25 nov 2014

¿Había ateos en el Antiguo Testamento?
Dr. Ángel Manuel Rodríguez, Jubilado
Instituto de Investigaciones Bíblicas de la Asociación General


En Salmos 14:1 leemos: «Dice el necio en su corazón: “No hay Dios”». ¿Había ateos en Israel?

El pasaje da la clara impresión de que en Israel se conocía el ateísmo. Mi respuesta es totalmente afirmativa. En primer lugar haré algunos comentarios sobre el ateísmo, y entonces pasaré a explorar su naturaleza en Salmos.

1. Diferentes tipos de ateísmo: Los estudiosos hablan sobre diversos tipos de ateísmo, lo que torna un tanto ambiguo el término. La mayoría de la gente lo usa para referirse al ateísmo filosófico. Es la creencia de que no hay Dios en el universo (o fuera de él), y de que se pueden dar diversos argumentos (por ej., filosóficos y científicos) para apoyar, demostrar y/o defender esa postura. Para estas personas, solo existe un cosmos sin propósito alguno.
Otros pueden creer que hay un ser superior, pero sostienen que las deficiencias del lenguaje humano tornan imposible hablar de él (ateísmo semántico). Por eso, en principio, para ellos Dios no existe. Un ejemplo final es de naturaleza práctica: la creencia de que hay un Dios, pero que deberíamos vivir como si no existiera, para actuar con responsabilidad. También se define como creer que hay un Dios, aunque sin vivir de acuerdo con su voluntad para nuestra vida. Sugiero que el salmista se está refiriendo a esta última definición.

2. El necio y Dios: Según el salmista, el ateísmo práctico del «necio» está oculto en el corazón, pero se revela en acciones. No es una negación de la existencia de Dios, sino de su relevancia para la vida. Ser necio no significa ser estúpido o tener capacidades intelectuales limitadas. La necedad, en este caso, consiste en no tomar con seriedad a Dios. Dado que Dios no ocupa un lugar significativo en el pensamiento de los necios, rara vez lo buscan o le oran (Sal. 14:4; 10:4). Las vidas de los necios están en sus propias manos. Se dicen a sí mismos: «Dios lo olvida; cubre su rostro, nunca ve nada» (Sal. 10:11). Atribuyen a Dios su propia apatía espiritual, describiéndolo como alguien que no se preocupa por lo que hacen, como así tampoco ellos se preocupan por lo que él dice. También preguntan: «¿Cómo sabe Dios? ¿Acaso hay conocimiento en el Altísimo?» (Sal. 73:11). Afirman ellos que Dios no se interesa en saber lo que hacen, o reaccionar a sus acciones. Le dicen: «Tú no habrás de pedir cuentas» (Sal. 10:13). Sí, hay un Dios, pero no se involucra en las cuestiones humanas como lo creen los piadosos.

3. Malvados pero bendecidos: Los necios no toman en serio a Dios, pero crean caos social. Engañan a otros por medio de la maldición y el fraude (vers. 6, 7), y conocen la «ética» de la corrupción. Por lo tanto, maltratan y abusan de los pobres y los inocentes (Sal. 14:1-3; 94:6). Sus conciencias insensibles son un nido de iniquidad y engaño (Sal. 73:8, 9).
Lo que confunde al salmista es la paradoja de los necios que afirman que no hay Dios, pero disfrutan de la vida y el bienestar. Se regocijan en sus logros (Sal. 94:3). A pesar de desobedecer la Ley de Dios, «todas sus empresas son siempre exitosas». Afirman confiados: «Nada me hará caer […]. Nunca tendré problemas» (Sal. 10:5, 6; 73:3, NVI). En efecto, todo les va bien: No tienen las luchas y cargas de los demás, disfrutan de buena salud, y poseen influencia social (vers. 4, 5, 10). En consecuencia, son orgullosos (Sal. 94:2; 73:6).

Es precisamente porque todo les va bien, a pesar de su estilo de vida, que los necios concluyen que Dios no se interesa mucho en lo que hacen. Pero los sigue bendiciendo. Usan la experiencia personal para justificar sus convicciones religiosas. Se olvidan de que el propósito de la bondad divina es llevarlos al arrepentimiento (Rom. 2:4). Después de visitar el Templo, el salmista declaró: «Comprendí el fin de ellos» (Sal. 73:17), es decir, que los necios perecerán (vers. 27).
El ateísmo práctico sigue presente en los que están dispuestos a buscar excusas racionales para la profunda preocupación divina por nuestras convicciones y acciones. La voluntad divina siempre es buena, y si la seguimos, estaremos afirmando que hay un Dios que gobierna el universo.

Biblical Research Institute General Conference of Seventh-day Adventists®
Fuente: https://adventistbiblicalresearch.org/es/materials/bible-ot-texts-philosophy/%C2%BFhab%C3%ADa-ateos-en-el-antiguo-testamento

Fecha de publicación: noviembre, 2014.

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