sígueme, 1984), 3:386. En adelante DTNT. W. Grundmann, “dunamei”, Compendio del diccionario teológico del Nuevo Testamento, ed. Gerhard Kittel, et. al (Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 2002), 187. En adelante CDTNT.
[18]Betz, “dunamei”, DTNT, 3:387; Eugene E. Carpenter y Philip  W. Comfort, “Milagro”, Glosario Holman de temas bíblicos (Nashville, TN: Broadman&Holman, 2003), 330.
[19]Pedro Ortiz, “dunamei”, Concordancia manual y diccionario Griego-Español del Nuevo Testamento (Madrid: Sociedad Bíblica, 2000), 256. En adelante CMDGENT.
[20]Betz, 3:387.
[21]Grundmann, 189.
[22]Betz, 3:387.
[23]La pregunta de manera clara y específica, que resumiría las cinco registradas en Mateo, se registra en Juan 6:42; 7:15: “Siendo sus padres María, José y teniendo hermanos ¿Cómo dice que ha venido del cielo?(la cursiva es para énfasis).
[24]Donald A. Hagner, Matthew 1-13, en Word Biblical Commentary, eds. David A. Hubbard, et al (Dallas, TX: Word Books, Publisher, 1993), 33A:405.
[25]C. Gancho, Enciclopedia de la Biblia, ed. Pablo Termes Ros (Barcelona: Ediciones Garriga, 1969), 5:84.
[26]Horn, 633, 4.
[27]Ibíd.



25 abr 2013


Tem sido discutida nos meios acadêmicos a veracidade do final Evangelho de Marcos. Alguns preferem o final curto, alegando que a parte final foi uma adição posterior, desenvolvida no processo formativo do livro, que não pertencia a Marcos e, portanto deveria ser omitido do texto. Assim veremos que as evidências textuais apóiam a conservação do texto longo como uma leitura autentica do livro de Marcos; e que isto, a ausência em do texto longo em vários manuscritos, não é prova suficiente para omiti-lo.



En este primer número, usted leerá artículos relacionados a Daniel y Apocalipsis. Esperamos que sea de gran ayuda para cada uno de ustedes.

24 abr 2013


Gordon Fee presenta cómo hacer una exégesis bíblica.

22 abr 2013



Existe um relacionamento inegável, entre a inspiração divina da Bíblia e a formação do cânon. A inspiração e historicamente afirmada entre judeus e cristãos como a qualidade essencial, intrínseca da Escritura da qual sua autoridade deriva. Enquanto algumas vozes insistentes negam qualquer conexão entre inspiração e canonização, o ponto de vista oposto é ainda mais
amplamente sustentado.


Dado el concepto de reposo en las Escrituras, existe una amplia cobertura de su significado.  Dos elementos esenciales de este significado están relacionados a la dimensión moral y ritual del reposo. Ambas dimensiones aportan conceptos desde ángulos diferentes pero no desconectados de la teología del reposo presente en las Escrituras. Por lo tanto, se necesita comprender como ambos enfoques son complementarios y se relacionan mutuamente. Esta comprensión es vital para el análisis teológico por que procura visualizar con claridad el tipo de reposo ofrecido por la voluntad Divina a la raza caída.  Este reposo se expresó de manera clara para el pueblo de Israel en lenguaje ritual y legal. Estos dos aspectos del reposo – el legal y ritual – son correspondientes con el sábado semanal y el jubileo respectivamente. La diferencia normativa entre ambos es obvia, pues uno es universal y el otro circunstancial; sin embargo la semejanza semántica es tan grande que la complementación teológica es inevitable.  Tal comparación puede ser llevada a cabo sin diseminar la clara demarcación entre ambas entidades.


