Oscar Mendoza Orbegoso
Introducción
Se han dado
distintas interpretaciones sobre la expresión “evangelio eterno”
proclamado por el
primer ángel de Apocalipsis 14:6, 7. Unos entienden que la
esencia de este es la adoración a Dios.[2] Otros suponen
que es “sola gracia y sola cruz” para la salvación del ser humano.[3] En algunos
casos, en el mensaje del primer ángel más se ha enfatizado el “juicio” que el
“evangelio eterno”.[4]
Frente a esta realidad,
el presente artículo tiene dos objetivos: [1] estudiar el
significado y el objetivo del “evangelio eterno” y [2] comprender qué
implica aceptarlo pero en el contexto del Mensaje de los tres ángeles (en
adelante Mta).
Este artículo
será abordado desde la perspectiva contextual-bíblica; básicamente analizando
el contexto literario de Apocalipsis 14:6 y el término evangelio tanto en el Antiguo y Nuevo Testamento (en adelante AT y
NT respectivamente). Para finalizar, se estudiará el nuevo estilo de vida que produce
aceptar el “evangelio eterno” pero a la luz del Mta.
Contexto: Apocalipsis 12 al 14
El libro de Apocalipsis está dividido
básicamente en tres partes: [1] histórica
(1-11), [2] intermedia (12-14; la historia y la escatología están entretejidas) y [3] escatológica
(15-22). Apocalipsis 14:6 está ubicado en la parte intermedia, principalmente
en el contexto simbólico[5] y
escatológico de Apocalipsis 14. Este capítulo está estructurado de la siguiente
manera:
A. vv. 1-5 Los 144 000 con el Cordero en el Monte Sion
B. vv. 6-12 El mensaje de los tres ángeles
C. v. 13 Paréntesis: una bienaventuranza
D. vv. 14-20 La cosecha y la segunda venida
El capítulo 14 no
está en orden progresivo. Los primeros cinco versículos (A) tratan sobre los
144 000 con el Cordero (Jesucristo) en el cielo;[6] hecho
que sucederá después de la 2da venida. En B se proclama el Mta,[7]
el cual, por su contenido, es proclamado antes de la caída de las siete plagas
y representa el último llamado de Dios a los moradores de la tierra. Luego, en
C se declara una bienaventuranza. Por último, en D se produce la gran cosecha
de los redimidos y la 2da venida de Cristo. En base a esta breve explicación, se
concluye que el objetivo principal del capítulo 14 es mostrar la misión del
remanente en la crisis venidera y el producto de ella. Dicho producto se ve al
relacionar los 144 000, el mensaje tri angélico, la cosecha y la 2da venida.
Por lo registrado, los 144 000 serán el fruto de la proclamación del Mta, puesto que este grupo selecto ha
aceptado y ha proclamado este mensaje.
El “evangelio eterno”
El “evangelio
eterno” está en el contexto del Mta,
principalmente en el mensaje del primer ángel. En él se tratan cuatro aspectos,
y son los siguientes: [1] “evangelio eterno”, [2] “temed a Dios y
dadle gloria” (la santificación), [3] “juicio”[8] y [4] “adorar al Creador”. Sin embargo,
en esta sección sólo se estudiará el significado del primero.
Para ello, se analizará el término evangelio a lo largo de las Escrituras.
La palabra
“evangelio” viene del término griego “evangelion” y básicamente significa
“buenas nuevas”, “victoria”[9] y
“noticia”. En la literatura griega del siglo I d.C., este
se refería tanto a la muerte del enemigo como el arribo del emperador romano
que liberaba y salvaba de la tribulación, lo cual expresaba victoria.[10] En
el contexto mesiánico, éstas eran “buenas nuevas de salvación por parte del
Mesías”.
En el AT,
“evangelio” corresponde al término hebreo besorah
(06 veces) que significa “traer noticia”,[11] “mensaje
de recompensa”, “recompensa por la buena nueva” (2 S 4:10; o tan sólo
“recompensa” como en 18:22), “buena noticia” (2 S 18:20, 22) y “buenas nuevas”
(2 S 18:20, 25, 27; 2 R 7:9). Normalmente besorah
está en un contexto de notificar algo.
