11 mar 2013

La adoración y los diez mandamientos en el tiempo del fin


Oscar Mendoza Orbegoso

Apocalipsis 13 registra que el anticristo, un reino político religioso, recuperará su poder antes de la segunda venida de Jesucristo (13:2-3). Este poder le permitirá imponer una falsa adoración global y una marca (Apoc. 13:13-18).
Muchos han sugerido que la ley de Dios fue abolida en la cruz, y que esta no debe observarse. Sin embargo, como se mostrará, el libro de Apocalipsis revela que los diez mandamientos (incluyendo el sábado) serán el centro de la controversia final y permitirán distinguir a los verdaderos adoradores de los falsos.

La adoración en la crisis final

Adoración (gr. proskunountaj) significa postrarse, inclinarse y/o someterse en homenaje delante de una autoridad. Esta autoridad puede ser el Dios todopoderoso o algún otro ser. En la Escritura, el creador pide adoración exclusiva (Sal. 86:9; Isa. 27:13; 45:14) y reconocimiento como rey y juez. Él no desea que adoremos a otro dios (porque son inexistentes, cf. Isa. 45). El reflejo de la adoración es la obediencia.
En Apocalipsis, la palabra adoración aparece 24 veces y significa homenaje y obediencia. De estas 24, cinco veces aparece en el cap. 13., mostrando que el tema principal de este capítulo es la adoración, o se adora al Cordero (Cristo), o se adora a la bestia (el anticristo). Aquellos que adoren a Dios, obedeciendo su Palabra, recibirán la vida eterna; por el contrario, quienes adoren a la bestia recibirán las siete plagas postreras (Apoc. 16) y la muerte eterna (Apoc. 21:8). Si bien es cierto habrá una crisis política, económica, social y moral, el problema principal de esta crisis será espiritual, tendrá que ver con la verdadera y la falsa adoración.
Según Apocalipsis 12:17; 13:10 y 14:12, los verdaderos adoradores se caracterizan por:

(1) Guardan los mandamientos de Dios.
(2) Tienen fe en el “testimonio de Jesucristo”.
(3) Son perseverantes.

De acuerdo a Apocalipsis 7 y 12 al 14, solo recibirán el sello de Dios los verdaderos adoradores. Estos obedecen los “diez mandamientos”, ponen a la Biblia como única norma de fe y estilo de vida, y perseveran hasta el fin. Por otra parte, los falsos adoradores serán aquellos que rechacen y/o cambien los diez mandamientos, estén en contra o mal interpreten la Biblia y dejen de perseverar en Cristo, convirtiéndose en perseguidores. Estas personas, voluntariamente, decidirán seguir al anticristo y creer en la voz del falso profeta (cf. Apoc. 16:13). Para reconocerlos, se les pondrá una “marca”.

Los mandamientos en la crisis final

De acuerdo a los usos de la palabra “mandamiento” en el Nuevo Testamento (Mat. 5:19; 19:17; Mar. 10:19; Luc. 23:56), la palabra  “mandamientos”, que registra Apoc. 12:17 y 14:12, se refiere al decálogo de Éxodo 20. Esto, indiscutiblemente, incluye el cuarto mandamiento que ordena la observancia del sábado.
Otro aspecto que se puede concluir de la identificación de los mandamientos de Apocalipsis 12:17 y 14:12, es que estos, básicamente los cuatro primeros, cumplirán un papel preponderante en el tiempo del fin. Estos serán el centro de la controversia final. El paralelismo entre Apocalipsis 13 y Éxodo 20 amplía esta idea. Véase el siguiente cuadro:

Éxodo 20
Apocalipsis 13
1er mandamiento
No tendrás dioses ajenos delante de mí (v. 3)
Rebeldía
Y la adorarán todos los que moran en la tierra (v.  8)
2do mandamiento
No te harás ídolo, ni semejanza […] ni las adorarás (vv. 4-5)
Rebeldía
Diciendo a los moradores de la tierra que hagan una imagen de la bestia (v. 14)
3er mandamiento
No tomarás el nombre de Dios en vano (v. 7)
Rebeldía
Y abrió su boca en blasfemias contra Dios (v. 6)
4to mandamiento
Acuérdate del día de reposo… no harás obra alguna… ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo (vv. 9-10)
Rebeldía
Hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos  (v. 16)

