En este capítulo, el autor escribe sobre cómo se ha introducido la «teoría de la cabeza» en la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Su propósito es mostrar que esta teoría no ha sido enseñada oficialmente por el adventismo, como se corrobora al revisar las fuentes oficiales de nuestra iglesia.
Una vez más, la «teoría de la cabeza», enseñada por Esteban Bohr y su ministerio «Secretos Revelados», fue traída del mundo evangélico y tiene sus raíces en el catolicismo.
Continuemos...
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Capítulo Tres:
Los adventistas nunca han enseñado la teología de la cabeza
La «doctrina de la cabeza» moderna era
desconocida en la Iglesia Adventista (o la iglesia cristiana) antes de los 70 y
nunca apareció en ningún libro o artículo escrito por un adventista antes de
1987.[1]
La teología de la cabeza no se
encuentra, por ejemplo, en las Creencias Fundamentales de los Adventistas del
Séptimo Día, que fueron adoptadas por la Conferencia General en sesión en 1980.
Si los adventistas siempre han creído en la doctrina de la cabeza, como algunos
pretenden, y si el principio de la cabeza define todas las relaciones en el
hogar y la iglesia, su ausencia de las Creencias Fundamentales es difícil de
explicar.
La Creencia Fundamental sobre el
matrimonio y la familia podría fácilmente indicar que durante la creación Dios
asignó al marido el papel de líder benevolente y a la mujer y los hijos el
papel de sumisión alegre a su liderazgo. Al contrario, la Creencia Fundamental
No. 23 dice que: «El amor mutuo, honor, respeto y responsabilidad son los
elementos que edifican esta relación, que tiene que reflejar el amor, santidad,
proximidad y permanencia de la relación entre Cristo y su Iglesia» y «Dios
bendice la familia y quiere que sus miembros se ayuden unos a otros hasta alcanzar
completa madurez».
La Creencia Fundamental sobre la
Unidad en el Cuerpo de Cristo (No. 14), no dice que la unidad en la iglesia
está basada en seguir el principio de la cabeza, en la que los hombres dirigen
y las mujeres siguen. Al contrario, esta creencia dice: « En Cristo somos una
nueva creación; las diferencias de raza, cultura, educación, y nacionalidad, y
las diferencias entre clases, ricos y pobres, hombre y mujer, no deben ser
divisorias entre nosotros. Todos somos iguales en Cristo, quien a través de un
Espíritu nos ha unido en una fraternidad con Él y los unos con los otros; tenemos
que servir y ser servidos imparcialmente y sin reservas».
La Creencia Fundamental acerca de los
dones espirituales no sugiere que hay una diferencia entre los dones que Dios
da a los hombres y los que confiere a las mujeres y la Creencia Fundamental
acerca del comportamiento cristiano no dice nada acerca de estar sujetos a las autoridades.
Claramente, si la Iglesia Adventista
del Séptimo Día hubiese creído en el principio de la cabeza en 1980, cuando las
Creencias Fundamentales fueron adoptadas, o en cualquier momento después,
hubiéramos encontrado rasgos de esa teología en las Creencias Fundamentales.
Pero, encontramos lo opuesto.
Pero, la ausencia de la teología de la
cabeza en las Creencias Fundamentales es una pequeña parte de su ausencia en
los documentos de la iglesia. No hay ningún rasgo de la teología de la cabeza en
las 900 páginas del GC Working Policy, el Manual de Iglesia, el Manual para
Ministros o las Declaraciones Oficiales votadas por la Conferencia General y
publicadas en la página Web de la Conferencia General. La doctrina de la cabeza
está ausente del SDA Bible Commentary, la SDA Encyclopedia, el SDA Bible
Dictionary y el SDA Bible Students’ Sourcebook.[2] No hay mención
del principio de la cabeza en el certificado de bautismo, en las lecciones
bíblicas de La Voz de la Esperanza, o en libros de texto adventistas en ningún
nivel de educación. No he encontrado mención de la teología moderna de la
cabeza en las lecciones de escuela sabática o en ningún libro o artículo
escrito por algún pionero adventista.
La extensa bibliografía en el libro de
Bacchiocchi en contra de la ordenación de las mujeres, Women in the Church, no
contiene ninguna referencia adventista y libros posteriores condenando la
ordenación de las mujeres no contiene ninguna referencia distinta a las de
Bacchiocchi. Las páginas Web actuales en contra de la ordenación de las mujeres
que ofrecen publicaciones y estudios más a fondo, no ofrecen material escritos
por adventistas antes del libro de Bacchiocchi, escrito en 1987.[3]
Los proponentes de la teología de la
cabeza, incluyendo a Bacchiocchi, citan textos de la Biblia y declaraciones de
Elena White que creen apoyan la teología de la cabeza pero no citan o listan algún
maestro o ministro adventista anterior a los 80 que haya considerado que esos
textos o declaraciones enseñen la teología de la cabeza.