Cuando se habla sobre Elena G. de White y su posición sobre algún punto de nuestras creencias, se suele presentar primero el soporte bíblico y luego confirmar lo aprendido en la Palabra de Dios presentando la postura de la mensajera del Señor como la estocada final. Cuando el tema es controversial, entonces utilizamos los escritos del Espíritu de Profecía para dirimir alguna dificultad que nos presente el texto bíblico y, como consideramos profeta a Elena G. de White, damos por concluida la dificultad. El siguiente estudio partirá de lo que ella sostuvo y cómo su perspectiva concuerda plenamente con el texto bíblico.


La Salvación en la Escritura. Artículo escrito por el Dr. Gerhard Hasel.


In May 1997, Cardinal Basil Hume, spiritual leader of Roman Catholics in Great Britain, spoke at Canterbury Cathedral. In the presence of the Archbishop of Canterbury, he stated publicly that the primacy of the Pope was a necessary ingredient of any move toward Christian unity involving Rome.
Christian unity has become the focus of most Christian churches today. And why not?


A inicios del siglo XXI, el adventismo dialogó informalmente con el catolicismo. En esta conversación, los representantes de nuestra iglesia defendieron la fe adventista. En este artículo encontrará el informe presentado por el Dr. Ángel Manuel Rodríguez, ex director del Instituto de Investigación Bíblica de la Asociación General.



Frente a numerosos ataques contra los escritos bíblicos, contra su veracidad histórica y su cumplimiento profético, en el año 1947, el mundo religioso fue bendecido con el descubrimiento de los rollos de Qumrán. Este es considerado
como el hallazgo más importante del siglo XX y su estudio ha ido aumentando
significativamente a lo largo de los años subsiguientes. Sin embargo, se considera que aún falta escrudiñar mejor con relación a ello. Incluso, se cree que es imposible hacer una catalogación total de los manuscritos. Este artículo tiene como propósito mostrar al lector que la literatura extra-bíblica apoya la revelación de las Sagradas Escrituras. Para ello, se detallará un breve contexto del hallazgo mencionado, su relación de los rollos encontrados con el libro de Daniel y la certificación armoniosa de que el libro de Daniel fue escrito en el siglo VI.

Artículo publicado en la revista bíblico- teológica Didajé 1, no. 1 (2012): 13-25



El autor presenta las tres principales escuelas de interpretación profética: (1) el preterismo, (2) el futurismo y (3) el historicismo, y desarrolla cada una de sus presuposiciones y objetivos respectivamente. Para él, el preterismo y el futurismo no permiten tener una correcta comprensión de Daniel y Apocalipsis, y lo que han provocado es confusión y contradicciones, peor aun cuando se ha tratado de unir ambos métodos. Frente a ello, el autor responde bíblica e históricamente cada uno de sus argumentos. El objetivo de este artículo es mostrar que el mejor método para interpretar Daniel y Apocalipsis es el Historicismo, porque es el único método que respeta el principio de la Sola Escritura.

Artículo publicado en la revista bíblico- teológica Didajé 1, no. 1 (2012): 131-150.

15 abr 2013



La frase kuriake hemera (“día del Señor”), mencionada en Apocalipsis 1:10, ha sido motivo de amplio debate dentro de los círculos académicos. Las opiniones difieren, por lo menos, en tres puntos de vista:


El “evangelio eterno” en el mensaje del primer ángel en Apocalipsis 14:6[1]
Oscar Mendoza Orbegoso


 Introducción

Se han dado distintas interpretaciones sobre la expresión “evangelio  eterno”  proclamado  por  el  primer  ángel  de Apocalipsis 14:6, 7. Unos entienden que la esencia de este es la adoración a Dios.[2] Otros suponen que es “sola gracia y sola cruz” para la salvación del ser humano.[3] En algunos casos, en el mensaje del primer ángel más se ha enfatizado el “juicio” que el “evangelio eterno”.[4]
Frente a esta realidad, el presente artículo tiene dos objetivos: [1] estudiar el significado y el objetivo del “evangelio eterno” y [2] comprender qué implica aceptarlo pero en el contexto del Mensaje de los tres ángeles (en adelante Mta).
Este artículo será abordado desde la perspectiva contextual-bíblica; básicamente analizando el contexto literario de Apocalipsis 14:6 y el término evangelio tanto en el Antiguo y Nuevo Testamento (en adelante AT y NT respectivamente). Para finalizar, se estudiará el nuevo estilo de vida que produce aceptar el “evangelio eterno” pero a la luz del Mta.

