Profetas, verdaderos y falsos
Ángel
Manuel Rodríguez
Ex Director del Biblical
Research Institute
¿Cómo
se puede distinguir la diferencia que existe entre un profeta verdadero y otro
falso?
El Antiguo Testamento destaca el
conflicto constante entre los profetas falsos y los profetas verdaderos del
Señor. En el pasado, distinguir entre ellos fue difícil, pero había que
hacerlo. Los israelitas preguntaron al Señor: " ¿Cómo conoceremos la palabra
que Jehová no ha hablado?" (Deut. 18:21). Juan escribió a la iglesia:
"Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de
Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo" (1 Juan 4:1).
Dado que este tema es muy importante, el Señor dio a su pueblo algunas
instrucciones al respecto.
1. Profecías cumplidas: Moisés dijo a los
Israelitas: "Si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere
lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con
presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él" (Deut. 18:22;
ver Jer. 28:8, 9). A primera vista, esta es una buena prueba que, sin embargo,
a menudo es difícil de aplicar. Para poder determinar si alguien es un profeta
verdadero, debemos esperar el cumplimiento de la profecía que anunció. Con el
objetivo de poder ayudar a sus oyentes, los profetas algunas veces daban,
dentro de sus profecías de largo alcance, algunas profecías de término corto
que se cumplían rápidamente (Jer. 28:16, 17). Sin embargo, las profecías de un
falso profeta también podrían cumplirse (Deut. 13:1, 2). Esto sugiere que esta
prueba no es suficiente, por sí sola, para saber si un profeta es de Dios.
2. Teología correcta. Esta prueba asume
que el pueblo ya ha recibido mensajes de Dios y que es capaz de usarlos para
evaluar nuevas revelaciones. Por ejemplo, dado que la Ley de Dios prohíbe
adorar ídolos, un profeta que dirige a otros a adorar otros dioses sería un
falso profeta (Deut. 13:2). El mensaje de un nuevo profeta tiene que estar de
acuerdo con las revelaciones previas de Dios (Isa. 30:8). La persona que recibe
la nueva revelación tiene que tener un profundo conocimiento personal de la
Palabra de Dios. Esto les permite utilizar ese conocimiento para evaluar la veracidad
de la nueva revelación. En el Nuevo Testamento, la revelación de Dios a través
de Jesucristo llegó a ser la prueba central, junto con la Palabra escrita, para
determinar si un profeta era verdadero (1 Juan 4:2, 3; Juan 17:17). Aunque esta
prueba es más difícil de adulterar, puede ser falsificada. El apóstol Pablo
escribió acerca de "falsos apóstoles [...] que se disfrazan como apóstoles
de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de
luz" (2 Cor. 11:13, 14). Y sin embargo, los que conocen la verdad tal como
es en Jesús no serán engañados.
3. La prueba de la ética. Los falsos
profetas no viven a la altura de las leyes de Dios y no se pronuncian
claramente contra el pecado. El profeta Ezequiel acusó a los falsos profetas:
"Por cuanto entristecisteis con mentiras el corazón del justo, al cual yo
no entristecí, y fortalecisteis las manos del impío, para que no se apartase de
su mal camino, infundiéndole ánimo" (Eze. 13:22). Los falsos profetas
también eran arrogantes (2 Ped. 2:18), engañadores (Hech. 13:6-10), y a menudo
predicaban solo por la paga (2 Ped. 2:3, 13). Su vida no estaba en armonía con
la palabra revelada de Dios. Las personas pueden dar la impresión de ser
santas, incluso de hablar lo correcto, y sin embargo Jesús dijo que son como
lobos vestidos de ovejas (Mat. 7:15).
4. Por sus frutos. Jesús mismo estableció
esta prueba. Dijo: "Por sus frutos los conoceréis [...]. Así, todo buen
árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos" (Mat. 7:16,
17). Es parecida a la tercera prueba, pero va más allá, al preguntar: ¿Cuáles
son los resultados del ministerio de una persona que dice ser profeta? Su
ministerio ¿edifica a la iglesia? Esta prueba requiere tiempo, pero la mentira
y el engaño tarde o temprano son revelados.
Tenemos que permanecer abiertos a la
posibilidad de que Dios todavía nos hable por medio de sus profetas. Pero, a
fin de poder identificar a un verdadero profeta, deberíamos conocer y entender
las Escrituras; deberíamos utilizar la Palabra inspirada de Dios para probar
las enseñanzas y el estilo de vida de la persona que dice ser un profeta
verdadero. Finalmente, no deberíamos aceptar rápidamente a alguien que dice
serlo. Debemos darle tiempo para que las acciones del nuevo profeta muestren
qué clase de persona es. Probar los espíritus requiere tiempo, oración y
conocimiento de lo que Dios ya nos ha revelado.
Fuente: http://www.adventistbiblicalresearch.org/preguntasbiblicas/profetas
verdaderosfalsos.htm
0 comentarios:
Publicar un comentario