El remanente y el último
llamado a los moradores de la tierra
Oscar Mendoza Orbegoso
Muchos, actualmente, desean ser miembros de
la “iglesia verdadera”. El problema es que cada iglesia se califica como tal.
Esto ha generado confusión en muchos; a tal punto que varios no quieren saber
nada con asuntos religiosos.
Lo interesante, es que Apocalipsis 12 al 14
revela que Dios ha levantado a un pueblo con la verdad presente. A este pueblo
o iglesia se lo llama Remanente. Como
el anticristo fomentará una falsa adoración, Dios vio necesario tener un pueblo
para contrarrestar al enemigo.
Las
características del remanente en Apoc. 12 al 14
Es asombrosa la sabiduría divina. Para que
nadie se confunda ni elija mal, Dios reveló, en Apocalipsis 12 al 14, las
características del pueblo de Dios del tiempo del fin. Con estas, la elección
será más fácil. Las características son las siguientes:
(1)
Aparece después de 1798 DC (12:17).
(2) Es
perseguido por Satanás (12:17; cf. cap. 14)
(3)
Guarda los diez mandamientos (12:17; 14:12).
(4)
Tiene fe en el “testimonio de Jesucristo” (12:17; 13:10; 14:12; cf. 19:10).
(5)
Posee un mensaje basado en los libros de Daniel y Apocalipsis (cf. cap. 10;
14:6-12).
(6)
Cree y proclama las verdades bíblicas que están en los Mensajes de los tres
ángeles de Apoc. 14:6-12.
(7) Permanece fiel hasta cuando Cristo venga (14:12; 14:1-5).
Apocalipsis 12 al 14 no solo revela las
características que posee el remanente, también señala las creencias básicas
que este profesa. Véase la siguiente lista:
(1) Adoración al único Dios (14:7)
(2) La salvación (el “evangelio eterno”,
14:6)
(3) El santuario celestial (11:19)
(4) El juicio pre advenimiento y la segunda venida de Cristo (14:7)
(5) El sábado (14:7)
(6) Los diez mandamientos (12:17; 14:12)
(7) El don profético (12:17; 14:12; cf.
19:10)
(8) La creación (14:7)
(9) La santificación (14:7;
cf. 12:17; 14:12).
En primer lugar, estas características y verdades
revelan que el remanente de Apocalipsis 12 al 14 no es invisible, mucho menos
que está disperso en distintas religiones. Como se sabe, casi todo el
protestantismo ha rechazado la ley de Dios, el santuario celestial, la
creación, el sábado, etc. Si se acepta que el remanente está en todas las
iglesias protestantes ¿Por qué estas iglesias rechazan las verdades que el
remanente de Apocalipsis cree y proclama? Por estas características y
doctrinas, el remanente es visible, distinguible y fácil de reconocer.
Ekkehardt Müeller indica:
Las
características bíblicas no nos permite extender al remanente a diversas
denominaciones Cristianas […] un número de consideraciones nos dirige a la
conclusión de que el remanente de Ap 12:17 debe ser más que creyentes independientes
dispersos el uno del otro.[1]
En segundo lugar, estas características ayudan a
comprender la importancia del conocimiento bíblico en la adoración verdadera y
en la elección del remanente. Por una parte, no podemos decir que somos verdaderos adoradores si no conocemos ni practicamos la verdad (“Dios es espíritu, y los que le
adoran deben adorarle en espíritu y en verdad” [Jn. 4:24]). Lo bueno es
que la verdad, como conocimiento, se encuentra en la Biblia (la verdad, como persona y fuente, es
Cristo [Jn. 14:6]). De esta manera, la Escritura es el único fundamento
para la verdadera adoración. Por otra parte, Dios siempre ha depositado la
verdad en su pueblo (Rom. 3:2). Si alguien deseaba pertenecer a este pueblo,
solo debía reconocer su profesión de fe.
En el tiempo del fin, sucede lo mismo. Dios levantó
a un pueblo, una iglesia, con la verdad
presente fundamentada en las Escrituras. Richard Lehmann declara: “El remanente
es un remanente santo, reconocible, debido a la fidelidad del grupo a la larga
tradición profética sostenida por la Escritura”.[2]
Como
el anticristo volverá a pisotear la verdad y fomentará una falsa adoración,
Dios puso a su remanente para restaurar la verdad, fomentar una adoración
teocéntrica y preparar a un pueblo para la segunda venida del Señor Jesucristo.
Clifford Goldstein señala:
¡Con razón el Señor tuvo que levantar una iglesia con la
verdad presente! Con doctrinas que abarcan desde una vez salvo, siempre salvo,
hasta la idea de que Adán era un dios, y desde el rapto anterior a la
tribulación hasta el tormento eterno en el infierno, Jesús necesitaba
tener un cuerpo religioso que predicara doctrinas puras. De otro modo ¿Cómo
podría nadie ser preparado para la segunda venida?[3]
La misión
del remanente
La Biblia registra que Dios es misericordioso y
justo. Por una parte, él es misericordioso al mostrar amor y brindar salvación
a los pecadores. Por otra parte, él es justo al librar a su pueblo de los
enemigos y al actuar de manera equitativa.