Contexto: Apocalipsis 12 al 14

El  libro de Apocalipsis está dividido básicamente en  tres partes: [1] histórica (1-11), [2] intermedia (12-14; la historia y la escatología están entretejidas) y [3] escatológica (15-22). Apocalipsis 14:6 está ubicado en la parte intermedia, principalmente en el contexto simbólico[5] y escatológico de Apocalipsis 14. Este capítulo está estructurado de la siguiente manera:

A. vv. 1-5         Los 144 000 con el Cordero en el Monte Sion
B. vv. 6-12       El mensaje de los tres ángeles
C. v. 13            Paréntesis: una bienaventuranza
D. vv. 14-20    La cosecha y la segunda venida

El capítulo 14 no está en orden progresivo. Los primeros cinco versículos (A) tratan sobre los 144 000 con el Cordero (Jesucristo) en el cielo;[6] hecho que sucederá después de la 2da venida. En B se proclama el Mta,[7] el cual, por su contenido, es proclamado antes de la caída de las siete plagas y representa el último llamado de Dios a los moradores de la tierra. Luego, en C se declara una bienaventuranza. Por último, en D se produce la gran cosecha de los redimidos y la 2da venida de Cristo. En base a esta breve explicación, se concluye que el objetivo principal del capítulo 14 es mostrar la misión del remanente en la crisis venidera y el producto de ella. Dicho producto se ve al relacionar los 144 000, el mensaje tri angélico, la cosecha y la 2da venida. Por lo registrado, los 144 000 serán el fruto de la proclamación del Mta, puesto que este grupo selecto ha aceptado y ha proclamado este mensaje.

El “evangelio eterno”