En el NT,
evangelion aparece
76 veces y
siempre se refiere
al mensaje de salvación por parte
de Dios.[12]
Mayormente sus usos están en frases compuestas como: [1] “la verdad del evangelio”,
[2] “mi/nuestro evangelio”, [3] “el evangelio del reino”, [4] “el evangelio de
Dios”, [5] “evangelio del Señor”, [6] “evangelio de Cristo” y [7] “predicar el
evangelio”.[13]
En Mateo, Marcos y Lucas aparece 12 veces. Para Mateo
(4:23; 9:35; 24:14; 26:13), el evangelion es un mensaje de buenas nuevas
del reino de los cielos, las cuales han de ser predicadas a todo el mundo. En
otras palabras, ésta es una
necesidad mundial (al igual que para Marcos [13:10; 14:9; 16:15]).
Según Marcos, evangelion está ligado al Hijo de
Dios como mensajero y como centro de las “buenas nuevas de Dios” (1:1, 14).
Para aceptar este mensaje se necesita fe y arrepentimiento de los pecados
(1:15). Por otra parte, al dejar todo y morir por el “evangelio”, se
salvará o se perderá la vida eterna (8:35; 10:29).
Para Lucas, evangelion es un
mensaje que tiene como centro la gracia de Dios (Hch 20:24). De acuerdo con
Pablo, el evangelion es un misterio (Ef 6:19) que fue revelado a los
profetas del AT y que continúa en el NT (Ro 1:2). Este mensaje trata sobre el
Hijo de Dios (Ro 1:3, 9; 15:19; 2 Co 2:12; 2 Co 10:14) y la gracia divina que
el hombre pecador recibe por medio de Él (Ro 1:5; Gá 1:6; Fil 1:7). Asimismo,
este es un don que muestra el poder de Dios
para la salvación tanto del judío como del gentil (Ro 1:16; Gá 1:11; 1 Ti 1:5,
11; Gá 2:7; Ef 3:6; 1:13; Hch 15:7). Aquella salvación fue gracias a la muerte
y resurrección de Cristo en la cruz (2 Ti 2:8).[14]
Después de este sacrificio, el ser humano puede presentarse arrepentido y
con fe a la presencia de Dios para obtener oportuno socorro, puesto que “este
acto [en la cruz] conmemora nuestra redención del pecado y nuestra
reconciliación con el cielo (Ro 3:21-25)”.[15]
Al presentarse de esta manera, y aquí viene el objetivo principal del evangelion,
el pecador es justificado por Dios (Ro 1:16, 17).
Aceptar el evangelion implica vivir conforme a este;
puesto que, según Pablo y Pedro, evangelion, también, es un nuevo estilo de vida (1 Co 9:23; Gá 2:14; Fil
1:27) y una confesión de fe reflejada a través de la obediencia (2 Co 9:13; 1 P
4:17). Asimismo, este está
relacionado con la esperanza de la 2da venida (Col 1:5, 23). Por lo escrito,
aquellos que no lo obedecen serán condenados (2 Ti 1:8), pero los que lo
aceptan recibirán la gloria de Cristo (2 Ti 2:14).
En conclusión, el evangelio, según las Escrituras, es un
mensaje de salvación divina, la cual se obtuvo gracias a la muerte de
Cristo en la cruz y hoy es ofrecida gratuitamente al ser humano pecador.[16]
El propósito del evangelio es salvar al ser humano.
Por otra parte, el evangelio del primer ángel es eterno.
El mismo evangelio presentado en el AT y NT en los textos de Génesis 3:15, Daniel
9:24-27, Habacuc 2:4, Juan 3:16, etc. Al ser eterno, el evangelio en el tiempo
del fin no será otro; será el mismo presentado en las Escrituras: Dios
ofreciendo gratuitamente la salvación al ser humano.
Un punto importante que se tiene que considerar al
estudiar el evangelio es el papel que cumple el santuario celestial (Heb 9:12).
Si bien es cierto el término griego evangelion
no aparece en la carta a los Hebreos, este es desarrollado por Pablo pero a
la luz de la labor Sumo sacerdotal de Jesucristo en su santuario. Léase Hebreos
4:14-16 y 9:12:
Teniendo, pues, un gran sumo sacerdote que trascendió los
cielos, Jesús […] Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse
de nuestras flaquezas […] Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la
gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda
oportuna.