Al leer Apoc. 13, se observa que ambas bestias van contra la primera tabla de la ley (primero al cuarto) de Éxodo 20 y no en contra de la segunda (quinto al décimo). El primer mandamiento declara: “No tendrás dioses ajenos delante de mí”; sin embargo, la bestia que sube del mar hace que el mundo lo adore como si fuera un dios. El segundo ordena: “No te harás ídolo, ni semejanza… ni las adorarás”; no obstante, la bestia que sube de la tierra manda que los hombres “hagan una imagen de la bestia” y hace que los moradores de la tierra “adoren a la bestia”. El tercero establece que nadie debe “blasfemar el nombre de Dios”; pero, la bestia que sube del mar “blasfema”. Mientras que Dios, en el día de reposo, prohibió realizar obra alguna, puesto que es su día, la bestia se atribuye potestad divina y prohíbe “comprar ni vender, sino el que tuviese la marca”. Por último, entretanto que el Señor manda que nadie -“ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo”- realice acto alguno, puesto que él es el creador del universo y Señor del sábado (Mar. 2:27-28); la bestia, otorgándose así misma autoridad divina, “hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca”. Todas estas acciones permiten concluir que ellas están en contra del cuarto mandamiento.
Estas acciones revelan que Satanás intentará eliminar o cambiar los diez mandamientos, especialmente los cuatro primeros. Él impondrá una falsa adoración, cambiando el día de reposo, y perseguirá a quienes continúen obedeciendo y adorando al creador. Jon Paulien declara:

Pero el problema aquí no es solo algunos mandamientos de Dios. El problema central está dirigido sobre la ‘adoración’ (Ap 13:4, 8, 12, 15; 14:7, 9, 11). La adoración en particular, dirige su atención hacia la primera tabla de los mandamientos (los primeros cuatro), los que tienen que ver con nuestra relación con Dios.[1]

Adoración, sábado y creador

Éxodo 20:10-11
Apocalipsis 14:7
A. Acuérdate del día de reposo para santificarlo
A’. Adorad
B. Señor
B’. Dios
C. Hizo
C’. Hizo
D. Cielos
tierra
mar
todo lo que en ellos hay
D’. Cielo
tierra
mar
fuentes de las aguas

Ambos pasajes registran elementos semejantes. Juan tenía en mente Éxodo 20:10-11 cuando escribió Apocalipsis 14:7. Lo interesante de ambos textos es el paralelismo en las órdenes que se emiten. Mientras que en Éxodo se ordena reposar el sábado como memorial del acto creador de Dios, en Apocalipsis se ordena adorar al creador. Este paralelismo permite relacionar las palabras adoración, creador, sábado y mandamientos. Estos términos no se los puede entender por separado (es interesante que en toda la Biblia siempre existe esta relación). Adorar al creador implica guardar el sábado y los demás mandamientos. William Shea declara:

El llamado del mensaje del primer ángel es un llamado a adorar. Este es un llamado para adorar a Dios como Creador. El lenguaje creador encontrado en el mensaje del primer ángel se dirige directamente al cuarto mandamiento dado en el Sinaí. El paralelo elaborado aquí suma dos líneas más que soporta esta interpretación.[2]

En conclusión, Apocalipsis 14:7 revela que, en la crisis final, el reposo sabático será una señal de adoración. Guardar los mandamientos y reposar el día sábado serán las acciones que distinguirán a los verdaderos adoradores de los falsos, y las que decidirán quiénes recibirán el sello de Dios y quiénes recibirán la marca de la bestia. Anthony MacPherson señaló:[3]En la crisis de Apoc. 12-15, la fe en Jesús, combinada con la obediencia al decálogo, incluyendo el sábado, son la señal escatológica y el sello de lealtad al pacto del Dios de la creación y de la redención”.



[1]“Revisiting the Sabbath in the Book of Revelation”, Journal of the Adventist Theological Society 9, no. 1-2 (1998): 184.
[2]“Literary and Theological Parallels between Revelation 14-15 and Exodus 19-24”, Journal of the Adventist Theological Society 12, no. 2 (2001): 178.
[3]“The Mark of the Beast as a ‘Sign Commandment’ and ‘Anti-Sabbath’ in the Worship Crisis of Revelation 12-14”, Andrews University Seminary Studies 43, no. 2 (2005): 283.

0 comentarios: