The
last text reference is of special importance, since the remnant is not confined
to a local setting (3:2; 2:24) but rather is the universal remnant, namely the
remnant of the overall church. We will focus on this.
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19 may 2014
The End Time Remnant in Revelation. Ekkehardt Mueller
Posted by Unknown | 22:52 | Adventismo, Apocalipsis 12-14, Identidad profética, Mensajes de los tres ángeles, Remanente
15 may 2014
The Last Message
for this World
Ekkehardt Mueller
Director asociado del Biblical Research Institute
Last
messages or last warnings are very important. If one does not take them
seriously, one has to count on unpleasant consequences. On the other hand, if
they are followed, one can enjoy wonderful benefits. The Bible presents a last
message in Rev 14:6-12.
5 sept 2013
El mensaje del remanente en el tiempo del fin: Los mensajes de los tres ángeles en Apocalipsis 14:6-12. Oscar Mendoza Orbegoso
Posted by Unknown | 12:35 | Apocalipsis 14:6-12, El mensaje del remanente, Mensaje profético, Mensajes de los tres ángeles
La Iglesia Adventista del Séptimo Día siempre se ha identificado como el remanente del tiempo del fin de Apocalipsis 12:17 y ha sostenido que su mensaje se centra en los Mensajes de los tres ángeles (Mta) de Apocalipsis 14:6-12. Sin embargo, influidos por el mundo católico y evangélico, muchos sermones y temas predicados en el adventismo solo presentan la gracia y el amor de Cristo, dejando de lado su mensaje profético. Para un mejor cumplimiento de la misión, este artículo propone nueve verdades bíblicas extraídas de los Mta en Apocalipsis 14:6-12. Este artículo se abordará desde la perspectiva contextual– bíblica; analizando cada una de las verdades que se extraen de los Mta.
5 ago 2013
La siega de la tierra y la vendimia de ella. Merling Alomía
Posted by Unknown | 11:22 | Mensajes de los tres ángeles, Segunda Venida de Cristo, Siega y Vendimia
La siega de la tierra y la vendimia de ella
Merling
Alomía
Apocalipsis 14:14-20
Miré, y he aquí
una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que
tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda. Y del templo
salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete
tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra
está madura. Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y
la tierra fue segada. Salió otro ángel del templo que está en el cielo,
teniendo también una hoz aguda. Y salió del altar otro ángel, que tenía poder
sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu
hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras.
Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó las
uvas en el gran lagar de la ira de Dios. Y fue pisado el lagar fuera de la
ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil
seiscientos estadios.
Llegó el momento cuando la lucha celestial se trasladó a
la tierra donde fue confinado en cuarentena cósmica: “Y luchaban el dragón y
sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló lugar para ellos en el cielo. Y
fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y
Satanás, el cual engaña al mundo entero […]” (Ap 12:7-9). “Y Satanás […] fue
arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él” (Ap 12:9).
Luego se detalla resumidamente la manera cómo la iglesia pudo subsistir a
la persecución del dragón mediante sus agentes que son presentados en el
siguiente capítulo.
Y se le dieron a
la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la
serpiente al desierto, a su lugar […] y la serpiente arrojó de su boca, tras la
mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río, pero la tierra
ayudó a la mujer, pues la tierra [...] tragó el río que el dragón había echado
de su boca […] (Ap 12:14-16).
El cuadro es preciso y concisamente detallado. Como
Satanás no pudo eliminar a Cristo ni a su iglesia, arremete contra los que
continuaron la fe de la iglesia de Cristo en los años de persecución. “Entonces
el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto
de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen
el testimonio de Jesucristo” (Ap 12:17).
Es decir, como Satanás no pudo vencer al Encarnado ni a
su Iglesia que Él fundó, dirigió su ira contra el remanente escatológico, la
descendencia de ella. La iglesia de Dios del tiempo del fin sufrirá el ataque predilecto
del dragón mediante la misma bestia que persiguió a la iglesia en el medioevo y
otra bestia que el diablo suscitará como imagen de la bestia medieval.