[…] y no por medio de la sangre de machos cabríos y de
becerros, sino por medio de su propia sangre, entró al Lugar Santísimo[17]
una vez para siempre, habiendo obtenido redención eterna.
Como declaran
estos textos, los actos salvíficos de Dios a favor del ser humano no
concluyeron en la cruz. Más bien, éstos también son realizados en el santuario
celestial. El ser humano no sólo es salvo únicamente por la cruz sino también
por la intercesión del Sumo Sacerdote Jesucristo. Por este motivo, no se puede
comprender plenamente el evangelio eterno si no se lo estudia a la luz
del santuario celestial. Por estas razones, es imposible entender el evangelion
en un solo acto, sino en un conjunto de acciones salvíficas de Dios dentro
de un plan establecido por Él; esto incluye la muerte de Cristo en la cruz y su
intercesión en el santuario.
Después de este
análisis, se concluye que el “evangelio eterno” es la justificación por
la fe. Este no es ni adoración ni tiene como único énfasis el juicio,
mucho menos “sola gracia y sola cruz” sin los
frutos respectivos. El evangelion es Dios salvando al hombre del
pecado y no en el pecado.
El “evangelio
eterno” y el nuevo estilo de vida en Cristo
Para encontrar lo
que produce el “evangelio eterno” en el creyente, se estudiará Apocalipsis
14:6-12. En estos siete versículos hay elementos que forman parte de la
respuesta del justificado a Dios:
[1] “Temed y dadle
gloria”. Implica reverenciar a Dios y mostrar los frutos de la fe. En el NT, el
cristiano glorifica a Dios a través de sus buenas obras (Jn 15:8; Ro 8:18-21).
[2] “Adorar al Creador”. En Apocalipsis tiene una
connotación de homenaje u obediencia.[18] En el
contexto de Apocalipsis 12 al 14, adorar
implica guardar los mandamientos de Dios, incluyendo reposar el séptimo día.
[3] “No contaminarse con Babilonia”.[19] No
creer ni practicar, voluntaria e involuntariamente, las falsas enseñanzas de
este poder opresor.
[4] “Guardar los mandamientos”.[20]
Obedecer la ley de Dios de Éxodo 20:3-17.
[5] “Tener la fe de Jesús”. Aceptar las enseñanzas de
Cristo. Esto incluye las verdades reveladas a los profetas encontradas en la
Palabra de Dios (Ap 12:17; 19:10; 22:8-9).
El primer ángel
proclama el “evangelio eterno”, e invita
a “adorar al Creador” y a “temed y dadle gloria”. Por lo registrado, el
remanente no sólo llama al mundo a creer y a aceptar el evangelio, sino también
lo que este produce: un nuevo estilo de vida en Cristo. Una vida de adoración y
reverencia al Creador.
El segundo ángel
declara que Babilonia ha caído y advierte que todo verdadero adorador no tiene
que seguir contaminándose con sus falsas enseñanzas. En este sentido, aquel que
ha aceptado el “evangelio eterno” rechazará las falsas enseñanzas de Babilonia
y se someterá únicamente a la autoridad de la Biblia y lo que ella enseña.
El tercer ángel
registra cómo vive aquella persona que ha acepta do el “evangelio eterno”, a
saber, guardando los mandamientos de Dios y la fe de Jesucristo (v. 12).[21]
Esta obediencia y fidelidad determinarán quién recibirá el sello de Dios y
quién será marcado por la bestia.
En conclusión, no
se puede separar el evangelio y lo que este implica. Evangelio sin un nuevo
estilo de vida en Cristo, a la luz de las Escrituras, no es evangelio.
Conclusión
[1] El “evangelio
eterno” no es “adorad al Creador” ni “la hora de su juicio ha llegado”; a lo
largo de la Biblia, nunca se lo define como “juicio” o como “adoración”. El
“evangelio eterno” predicado por el primer ángel es la Justificación por la fe.
