La adoración y los diez mandamientos en el tiempo del fin
Apocalipsis 13 registra que el
anticristo, un reino político religioso, recuperará su poder antes de la
segunda venida de Jesucristo (13:2-3). Este poder le permitirá imponer una
falsa adoración global y una marca (Apoc. 13:13-18).
Muchos han sugerido que la ley de Dios
fue abolida en la cruz, y que esta no debe observarse. Sin embargo, como se
mostrará, el libro de Apocalipsis revela que los diez mandamientos (incluyendo
el sábado) serán el centro de la controversia final y permitirán distinguir a
los verdaderos adoradores de los falsos.
La adoración en la crisis final
Adoración
(gr. proskunountaj)
significa postrarse, inclinarse y/o someterse en homenaje delante de una autoridad.
Esta autoridad puede ser el Dios todopoderoso o algún otro ser. En la
Escritura, el creador pide adoración exclusiva (Sal. 86:9; Isa. 27:13; 45:14) y
reconocimiento como rey y juez. Él no desea que adoremos a otro dios (porque
son inexistentes, cf. Isa. 45). El reflejo de la adoración es la obediencia.
En Apocalipsis, la palabra adoración aparece 24 veces y significa homenaje y obediencia. De estas 24, cinco veces aparece en el cap. 13.,
mostrando que el tema principal de este capítulo es la adoración, o se adora al Cordero (Cristo), o se adora a la bestia
(el anticristo). Aquellos que adoren a Dios, obedeciendo su Palabra, recibirán
la vida eterna; por el contrario, quienes adoren a la bestia recibirán las
siete plagas postreras (Apoc. 16) y la muerte eterna (Apoc. 21:8). Si bien es
cierto habrá una crisis política, económica, social y moral, el problema
principal de esta crisis será espiritual, tendrá que ver con la verdadera y la
falsa adoración.
Según Apocalipsis 12:17; 13:10 y
14:12, los verdaderos adoradores se caracterizan por:
(1) Guardan los mandamientos de Dios.
(2) Tienen fe en el “testimonio de
Jesucristo”.
(3) Son perseverantes.
De acuerdo a Apocalipsis 7 y 12 al 14,
solo recibirán el sello de Dios los verdaderos adoradores. Estos obedecen los
“diez mandamientos”, ponen a la Biblia como única norma de fe y estilo de vida,
y perseveran hasta el fin. Por otra parte, los falsos adoradores serán aquellos
que rechacen y/o cambien los diez mandamientos, estén en contra o mal
interpreten la Biblia y dejen de perseverar en Cristo, convirtiéndose en
perseguidores. Estas personas, voluntariamente, decidirán seguir al anticristo
y creer en la voz del falso profeta (cf. Apoc. 16:13). Para reconocerlos, se
les pondrá una “marca”.
Los mandamientos en la crisis
final
De acuerdo a los usos
de la palabra “mandamiento” en el Nuevo Testamento (Mat. 5:19; 19:17; Mar.
10:19; Luc. 23:56), la palabra
“mandamientos”, que registra Apoc. 12:17 y 14:12, se refiere al decálogo
de Éxodo 20. Esto, indiscutiblemente, incluye
el cuarto mandamiento que ordena la observancia del sábado.
Otro
aspecto que se puede concluir de la identificación de los mandamientos de
Apocalipsis 12:17 y 14:12, es que estos, básicamente los cuatro primeros,
cumplirán un papel preponderante en el tiempo del fin. Estos serán el centro de la controversia final. El paralelismo
entre Apocalipsis 13 y Éxodo 20 amplía esta idea. Véase el siguiente cuadro:
Éxodo 20
|
Apocalipsis 13
|
1er mandamiento
No
tendrás dioses ajenos delante de mí (v. 3)
|
Rebeldía
Y la adorarán todos los que moran en la tierra (v. 8)
|
2do mandamiento
No te
harás ídolo, ni semejanza […] ni las adorarás (vv. 4-5)
|
Rebeldía
Diciendo
a los moradores de la tierra que hagan una imagen de la bestia (v. 14)
|
3er mandamiento
No
tomarás el nombre de Dios en vano (v. 7)
|
Rebeldía
Y abrió su boca en blasfemias contra Dios (v. 6)
|
4to mandamiento
Acuérdate
del día de reposo… no harás obra alguna… ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu
siervo (vv. 9-10)
|
Rebeldía
Hacía
que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos (v. 16)
|
Al leer Apoc. 13, se observa que ambas bestias
van contra la primera tabla de la ley (primero al cuarto) de Éxodo 20 y no en
contra de la segunda (quinto al décimo). El primer mandamiento declara: “No
tendrás dioses ajenos delante de mí”; sin embargo, la bestia que sube del mar
hace que el mundo lo adore como si fuera un dios. El segundo ordena: “No te
harás ídolo, ni semejanza… ni las adorarás”; no obstante, la bestia que sube de
la tierra manda que los hombres “hagan una imagen de la bestia” y hace que los
moradores de la tierra “adoren a la bestia”. El tercero establece que nadie
debe “blasfemar el nombre de Dios”; pero, la bestia que sube del mar
“blasfema”. Mientras que Dios, en el día de
reposo, prohibió realizar obra alguna, puesto que es su día, la bestia se
atribuye potestad divina y prohíbe “comprar ni vender, sino el que tuviese la
marca”. Por último, entretanto que el Señor manda que nadie -“ni tú, ni tu
hijo, ni tu hija, ni tu siervo”- realice acto alguno, puesto que él es el
creador del universo y Señor del sábado (Mar. 2:27-28); la bestia, otorgándose
así misma autoridad divina, “hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y
pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca”. Todas estas acciones
permiten concluir que ellas están en contra del cuarto mandamiento.