Antes del desarrollo de la doctrina de
la cabeza en los 70 y 80 hubo argumentos contra el liderazgo de las mujeres en
la iglesia y argumentos en contra de la ordenación de las mujeres al ministerio
pero no eran argumentos de la cabeza y generalmente eran usados contra los adventistas
del séptimo día, no por adventistas del séptimo día. Por ejemplo, el argumento
que todos los 12 discípulos eran hombres así que todos los ministros deberían
de ser hombres, es parte del argumento que la iglesia actual debería de ser
restaurada a exactamente la forma como era la iglesia en el Nuevo Testamento.
Se trata de un argumento restauracionista, no un argumento de cabeza. Los
proponentes de la teología de la cabeza argumentan que los 12 apóstoles eran
hombres debido al principio de la cabeza pero el argumento restauracionista existía
por sí mismo mucho antes de que se desarrollase la teología de la cabeza.
Las instrucciones de Pablo que las
mujeres deberían de guardar silencio en la iglesia y que los obispos deberían
de ser maridos de una sola mujer no son textos a favor de la teología de la cabeza;
son usados por los proponentes modernos de la teología de la cabeza para
ilustrar que el hombre, como cabeza, es un principio bíblico pero durante más
de 100 años antes de que se desarrollase la teología de la cabeza esos textos
eran usados por los críticos para condenar a la Iglesia Adventista del Séptimo
Día por reconocer a Elena White como una autoridad espiritual. No eran usados
por adventistas para mostrar que las mujeres deberían de someterse a los hombres.
Antes de examinar como la
teología de la cabeza fue introducida en la Iglesia Adventista del Séptimo Día
por el profesor calvinista Bill Gothard y más tarde adoptada de varios otros teólogos
calvinistas por Bacchiocchi y otros, necesitamos dar un vistazo al calvinismo y
ver por qué los primeros promotores de la teología de la cabeza eran
calvinistas.
[1]Los historiadores han notado
que en la teología reformada el puesto de subordinación de las mujeres es
similar al puesto de las mujeres en la teología católica antes de la Reforma.
La diferencia está en que la primera teología generalmente presentaba a las
mujeres como débiles espiritualmente, menos inteligentes y más crédulas que los
hombres, mientras que la nueva teología de la cabeza, siguiendo las pautas del
teólogo R. J. Rushdoony, insiste en que las mujeres no son inferiores a los
hombres, simplemente se les ha asignado un papel de subordinación funcional.
[2]En Génesis 2-3, el SDA Bible Commentary (Washington, DC:
Review and Herald, 1957), no da ningún indicio de que Adán fuese la cabeza
sobre Eva antes del pecado. En el consejo de Pablo en 1 Timoteo 3, que los
obispos y los diáconos deberían de ser «maridos de una mujer», el comentario
señala cuatro significados posibles: que deben de ser hombres no aparece en la
lista. Para los lectores modernos, buscando argumentos a favor o en contra del
principio de la cabeza, los comentarios en relación a los dos textos sobre la
cabeza, 1 Corintios 11 y Efesios 3, parecieran haber sido escritos por una
persona egalitaria y por un proponente de la doctrina de la cabeza, tomando
turnos al escribir los párrafos. Hay amplio material que ambos bandos amen y odien.
Pero la doctrina de la cabeza no se desarrolló hasta un cuarto de siglo después
de la publicación del comentario, así que los autores no estaban refiriéndose a
este asunto. El comentario afirma que antes del pecado la autoridad y rango de
Adán y Eva eran perfectamente iguales, que como resultado del pecado al hombre
se le asignó ser la cabeza, líder e incluso «gobernante» de la familia, que el
evangelio procura restaurar la relación de marido y mujer a una igualdad
perfecta y que en el hogar cristiano el marido y la mujer trabajarán diligentemente
para la felicidad y el beneficio mutuo —incluso al costo de sus vidas— para que
ninguno piense sobre quien es la cabeza. Los autores no conectaron los textos
de la cabeza con el tema de qué puesto debería de tener una mujer en la
iglesia. Ver particularmente el volumen 6, págs. 753-759 y págs. 1035-1038.
[3]Un ejemplo de sitio Web en
contra de la ordenación de las mujeres que no incluye ninguna referencia
adventista prior a 1987, pero sugiere una lista de autores evangélicos
calvinistas para estudio más profundo es http://www.womenministrytruth.com/freeresources/other-insightfulworks.aspx
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