Apocalipsis 13
En el capítulo 13 se le revela a Juan lo que hizo Satanás
(el dragón) en la tierra con el pueblo de Dios y lo que volverá a hacer hacia
fines del tiempo del fin atacándolo con los poderes del papado y del
protestantismo apóstata.
Me paré sobre la
arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez
cuernos […] Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus patas como de
un oso, y una boca como de león. Vi una de sus cabezas como herida de muerte,
pero su herida mortal fue sanada; y toda la tierra se maravilló en pos de la
bestia. Y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a
la bestia (Ap 13:1-4).
Así se enfatiza la manera como buscó con afán destruir la
verdad y el verdadero pueblo de Dios durante el medioevo. Es la misma visión
dada a Daniel en la secuencia de los imperios del capítulo 7 pero encarnadas en
un monstruo único. Se enfatiza el poder perverso, blasfemo, y perseguidor de la
iglesia pues las mismas características y período dominante, dadas a Daniel le
son presentados a Juan. No hay duda que la bestia presentada en forma combinada
es Roma en sus dos fases: la pagana y la papal. En realidad, hay un paralelismo
entre la bestia de Daniel 7 y Apocalipsis 13.
Daniel 7
■ Una boca que
hablaba grandes cosas y blasfemaba contra el Altísimo.
■ Persigue la
Iglesia del Altísimo.
■ Poder para
actuar por 1260 años.
Apocalipsis 13
■ Una boca que hablaba grandes cosas y blasfemias contra Dios.
■ Es perseguidora
de la Iglesia de Cristo.
■ Poder para
actuar por 42 meses.
El Apocalipsis nos señala que las fuerzas papales (Roma)
y protestantes (USA) se unirán para imponer la marca, nombre y número de la
bestia al mundo entero. La persecución religiosa se renovará y habrá un
terrorismo mundial imponiendo sus exigencias religiosas a todo el mundo. Pronto
las dos bestias hablarán juntas, como el dragón quiere que hablen, blasfema y autoritariamente.
Para esto habrá una “clonación” de la primera, pues la
segunda bestia se tornará en imagen de ella y su más ardiente defensora. Es
decir, la segunda bestia repetirá las acciones de la primera bestia y con el poder
del dragón dominará el mundo e impondrá la marca, el nombre y el número de la
bestia al mundo entero. Después de esta bestia, no habrá ningún otro poder que
persiga al pueblo de Dios porque de esto lo librará Miguel para siempre.
Así pues, Apocalipsis 13 presenta dos bestias simbólicas
apoyándose mutuamente para contradecir los propósitos de Dios. Los adventistas del
séptimo día han enseñado siempre que la primera bestia simboliza a la Roma
papal y la segunda simboliza al protestantismo de USA. En medio de este ataque
feroz resalta la fidelidad del remanente escatológico: “Aquí está la paciencia
de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Ap
14:12).
Tras esta secuencia en el desenvolvimiento de los
acontecimientos viene nuestro texto examinado. Y aparece para señalar los
destinos que corresponde y espera al remanente fiel y a las bestias
perseguidoras que actúan siempre bajo la dirección del dragón. Así, tras toda
esa secuencia anterior viene el texto en estudio revelándonos lo que Dios hace para
acabar con toda la rebelión cósmica arriba y abajo.
La Siega – Apocalipsis 14:14-16
1. El que siega es el Hijo del hombre, y el Hijo del
hombre es Jesús. Su descripción no es más la de Sacerdote o intercesor, sino de
Rey y Juez. Ya salió del santuario y está en camino a la tierra y viene como segador.