En un extremo, muchos creen que Dios no es
justo, y que él solo es misericordioso. En el otro extremo, están los que
piensan que el creador no es misericordioso ni cercano; más bien, solo ordena
destruir o permite la muerte de muchos
seres humanos.
Por más que existan críticas a nuestro Dios, él
siempre ha demostrado ser justo y misericordioso. Nadie puede negar sus obras
salvíficas en favor del pecador. Y si alguna persona llegó a perderse, fue
porque esta decidió continuar en el pecado.
En la crisis final, antes de la segunda venida
de Cristo, Dios hará el último llamado al arrepentimiento. Como antes de la
parusía se terminará el tiempo de gracia y se sellará a los escogidos, el
Espíritu Santo trabajará por medio de su pueblo para guiar a Cristo a todos los
moradores de la tierra. Tal predicación –la última invitación– se llama: “El
fuerte pregón”. Después de este último llamado, “que el injusto siga haciendo
injusticias […] y que el que es santo siga guardándose santo” (Apoc.
22:11).
El mensaje
del remanente
Lo que se proclamará en el fuerte pregón, serán
Los Mensajes de los tres ángeles de Apococalipsis
14:6-12 (incluyendo la extensión del mensaje del segundo ángel [18:4]):
Y vi volar en medio del cielo
a otro ángel que tenía un evangelio eterno […]
Temed a Dios y dadle gloria,
porque la hora de su juicio ha llegado; adorad al que hizo el cielo y la
tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
Ha caído, ha caído Babilonia,
la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor
de su fornicación.
Salid de ella, pueblo mío,
para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas (extensión
del segundo ángel).
Si alguno adora a la bestia y
a su imagen, y recibe una marca en su frente o en su mano, él también beberá
del vino del furor de Dios, que está preparado puro en el cáliz de su ira; y
será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y en
presencia del Cordero […] Aquí está la perseverancia de los santos que guardan
los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.
En primer lugar, el mensaje principal del
fuerte pregón es salvífico. Dios continuará invitando, a través de su
remanente, a aceptar a Cristo como salvador y juez. Al hacerlo, el pecador es
redimido de la iniquidad y es declarado justo. En el contexto de la crisis
final, aquellos que acepten a Cristo como redentor, recibirán el sello de Dios.
En segundo lugar, estos mensajes invitan a
salir de Babilonia para no seguir en su pecado ni en la confusión doctrinal.
Este sistema apóstata embriaga a las naciones con falsas enseñanzas, con el
objetivo de que estas no acepten el poder salvífico de Dios ni las verdades
expresadas en la Biblia.
En tercer lugar, estos mensajes anuncian el
juicio a Babilonia y su destrucción total (Apoc. 16:19; 18:10, 21), el cual se
realizará en el “juicio a la ramera” (18:21-24). Este tiene como objetivo
indicar que Babilonia está condenada. A pesar de su existencia, ella ya obtuvo
la condena eterna y todo aquel que
permanezca en ella, será destruido (14:10).
Invitación
divina
De acuerdo con Apocalipsis 12 al 14, el que
predica este triple mensaje es el remanente de 12:17 (cf. 13:10; 14:12). Según
el registro bíblico, este remanente ha sido llamado para: (1) guiar a Cristo a
los moradores de la tierra, (2) ser una luz en el protestantismo, (3) fomentar
una verdadera adoración, (4) guiar a los seres humanos a la Biblia y (5)
contrarrestar el engaño de Satanás y de sus representantes. El objetivo
principal de esta misión es guiar a todos
a la salvación. El remanente del tiempo del fin es el último enemigo del
diablo, y es el instrumento que Dios usa para completar su visión y misión redentoras.
Dios ha profetizado, por medio de Daniel y
Apocalipsis, lo que ha de suceder antes de la parusía. Como se estudió, habrá
una crisis final que causará el anticristo. Pero, sabio y amoroso es nuestro
Dios porque él ha enviado a su remanente para presentarnos a Cristo, nuestro
gran y único sumo sacerdote (Heb. 4:15-16; 1 Jn. 2:1), y para conocer la
verdad.
Nuestro creador no desea que nos perdamos. Él anhela vivir con nosotros por la eternidad y quiere que, experimentando la salvación, seamos felices por siempre. Por esta razón, Dios invita a aceptarlo y formar parte de su remanente: la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
[1]“The End Time
Remnant in Revelation”, Journal of the Adventist Theological Society 11,
no. 1-2 (2000): 202.
[2]“The
Remnant in the Book of Revelation”, en Toward
a Theology of the Remnant, ed. Ángel Manuel Rodríguez
(Silver Spring, MD: Biblical Research Institute, 2009), 102.
[3]El remanente: ¿realidad bíblica o ilusión sin base?, trad. Armando Collins (Buenos Aires: Asociación Casa
Editora Sudamericana, 1999), 90.
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