[2] El pecador arrepentido necesita fe para que Dios obre en
su propia vida y así efectúe dicho acto salvífico. Esta obra de salvación es
gracias a Dios por medio de Jesucristo. Él, a través de su ministerio terrenal
(por medio de su muerte y resurrección) y celestial (a través de su sumo
sacerdocio), salva al ser humano pecador, quien por fe acude al santuario
celestial para recibir oportuno socorro (Heb 4:16).
[3] Después de haber aceptado por fe el “evangelio eterno”,
el justificado mostrará un nuevo estilo de vida “guardando los mandamientos de
Dios (incluyendo el sábado), teniendo fe en el “Testimonio de Jesucristo”
(14:12; cf. 12:17; 19:10; 22: 8, 8), adorando al Creador y dándole gloria a
través de sus buenas obras.
[4] Si bien es cierto existen muchas verdades en la Palabra
de Dios que son aprendidas y predicadas, el mensaje principal del remanen te, a
la luz del Mta y de la Biblia, es el “evangelio eterno”.
Publicado en la revista de Teología Aplicada Estrategias 7, no. 1 (2010): 113-20
[1]Este artículo fue expuesto en el V Simposio
Bíblico-Teológico “Pecado y salvación en las Escrituras”, organizado por la
Sociedad de Investigación Teológica (SUHIT) de la Universidad Peruana Unión,
Lima - Perú, 12 de Mayo, 2009. Se han hecho algunas variaciones al escrito
original.
[2]Entre ellos R. A. Taylor, Apocalipsis: un comentario de referencia, trad. Alejandro Field, Apocalipsis,
http://www.salvacioneterna.com/s_rev.pdf (consultado: 14 de Julio, 2010).
[3]Si bien es cierto la salvación del ser humano es por la misericordia de
Dios, en este artículo el autor se refiere a “sola gracia y sola cruz” al
pensamiento no bíblico “una vez salvo por la cruz, salvo para siempre”, el cual
es muy divulgado en el círculo evangélico. Este pensamiento deja de lado el
nuevo estilo de vida del cristiano y la labor sumo sacerdotal de Cristo en el
santuario celestial.
[4]Tanto el movimiento millerita como los pioneros del adventismo entendieron
el mensaje del primer ángel como “la hora de su juicio ha llegado”. Ver Alberto
Timm, El santuario y el mensaje de los
tres ángeles: factores integradores en el desarrollo de las doctrinas de la
Iglesia Adventista del Séptimo Día, trad. Joel B. Leiva (Lima: Editorial
Imprenta Unión, 2004), 49-51.
[5]Varios símbolos están registrados en el capítulo 14, tales como: “los 144
000 con el Cordero” (v. 1), “contaminarse con mujeres” (v. 4), “castos” (v. 4),
“la bestia y su marca” (v. 9), “la gran ramera: Babilonia” (v. 8). Éstos
determinan que “ángel” no puede ser literal sino simbólico. Como tal, este
representa a un movimiento cumpliendo la misión en el tiempo del fin. Dicho
movimiento es el remanente de Apocalipsis 12:17.
[6]Un estudio exhaustivo sobre los 144 000 y su
relación con la gran multitud, está en Oscar Mendoza Orbegoso, “Los 144 000 y
la gran multitud en el contexto de Apocalipsis 7 y 14”, Theologika 26, no. 1 (2011): 48-82.
[7]Para una exposición acerca del Mensaje
de los tres ángeles, ver Oscar Mendoza Orbegoso, “El mensaje del remanente
en el tiempo del fin: el mensaje de los tres ángeles en Apocalipsis 14:6 – 12 –
Parte I”, Estrategias 6, no. 2
(2009): 77-86 y “El mensaje del remanente en el
tiempo del fin – Parte II” en este número.
[8]Este “juicio” es el juicio pre advenimiento iniciado en el año 1844 d.C. e
incluye el juicio que se emitirá
en la segunda venida de Cristo. Para un estudio
sobre la naturaleza del juicio
en las Escrituras, véase Gerhard F. Hasel, “Divine Judgment”, en Handbook of Seventh-day Adventist Theology, ed. Raoul Dederen
(Hagerstown: Review and Herald, 2000), 815-56; Jiří Moskala, “Toward a Biblical
Theology of God’s Judgment: A Celebration of
the Cross in Seven Phases of
Divine Universal Judgment (An Overview of a Theocentric-Christocentric
Approach)”, Journal of the Adventist
Theological Society 15, no. 1 (2004): 138-68. En adelante JATS.