Para no equivocarse en la identificación viene con una hoz aguda, afilada. Que
todas sus acciones están programadas en el Santuario es evidente, pues el
Santuario es mencionado tres veces:
a. V. 15 – “Y del Santuario salió otro
ángel clamando a gran voz […]”
b. V. 17 – “Salió otro ángel del
Santuario”
c. V. 18 – “Salió del altar otro ángel […]”
Por fin Dios se levanta para erradicar “todo el mal que
el enemigo ha hecho en el Santuario” (Sal 74:3 úp). La descripción del Hijo del
hombre viniendo en las nubes del cielo es muy conocida.
a. Apocalipsis 1:7.
b. Eso mismo se le mostró a Daniel – Dan 7:13.
c. Pero Jesús mismo también mencionó la forma cómo volverá – Mat. 24:30;
Mar 13:26; Luc 21:27.
d. Pablo recalca esta descripción gloriosa del Hijo del hombre cuando
vuelva por segunda vez – 1 Tes 4:17.
“Entonces vi el
cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel
y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. . . Estaba vestido con una ropa
teñida en sangre, y su nombre era: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos
celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos
blancos” (Apocalipsis 19:11).
Así es descrito el ejército salvador que pasará por la
constelación del Orión. Es que el séquito angelical del Cordero viene rumbo a
la Tierra para rescatar a la iglesia fiel. Debe notarse que la orden de la
siega es dada precisa y justamente después de que el mensaje de los tres
ángeles (en especial el del tercero), ya han sido anunciados (Ap 14: 6-11a).
El mensaje proclamado es el último mensaje dado por la
iglesia, que es el remanente escatológico de Dios. Son tres mensajes claros y
definidos:
■ “Adoración al Creador, empezó su
juicio”.
■ “Ha caído Babilonia, salgan de ella”.
■ “Acepten el sello de Dios o la marca
de la bestia”.
Debe señalarse que en los vs. 12-13 de Apocalipsis 14
aparece y se describe al remanente destacando su carácter. Además enfatiza la
resurrección especial antes de la general de los redimidos. Ellos son
presentados de modo especial con la bienaventuranza de su descanso creyendo en el
Señor. Su paciencia, fe y obediencia serán inmensamente recompensadas al ser
resucitados para ver la certidumbre de su fe. La secuencia mostrada a Juan es
la misma secuencia y mensaje revelado a Daniel (Dan 12:1-2, 12-13):
a. A Daniel se le muestra la resurrección especial previa a la general de
los justos.
b. Se le muestra que en este grupo previo, unos van a vida eterna, en tanto
que otros van a confusión perpetua.
c. Los que van a confusión perpetua son los que juzgaron y crucificaron a
Jesús burlándose cruelmente de él.
También están en la escena los que persiguieron con
crueldad y saña a los discípulos de Cristo. En cambio, los que resucitan para
vida eterna son los que participan de la “bienaventurada esperanza” y han
esperado seguros al gran Dios y Salvador Jesucristo en el tiempo del fin (Tit
2:13).
“Los sepulcros se
abren y ‘muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados,
unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua’ (Dan 12:2).
Todos los que murieron en la fe del tercer ángel, salen glorificados de la
tumba, para oír el pacto de paz que Dios hace a los que guardaron su ley. ‘Los
que le traspasaron’ (Apo 1:7), los que se mofaron y rieron de la agonía de
Cristo y los enemigos más acérrimos de su verdad y su pueblo, son resucitados
para mirarle en su gloria y para ver el honor con que serán recompensados los
fieles y los obedientes” (CS 695).
“El remanente del
tiempo del fin y del tiempo de angustia es juntado primero como valioso grano
por el Segador, para ser llevado a su alfolí celestial. Las primicias hace
tiempo fueron recogidas por el mismo Señor cuando salió de la tumba derrotando
la muerte y el sepulcro. Ahora él regresa para recoger el precioso fruto de su
siembra milenaria y eterna. Él mismo sembró con llanto y lloró desesperado.
Ahora recoge su siega entera con alegría indecible. El remanente de los siglos
es juntado como grano valioso por el Segador para ser llevado al alfolí
celestial. Así los ángeles bajo las órdenes de su Arcángel Miguel recogen a los
escogidos de los cuatro vientos del cielo para llevarlos junto al Salvador que
los espera en las nubes. Luego se inicia el gran éxodo cósmico de siete días
viajando por el espacio con el Salvador rumbo al mar de vidrio en el Hogar
celestial” (PE, 16).