Estas
acciones revelan que Satanás intentará eliminar o cambiar los diez
mandamientos, especialmente los cuatro primeros. Él impondrá una falsa
adoración, cambiando el día de reposo, y perseguirá a quienes continúen
obedeciendo y adorando al creador. Jon Paulien declara:
Pero
el problema aquí no es solo algunos mandamientos de Dios. El problema central
está dirigido sobre la ‘adoración’ (Ap 13:4, 8, 12, 15; 14:7, 9, 11). La
adoración en particular, dirige su atención hacia la primera tabla de los
mandamientos (los primeros cuatro), los que tienen que ver con nuestra relación
con Dios.[1]
Adoración, sábado y creador
Éxodo 20:10-11
|
Apocalipsis 14:7
|
A. Acuérdate del día de
reposo para santificarlo
|
A’. Adorad
|
B. Señor
|
B’.
Dios
|
C. Hizo
|
C’. Hizo
|
D. Cielos
tierra
mar
todo lo que en ellos hay
|
D’.
Cielo
tierra
mar
fuentes de las aguas
|
Ambos pasajes
registran elementos semejantes. Juan tenía en mente Éxodo 20:10-11 cuando
escribió Apocalipsis 14:7. Lo interesante de ambos textos es el paralelismo en
las órdenes que se emiten. Mientras que en Éxodo se ordena reposar el sábado
como memorial del acto creador de Dios, en Apocalipsis se ordena adorar al
creador. Este paralelismo permite relacionar las palabras adoración, creador, sábado y mandamientos. Estos términos no se los puede entender
por separado (es interesante que en toda la Biblia siempre existe esta
relación). Adorar al creador implica guardar el sábado y
los demás mandamientos. William Shea declara:
El llamado del mensaje del
primer ángel es un llamado a adorar. Este es un llamado para adorar a Dios como
Creador. El lenguaje creador encontrado en el mensaje del primer ángel se
dirige directamente al cuarto
mandamiento dado en el Sinaí. El paralelo elaborado aquí suma dos líneas más
que soporta esta interpretación.[2]
En conclusión, Apocalipsis 14:7 revela
que, en la crisis final, el reposo sabático será una señal de adoración. Guardar los mandamientos y reposar el
día sábado serán las acciones que distinguirán a los verdaderos adoradores
de los falsos, y las que decidirán quiénes recibirán el sello de Dios y quiénes
recibirán la marca de la bestia. Anthony MacPherson señaló:[3] “En la crisis de Apoc.
12-15, la fe en Jesús, combinada con la obediencia al decálogo, incluyendo el
sábado, son la señal escatológica y el sello de lealtad al pacto del Dios de la
creación y de la redención”.
[1]“Revisiting
the Sabbath in the Book of Revelation”, Journal of the Adventist Theological
Society 9, no. 1-2 (1998): 184.
[2]“Literary and Theological Parallels between Revelation 14-15 and Exodus 19-24”, Journal of the Adventist Theological Society 12, no. 2 (2001): 178.
[3]“The Mark of
the Beast as a ‘Sign Commandment’ and ‘Anti-Sabbath’ in the Worship Crisis of
Revelation 12-14”, Andrews University Seminary Studies 43, no. 2 (2005):
283.
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