El “evangelio eterno” está en el contexto del Mta, principalmente en el mensaje del primer ángel. En él se tratan cuatro aspectos, y son los siguientes: [1] “evangelio eterno”, [2] “temed a Dios y dadle gloria” (la santificación), [3] “juicio”[8] y  [4] “adorar al Creador”. Sin embargo, en esta  sección  sólo se estudiará el significado del primero. Para ello, se analizará el término evangelio a lo largo de las Escrituras.
La palabra “evangelio” viene del término griego “evangelion” y básicamente  significa  “buenas  nuevas”,  “victoria”[9]  y  “noticia”.  En  la literatura griega del siglo I d.C., este se refería tanto a la muerte del enemigo como el arribo del emperador romano que liberaba y salvaba de la tribulación, lo cual expresaba victoria.[10] En el contexto mesiánico, éstas eran “buenas nuevas de salvación por parte del Mesías”.
En el AT, “evangelio” corresponde al término hebreo besorah (06 veces) que significa “traer noticia”,[11] “mensaje de recompensa”, “recompensa por la buena nueva” (2 S 4:10; o tan sólo “recompensa” como en 18:22), “buena noticia” (2 S 18:20, 22) y “buenas nuevas” (2 S 18:20, 25, 27; 2 R 7:9). Normalmente besorah está en un contexto de notificar algo.
En  el NT,  evangelion  aparece  76  veces  y  siempre  se  refiere  al mensaje de  salvación por parte de Dios.[12] Mayormente  sus usos  están en frases compuestas como: [1] “la verdad del evangelio”, [2] “mi/nuestro evangelio”, [3] “el evangelio del reino”, [4] “el evangelio de Dios”, [5] “evangelio del Señor”, [6] “evangelio de Cristo” y [7] “predicar el evangelio”.[13]
En Mateo, Marcos y Lucas aparece 12 veces. Para Mateo (4:23; 9:35; 24:14; 26:13), el evangelion es un mensaje de buenas nuevas del reino de los cielos, las cuales han de ser predicadas a todo el mundo. En otras palabras, ésta  es una necesidad mundial (al igual que para Marcos [13:10; 14:9; 16:15]).
Según Marcos, evangelion está ligado al Hijo de Dios como mensajero y como centro de las “buenas nuevas de Dios” (1:1, 14). Para aceptar este mensaje se necesita fe y arrepentimiento de los pecados (1:15). Por otra parte, al dejar todo y morir por el “evangelio”, se salvará o se perderá la vida eterna (8:35; 10:29).
Para Lucas, evangelion es un mensaje que tiene como centro la gracia de Dios (Hch 20:24). De acuerdo con Pablo, el evangelion es un misterio (Ef 6:19) que fue revelado a los profetas del AT y que continúa en el NT (Ro 1:2). Este mensaje trata sobre el Hijo de Dios (Ro 1:3, 9; 15:19; 2 Co 2:12; 2 Co 10:14) y la gracia divina que el hombre pecador recibe por medio de Él (Ro 1:5; Gá 1:6; Fil 1:7). Asimismo,  este  es un don que muestra el poder de Dios para la salvación tanto del judío como del gentil (Ro 1:16; Gá 1:11; 1 Ti 1:5, 11; Gá 2:7; Ef 3:6; 1:13; Hch 15:7). Aquella salvación fue gracias a la muerte y resurrección de Cristo en la cruz (2 Ti 2:8).[14] Después de este sacrificio, el ser humano puede presentarse arrepentido y con fe a la presencia de Dios para obtener oportuno socorro, puesto que “este acto [en la cruz] conmemora nuestra redención del pecado y nuestra reconciliación con el cielo (Ro 3:21-25)”.[15] Al presentarse de esta manera, y aquí viene el objetivo principal del evangelion, el pecador es justificado por Dios (Ro 1:16, 17).
Aceptar el evangelion implica vivir conforme a este; puesto que, según Pablo y Pedro, evangelion, también, es un nuevo estilo de vida (1 Co 9:23; Gá 2:14; Fil 1:27) y una confesión de fe reflejada a través de la obediencia (2 Co 9:13; 1 P 4:17). Asimismo, este  está relacionado con la esperanza de la 2da venida (Col 1:5, 23). Por lo escrito, aquellos que no lo obedecen serán condenados (2 Ti 1:8), pero los que lo aceptan recibirán la gloria de Cristo (2 Ti 2:14).
En conclusión, el evangelio, según las Escrituras, es un mensaje de salvación divina, la cual se obtuvo gracias a la muerte de Cristo en la cruz y hoy es ofrecida gratuitamente al ser humano pecador.[16] El propósito del evangelio es salvar al ser humano.
Por otra parte, el evangelio del primer ángel es eterno. El mismo evangelio presentado en el AT y NT en los textos de Génesis 3:15, Daniel 9:24-27, Habacuc 2:4, Juan 3:16, etc. Al ser eterno, el evangelio en el tiempo del fin no será otro; será el mismo presentado en las Escrituras: Dios ofreciendo gratuitamente la salvación al ser humano.
Un punto importante que se tiene que considerar al estudiar el evangelio es el papel que cumple el santuario celestial (Heb 9:12). Si bien es cierto el término griego evangelion no aparece en la carta a los Hebreos, este es desarrollado por Pablo pero a la luz de la labor Sumo sacerdotal de Jesucristo en su santuario. Léase Hebreos 4:14-16 y 9:12:

Teniendo, pues, un gran sumo sacerdote que trascendió los cielos, Jesús […] Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas […] Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna.

[…] y no por medio de la sangre de machos cabríos y de becerros, sino por medio de su propia sangre, entró al Lugar Santísimo[17] una vez para siempre, habiendo obtenido redención eterna.

Como declaran estos textos, los actos salvíficos de Dios a favor del ser humano no concluyeron en la cruz. Más bien, éstos también son realizados en el santuario celestial. El ser humano no sólo es salvo únicamente por la cruz sino también por la intercesión del Sumo Sacerdote Jesucristo. Por este motivo, no se puede comprender plenamente el evangelio eterno si no se lo estudia a la luz del santuario celestial. Por estas razones, es imposible entender el evangelion en un solo acto, sino en un conjunto de acciones salvíficas de Dios dentro de un plan establecido por Él; esto incluye la muerte de Cristo en la cruz y su intercesión en el santuario.
Después de este análisis, se concluye que el “evangelio eterno” es la justificación por la fe. Este no es ni adoración ni tiene como único énfasis el juicio, mucho menos “sola gracia y sola cruz” sin los frutos respectivos. El evangelion es Dios salvando al hombre del pecado y no en el pecado.

El “evangelio eterno” y el nuevo estilo de vida en Cristo

Para encontrar lo que produce el “evangelio eterno” en el creyente, se estudiará Apocalipsis 14:6-12. En estos siete versículos hay elementos que forman parte de la respuesta del justificado a Dios:

[1] “Temed y dadle gloria”. Implica reverenciar a Dios y mostrar los frutos de la fe. En el NT, el cristiano glorifica a Dios a través de sus buenas obras (Jn 15:8; Ro 8:18-21).
[2] “Adorar al Creador”. En Apocalipsis tiene una connotación de homenaje u obediencia.[18] En el contexto de Apocalipsis 12 al 14, adorar implica guardar los mandamientos de Dios, incluyendo reposar el séptimo día.
[3] “No contaminarse con Babilonia”.[19] No creer ni practicar, voluntaria e involuntariamente, las falsas enseñanzas de este poder opresor.
[4] “Guardar los mandamientos”.[20] Obedecer la ley de Dios de Éxodo 20:3-17.
[5] “Tener la fe de Jesús”. Aceptar las enseñanzas de Cristo. Esto incluye las verdades reveladas a los profetas encontradas en la Palabra de Dios (Ap 12:17; 19:10; 22:8-9).

El primer ángel proclama el “evangelio eterno”, e invita  a “adorar al Creador” y a “temed y dadle gloria”. Por lo registrado, el remanente no sólo llama al mundo a creer y a aceptar el evangelio, sino también lo que este produce: un nuevo estilo de vida en Cristo. Una vida de adoración y reverencia al Creador.
El segundo ángel declara que Babilonia ha caído y advierte que todo verdadero adorador no tiene que seguir contaminándose con sus falsas enseñanzas. En este sentido, aquel que ha aceptado el “evangelio eterno” rechazará las falsas enseñanzas de Babilonia y se someterá únicamente a la autoridad de la Biblia y lo que ella enseña.
El tercer ángel registra cómo vive aquella persona que ha acepta do el “evangelio eterno”, a saber, guardando los mandamientos de Dios y la fe de Jesucristo (v. 12).[21] Esta obediencia y fidelidad determinarán quién recibirá el sello de Dios y quién será marcado por la bestia.
En conclusión, no se puede separar el evangelio y lo que este implica. Evangelio sin un nuevo estilo de vida en Cristo, a la luz de las Escrituras, no es evangelio.

Conclusión

[1] El “evangelio eterno” no es “adorad al Creador” ni “la hora de su juicio ha llegado”; a lo largo de la Biblia, nunca se lo define como “juicio” o como “adoración”. El “evangelio eterno” predicado por el primer ángel es la Justificación por la fe.
[2] El pecador arrepentido necesita fe para que Dios obre en su propia vida y así efectúe dicho acto salvífico. Esta obra de salvación es gracias a Dios por medio de Jesucristo. Él, a través de su ministerio terrenal (por medio de su muerte y resurrección) y celestial (a través de su sumo sacerdocio), salva al ser humano pecador, quien por fe acude al santuario celestial para recibir oportuno socorro (Heb 4:16).
[3] Después de haber aceptado por fe el “evangelio eterno”, el justificado mostrará un nuevo estilo de vida “guardando los mandamientos de Dios (incluyendo el sábado), teniendo fe en el “Testimonio de Jesucristo” (14:12; cf. 12:17; 19:10; 22: 8, 8), adorando al Creador y dándole gloria a través de sus buenas obras.
[4] Si bien es cierto existen muchas verdades en la Palabra de Dios que son aprendidas y predicadas, el mensaje principal del remanen te, a la luz del Mta y de la Biblia, es el “evangelio eterno”.


Publicado en la revista de Teología Aplicada Estrategias 7, no. 1 (2010): 113-20



[1]Este artículo fue expuesto en el V Simposio Bíblico-Teológico “Pecado y salvación en las Escrituras”, organizado por la Sociedad de Investigación Teológica (SUHIT) de la Universidad Peruana Unión, Lima - Perú, 12 de Mayo, 2009. Se han hecho algunas variaciones al escrito original.
[2]Entre ellos R. A. Taylor, Apocalipsis: un comentario de referencia, trad. Alejandro Field, Apocalipsis, http://www.salvacioneterna.com/s_rev.pdf (consultado: 14 de Julio, 2010).
[3]Si bien es cierto la salvación del ser humano es por la misericordia de Dios, en este artículo el autor se refiere a “sola gracia y sola cruz” al pensamiento no bíblico “una vez salvo por la cruz, salvo para siempre”, el cual es muy divulgado en el círculo evangélico. Este pensamiento deja de lado el nuevo estilo de vida del cristiano y la labor sumo sacerdotal de Cristo en el santuario celestial.
[4]Tanto el movimiento millerita como los pioneros del adventismo entendieron el mensaje del primer ángel como “la hora de su juicio ha llegado”. Ver Alberto Timm, El santuario y el mensaje de los tres ángeles: factores integradores en el desarrollo de las doctrinas de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, trad. Joel B. Leiva (Lima: Editorial Imprenta Unión, 2004), 49-51.
[5]Varios símbolos están registrados en el capítulo 14, tales como: “los 144 000 con el Cordero” (v. 1), “contaminarse con mujeres” (v. 4), “castos” (v. 4), “la bestia y su marca” (v. 9), “la gran ramera: Babilonia” (v. 8). Éstos determinan que “ángel” no puede ser literal sino simbólico. Como tal, este representa a un movimiento cumpliendo la misión en el tiempo del fin. Dicho movimiento es el remanente de Apocalipsis 12:17.
[6]Un estudio exhaustivo sobre los 144 000 y su relación con la gran multitud, está en Oscar Mendoza Orbegoso, “Los 144 000 y la gran multitud en el contexto de Apocalipsis 7 y 14”, Theologika 26, no. 1 (2011): 48-82.
[7]Para una exposición acerca del Mensaje de los tres ángeles, ver Oscar Mendoza Orbegoso, “El mensaje del remanente en el tiempo del fin: el mensaje de los tres ángeles en Apocalipsis 14:6 – 12 – Parte I”, Estrategias 6, no. 2 (2009): 77-86 y “El mensaje del remanente en el  tiempo del fin – Parte II” en este número.
[8]Este “juicio” es el juicio pre advenimiento iniciado en el año 1844 d.C. e incluye el juicio que  se  emitirá  en  la  segunda venida de Cristo. Para un  estudio  sobre  la naturaleza del  juicio  en las Escrituras, véase Gerhard F. Hasel, “Divine  Judgment”, en Handbook of Seventh-day Adventist Theology, ed. Raoul Dederen (Hagerstown: Review and Herald, 2000), 815-56; Jiří Moskala, “Toward a Biblical Theology of God’s Judgment: A Celebration of  the Cross  in Seven Phases of Divine Universal Judgment (An Overview of a Theocentric-Christocentric Approach)”, Journal of the Adventist Theological Society 15, no. 1 (2004): 138-68. En adelante JATS.
[9]U. Becker, “evangelion”, en The New International Dictionary of New Testament Theology, ed. Colin Brown (Grand Rapids, MI: Zondervan Publishing, 1986), 2:107.