La Vendimia – Apocalipsis 14:17-20
El profeta sigue describiendo los sucesos que siguen a la
siega del Hijo del hombre.
a. Un ángel sale del Santuario con una misión expresa, pues tiene una hoz
aguda (Juicio).
b. Su misión es recalcada con la orden de otro ángel que también sale del
Santuario y que a su vez tiene el poder sobre el fuego destructor.
c. El fuego destructor sólo es parte de la descripción de la recompensa final
dada a los impíos.
La suerte final de éstos es dada después que los justos,
ya inmortales, están seguros y salvos en el reino, en la capital de éste, la
Nueva Jerusalén.
§ Los impíos perecen fuera de la ciudad.
§ Ellos beben de la copa de la ira de Dios.
El ángel sale del templo (del Santuario) donde están los
registros y dónde están determinados los castigos. El otro ángel tiene el poder
del fuego. El fuego es terrible y destructivo.
§ Esto apunta al hecho de que el fuego destruirá a los impíos y a Satanás y
sus demonios.
§ Esta destrucción compara a los impíos con los racimos de uvas de la tierra.
§ Ellos son echados “en el gran lagar” que es pisoteado fuera de la ciudad.
En realidad esto es un resumen de lo que se amplía en Apocalipsis 19:19-20;
20:11-15.
Precisiones interpretativas escatológicas
En realidad, el resumen más claro de todo esto lo da
Jesús en una parábola de su Reino: Mateo 13:24-30, 36-43.
§ Ésta es también la explicación más breve, sencilla y clara del pasaje que
estamos estudiando y que a su vez es paralelo a Daniel 12:1-3, 12-13.
§ Con esta parábola el cuadro se nos torna más diáfano y anhelante. De esta
manera, Apo 14:15-20 es el momento cuando Jesús, tras su obra de intercesión en
la expiación cósmica (o purificación de su Santuario), vuelve a la tierra por
los suyos.
§ Él arrojará su hoz, y los santos representados por el trigo en la tierra serán recogidos al alfolí celestial.
§ Su siembra milenaria es recogida por Él mismo con regocijo.
§ Ya no como varón de dolores sino como Segador y Salvador triunfante. También
la siembra del maligno será arrancada y amontonada junto con él mismo para ser
destruida con fuego eterno (Mateo 25:41, 46; Apo 19:19-20).
Daniel y Juan destacan la misma esperanza dada a los
creyentes en “bienaventurada esperanza” (Apo 14:12-13). La ira derramada sobre la
tierra es la destrucción de los impíos. Ellos son destruidos fuera de la ciudad.
Pero la profecía termina, como otras revelaciones escatológicas, con el triunfo
de Cristo y los redimidos.
Esto se expresa en todo su clímax en Apo 19:1-6, 11-16.
Pero en el capítulo 19 la misma realidad escatológica nos es presentada por
otra imagen gloriosa puesta también en contrastes absolutos: La Cena de Bodas del
Cordero y la Cena del Gran Dios (Apo 19:7-9, 17-18, 21); pero eso, ya es otro
tema y para otra ocasión.
Conclusiones
1. Pronto el Señor culminará la expiación cósmica en su
Santuario y vendrá para recoger su cosecha preciosa.
2. La cosecha precede a la vendimia de la tierra. Hay mil
años de espacio entre ambos eventos.
3. Hay sólo dos opciones ineludibles para todos: O somos
segados para vida eterna o seremos vendimiados para perdición eterna.
4. El que seamos, eternamente, parte de la cosecha para
refugio y salvación en su granero, o parte de su terrible vendimia, depende de nosotros.
5. Hoy es el momento propicio para asegurarnos un lugar
en su reino bendito.
6. Hoy todavía Cristo nos invita mediante su Vicario y su
Iglesia a ser partícipes plenos de todas las bendiciones de su reino por la
eternidad, siendo trigo en su alfolí y no uvas en su lagar (Ap 21:17).
14 may 2013
El sellamiento y el fuerte pregón
Michael
Orellana Méndez
Introducción
¿Se puede descubrir lo que significa el sello de Dios en Apocalipsis
7? Es un desafío muy grande y requiere la máxima atención a las diversas
porciones de las Escrituras que guardan relación con este tema.
El
sellamiento
El sellamiento no es una figura totalmente nueva en las
Escrituras. Su verdad recorre el texto bíblico, desde el inicio hasta el final.
De hecho, se dice del mismo Abraham que éste fue sellado por la circuncisión (Ro
4:11).[1]
Por lo tanto, es necesario recordar lo que la Escritura enseña sobre el
sellamiento a lo largo de la historia de la salvación y de esa manera estar en
condiciones de interpretar correctamente lo que Apocalipsis intenta describir.
Justamente, antes del éxodo se necesitó una distinción
especial para el pueblo de Dios. Dentro de las especificaciones de la pascua se
le pidió al pueblo de Israel que pintara el dintel de sus puertas con la sangre
del Cordero (Éx 12:7). Esta señal sirvió para distinguir al israelita de quien
no lo era. Todo primogénito de la casa que no tenía esta marca simplemente
murió durante la noche de la décima plaga sobre Egipto. En este hecho, podemos
observar que el sellamiento tiene el propósito de distinguir al pueblo de Dios
justamente antes del castigo divino sobre los paganos.
Entre todas las imágenes relacionadas con el sellamiento
en el Antiguo Testamento, ninguna es tan cercana al Apocalipsis, tanto en género
como en contenido, como la visión que Ezequiel tiene acerca del escribano (Ez
9). Esta visión muestra que, justamente antes de la destrucción de Jerusalén,
un varón vestido de lino quien llevaba en su cintura un tintero de escribano
colocó una señal en la frente de los justos.[2] Esto
se hace nuevamente, para diferenciar al justo del injusto, y para que los
castigos no afecten igualmente a los dos.
Por otro lado, si estudiamos la palabra griega traducida por
sello (sfragis)[3]
descubriremos que todos sus usos en el Nuevo Testamento caen en la metonimia.
Es decir, esta palabra alude a otra con un significado fuera del literal. De
tal manera, que cuando el apóstol Pablo escribe “sello” lo hace para describir
realidades espirituales como la certificación, marcación y verificación del
verdadero cristianismo o incluso de su apostolado (1 Co 9:2; 2 Ti 2:19). Esto
rememora la costumbre de sellar los documentos antiguos con símbolos de la autoridad
del emisor. Esto se hacía para evitar suspicacias de todo tipo y, por lo cual,
las marcas inconfundibles eran vitales ¡Incluso la tumba de Jesucristo fue
sellada![4] A
través del sello se asegura la veracidad y origen de un documento. Además, este
sellamiento asegura la protección del objeto sellado, la inaccesibilidad a él y
su pertenencia.[5]
Este hecho es ilustrado ampliamente por los sellos encontrados en las
excavaciones arqueológicas en Asiria[6] y
en el propio Israel.[7]
Adicionalmente, el apóstol Pablo se refiere al
sellamiento en términos sacerdotales cuando lo equipara con la unción del
Espíritu Santo (2 Co 1:22; Ef 1:13; 4:30). De acuerdo con lo que él escribió, solamente
el Espíritu Santo puede producir este sello en la vida del creyente. La cita de
Pablo es simplemente una nueva presentación del ungimiento que era practicado
en el sistema sacerdotal del Antiguo Testamento. Dentro de este sistema, ningún
sacerdote podía ministrar sin recibir primeramente la unción (Lv 8:12; Éx 40:9-11).
Ni siquiera el santuario podía funcionar como tal sin ella (Éx 40:13-15). De
tal manera, el ungimiento llegó a ser la demarcación territorial de lo que le
pertenece a Dios y está consagrado a él. A fin de cuentas, sólo Dios puede
aprobar o desaprobar a quien quiere (Ro 9:16).
Sin embargo, existe un énfasis adicional dentro de las
profecías apocalípticas. Pues este sellamiento ocurre poco antes de que sean desatados
los vientos impetuosos del océano (Ap 7:1-4). En primer lugar, recordemos que
este sello lo tiene un ángel que sube desde donde nace el sol. Para la mayoría
de estudiosos, ésta es una referencia directa a Cristo.[8] En
segundo lugar, quienes reciben este sello son los miembros del célebre grupo de
los 144 000. Estos mismos aparecen nuevamente de pie sobre el monte Sión junto
al Cordero (Ap 14:1). Es evidente que para entonces se encuentran victoriosos y
gozosos de experimentar algo semejante a lo que Moisés experimentó cuando cruzó
el mar rojo (Ap 14:3; 15:3). Obviamente, su experiencia es aún mayor.
Una característica esencial de este grupo es que en sus
frentes estarán escritos los nombres del Cordero y de su Padre (Ap 14:1). Esto alude
exactamente lo que ocurría con el sumo sacerdote cuando llevaba las palabras
“santidad a Jehová” (heb. qodesh
laYehwah), escritas en una placa de oro sobre su mitra. De esta
manera, queda explicado aún más el sentido de este sello como un retrato de la impresión
del carácter Divino en la vida del hombre.[9] En
resumen, el sello es el trazado hecho por el Espíritu Santo en la vida del
creyente y que consiste en la santidad del carácter.[10]
Por otro lado, Apocalipsis coloca a los sellados en posición antagónica con los
que han recibido la marca de la bestia (Ap 15:3). Estos últimos también
recibieron una marca pero de confección enfáticamente humana (Ap 13:18).[11] Si
comparamos ambas cosas, el sello del capítulo siete de Apocalipsis tendría
además un carácter definidamente específico. El tal apuntaría a la santidad del
carácter, pero reflejada de un modo muy particular en el guardar del cuarto
mandamiento de la ley de Dios (Ez 20:20; Ex 20:8).[12]
Debido a que la señalización de los israelitas ocurrió
justamente antes de que el ángel destructor pasara por Egipto (Ex 12:13) y esto
mismo volvió a suceder en ocasión de la destrucción de Jerusalén (Ez 9:6), se puede
esperar que el sellamiento descrito en Apocalipsis 7 ocurrirá antes de las
plagas. Es necesario saber quién tiene el sello de Dios y quién tiene la marca
de la Bestia justo antes de la primera plaga (Ap 16:2). Este sellamiento, una
obra del Espíritu Santo, se está realizando a lo largo del mensaje de los tres
ángeles.[13]
Este evangelio eterno predicado por los tres ángeles
tiene un efecto creciente similar al de la semilla de mostaza (Mt 13:31-32).
Esta semilla, aunque pequeña, empieza a crecer mucho de manera imperceptible.
La misma realidad es graficada en Proverbios 4:18 cuando se afirma que “…la
senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el
día es perfecto”. Pues bien, el sellamiento sobre los hijos de Israel, el
remanente espiritual, se va acrecentando a tal punto que en los símbolos
apocalípticos se materializa el cumplimiento de las profecías clásicas
referentes a la restauración de Israel y de esa manera alcanzan su clímax en la
disposición de un Israel espiritual plenamente restaurado con sus doce tribus
completamente selladas.[14]
El sellamiento se realiza mientras el mensaje de los tres ángeles es proclamado
por todo el mundo, a cada tribu, lengua y nación. Cuando esto se termine, la
restauración plena del Israel espiritual estará lista y solo faltará la caída
de las plagas antes de entrar en la Canaán celestial para la posesión de las
promesas recibidas.
Cabe preguntar entonces. ¿Existe algo que podamos hacer
para recibir el sello de Dios? El mismo mensaje de los tres ángeles responde: “¡Temed
a Dios y dadle gloria! ¡Adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra!” (Ap
14:7). El mensaje no podía ser más claro. La única manera de recibir ese
sellamiento es hacer la parte que nos toca, la cual está explícita en este
mensaje.