[9]U. Becker,
“evangelion”, en The New International Dictionary
of New Testament Theology, ed. Colin Brown (Grand Rapids, MI: Zondervan
Publishing, 1986), 2:107.
[10]Gerhard Kittel,
“evangelion”, en Theological Dictionary
on the New Testament (Grand Rapids, MI: Eerdmans Publishing Company, 1978),
2:722.
[11]Especialmente en relación a encuentros militares. R. Laird Harris, ed.,
“evangelion”, en Theological Wordbook of
the Old Testament (Chicago: Moody Press, 1981), 120.
[12]Barbara Friberg,
Timothy Friberg y Neva F. Miller, “evangelion”, en Analytical Lexicon of the
Greek New Testament (Grand Rapids, MI: Baker Books, 2000),
210.
[13]Johm R. Kohlenberger III, et al., “evangelion”, en The
Greek English Concordance to the New Testament with the New International
Version (Grand Rapids, MI:
Zondervan, 1997), 320.
[14]En la cruz se vio tanto la justicia como la misericordia
de Dios. Por un lado la justicia, puesto que el ser humano tenía que morir.
La raza humana pecó y tenía que recibir la consecuencia del pecado, a saber, la
muerte eterna (Ro 6:23). Sin embargo, Jesucristo entregó su vida por nosotros,
convirtiéndose así en nuestro sustituto. Por este sacrificio la paga del
pecado humano fue saldada y la justicia de Dios fue revelada. Por otro lado la misericordia,
porque fue Dios mismo el que envió a su Hijo a morir por nosotros. Él
nunca desamparó al ser humano. Por su misericordia el hombre tuvo un sustituto.
De esta manera, en la cruz Dios fue justo y misericordioso a la
vez.
[15]Mendoza, “El mensaje del remanente–
Parte I”, 80.
[16]Herbert Douglas, para saber en qué
consiste el evangelio eterno, formula tres preguntas claves relacionadas
al ministerio terrenal de Cristo. Estas son: ¿Por qué murió Jesús? ¿Por qué
vino Jesús? ¿Cuál es el objetivo del evangelio? Las respuestas son: murió para redimirnos, vino para salvarnos y el
objetivo es restaurarnos (“What Is the ‘Everlasting Gospel?’”, JATS 12,
no. 2 [2001]: 145-51).
[17]Una traducción más cercana al significado original no es
“Lugar Santísimo” sino “santuario”.
[18]Raymond Holmes, “La adoración en el
libro de Apocalipsis”, Theologika 15, no. 1 (2000): 14. Holmes, 20, al
relacionar el evangelio eterno y
la adoración, declara: “El resultado de la proclamación del ‘evangelio
eterno’ aumenta el número de aquellos que adoran a Dios, pero el blanco final
del evangelismo es producir verdaderos adoradores”.
[19]Si bien es cierto
“no contaminarse con Babilonia” no se registra en Apocalipsis 14:8, este es
ampliado en 18:4. El mensaje de 18:4 no es un “cuarto mensaje angélico”, sino
la ampliación del mensaje del segundo ángel del capítulo 14.
[20]Para un estudio sobre los “mandamientos
de Dios” en Apocalipsis 12:17 y 14:12 y su papel escatológico, ver William
Shea, “The Controversy over the Commandments in the Central Chiasm of
Revelation”, JATS 11, no. 1-2 (2000): 216-31; Oscar Mendoza Orbegoso,
“Alusiones al sábado en Apocalipsis 12 al 14”, Berit Olam 7, no. 1 (2010): 185-200.
[21]Hans LaRondelle declara: “En vista de la amenaza final
del anticristo, Dios requiere una fidelidad doble: fidelidad al testimonio de
Jesús y obediencia a los mandamientos de Dios (Ap 14:12)” (“El remanente y el
mensaje de los tres ángeles”, en Teología: fundamentos bíblicos de nuestra
fe, ed. Raoul Dederen, trad. David Gullón [Miami, FL: Asociación Publica
dora Interamericana, 2008], 8:206).
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