[10]Gerhard Kittel, “evangelion”, en Theological Dictionary on the New Testament (Grand Rapids, MI: Eerdmans Publishing Company, 1978), 2:722.
[11]Especialmente en relación a encuentros militares. R. Laird Harris, ed., “evangelion”, en Theological Wordbook of the Old Testament (Chicago: Moody Press, 1981), 120.
[12]Barbara Friberg, Timothy Friberg y Neva F. Miller, “evangelion”, en Analytical Lexicon of the Greek New Testament (Grand Rapids, MI: Baker Books, 2000), 210.
[13]Johm R. Kohlenberger III, et al., “evangelion”, en The Greek English Concordance to the New Testament with the New International Version  (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1997), 320.
[14]En la cruz se vio tanto la justicia como la misericordia de Dios. Por un lado la justicia,  puesto que el ser humano tenía que morir. La raza humana pecó y tenía que recibir la consecuencia del pecado, a saber, la muerte eterna (Ro 6:23). Sin embargo, Jesucristo entregó su vida por nosotros, convirtiéndose así en nuestro sustituto. Por este sacrificio la paga del pecado humano fue saldada y la justicia de Dios fue revelada. Por otro lado la misericordia, porque fue Dios mismo el que envió a su Hijo a morir por nosotros. Él nunca desamparó al ser humano. Por su misericordia el hombre tuvo un sustituto. De esta manera, en la cruz Dios fue justo y misericordioso a la vez.
[15]Mendoza, “El mensaje del remanente– Parte I”, 80.
[16]Herbert Douglas, para saber en qué consiste el evangelio eterno, formula tres preguntas claves relacionadas al ministerio terrenal de Cristo. Estas son: ¿Por qué murió Jesús? ¿Por qué vino Jesús? ¿Cuál es el objetivo del evangelio? Las respuestas son: murió  para redimirnos, vino para salvarnos y el objetivo es restaurarnos (“What Is the ‘Everlasting Gospel?’”, JATS 12, no. 2 [2001]: 145-51).
[17]Una traducción más cercana al significado original no es “Lugar Santísimo” sino “santuario”.
[18]Raymond Holmes, “La adoración en el libro de Apocalipsis”, Theologika 15, no. 1 (2000): 14. Holmes, 20, al relacionar el evangelio eterno  y la adoración, declara: “El resultado de la proclamación del ‘evangelio eterno’ aumenta el número de aquellos que adoran a Dios, pero el blanco final del evangelismo es producir verdaderos adoradores”.
[19]Si bien es cierto “no contaminarse con Babilonia” no se registra en Apocalipsis 14:8, este es ampliado en 18:4. El mensaje de 18:4 no es un “cuarto mensaje angélico”, sino la ampliación del mensaje del segundo ángel del capítulo 14.
[20]Para un estudio sobre los “mandamientos de Dios” en Apocalipsis 12:17 y 14:12 y su papel escatológico, ver William Shea, “The Controversy over the Commandments in the Central Chiasm of Revelation”, JATS 11, no. 1-2 (2000): 216-31; Oscar Mendoza Orbegoso, “Alusiones al sábado en Apocalipsis 12 al 14”, Berit Olam  7, no. 1 (2010): 185-200.
[21]Hans LaRondelle declara: “En vista de la amenaza final del anticristo, Dios requiere una fidelidad doble: fidelidad al testimonio de Jesús y obediencia a los mandamientos de Dios (Ap 14:12)” (“El remanente y el mensaje de los tres ángeles”, en Teología: fundamentos bíblicos de nuestra fe, ed. Raoul Dederen, trad. David Gullón [Miami, FL: Asociación Publica dora Interamericana, 2008], 8:206).