El fuerte pregón
El ángel que Juan ve no es totalmente diferente de los
otros que ya vio (Ap 18:1). La palabra “allon”, traducida como “otro”, significa “algo que es del mismo tipo que lo
anterior”.[15]
Es decir, el ángel de Apocalipsis 18 no es algo así como
un cuarto ángel o un ser totalmente diferente con un mensaje controvertidamente
distinto. En realidad, se trata del mismo mensaje del segundo ángel (14:8),
pero amplificado.[16]
Es muy importante distinguir esa semejanza para no construir la falsa teoría de
un nuevo remanente dentro del remanente.
Comparación entre el mensaje del segundo ángel con el otro ángel de Apocalipsis 18:1
|
|
Mensaje del
segundo ángel de Ap 14:8
|
Mensaje del ángel de Ap 18
|
¡Ha caído, ha
caído Babilonia!
|
¡Ha caído, ha caído
Babilonia!
¡Se ha hecho habitación de demonios!
¡Salid de ella, pueblo mío!
¡Sus pecados han llegado
hasta el cielo!
¡En una hora vino tu juicio!
¡En ella se halló la sangre
de los profetas y de los santos!
|
En la comparación de estos dos mensajes se puede percibir
la amplificación de su contenido. Los elementos adicionales se encuentran en el
contexto de juicio. Babilonia ha sido juzgada. Sus pecados han sido
descubiertos y el cielo está emitiendo sentencia. El mensaje de Apocalipsis 14
es intensificado en el capítulo 18. Entonces, lo que tenemos aquí no es un
cuarto ángel sino una explicación con más detalle del segundo.
Este aspecto es descrito por el hecho de que “la tierra
fue alumbrada con su gloria”. Esta iluminación es inherente a la misma gloria (do,xa) que puede ser traducida como “esplendor” o “brillo”.[17] Es
importante recordar que la iluminación de todo hombre fue siempre el propósito
del plan de salvación. Tal como lo expresa el evangelio de Juan: “Aquella luz
verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo” (Jn 1:9). Los
propósitos misioneros de Cristo se logran justamente cuando este ángel ilumina
el mundo entero con su luz. Esto no significa obviamente que todo el mundo
responda a su llamado. De hecho, lo hombres suelen rehuir la luz verdadera
porque aman más las tinieblas (Jn 3:19-20).
Es importante leer el capítulo 18 a la luz del capítulo 17.[18]
¿Por qué? Porque el proceso de la caída de Babilonia ocurre justamente en el
tiempo de la sexta cabeza de la bestia escarlata (Ap 17:10)[19] y
porque la destrucción de Babilonia (cap. 18) es la contraparte del triunfo del Cordero
(cap. 17).[20]
No es el propósito de este artículo discurrir la identificación de cada una de
estas cabezas; sin embargo, es esencial recordar que esta sexta cabeza señala
el tiempo cuando justamente no está en acción el poder pleno de la Bestia. El
mismo apóstol lo afirma al escribir que “La bestia que has visto, era, y no es
y está para subir del abismo” (Ap 17:8). El único contexto posible lo
encontramos en el capítulo 13 cuando la bestia empieza a sanar de su herida
mortal. Esto es lo que ocurrirá cuando la Bestia esté por generar una
resurrección de su poder en su propia imagen. Es entonces cuando se cumplirá plenamente
la iluminación del mundo por parte de este poderoso ángel (Ap 18:1). Dicho en
términos más sencillos, cuando el papado esté a punto de recuperar su posesión
de poder total a través de las iglesias protestantes apóstatas, entonces
ocurrirá el fuerte pregón que inundará la tierra del conocimiento de Dios tal
como las aguas cubren el mar (Hab 2:14).
Conclusión
El sellamiento es la impresión del carácter divino en el remanente
que aún queda y que sólo el Espíritu Santo puede realizar. Este sellamiento se
realiza a lo largo del mensaje de los tres ángeles, pero de una manera
muchísimo más notoria al inicio del fuerte pregón, cuando los que reciban el
sello de Dios tendrán pleno poder para terminar la predicación del evangelio.[21] El
aspecto visible de esta inscripción es el guardar el sábado como cuarto
mandamiento de la ley divina. La obediencia a esta ley diferencia
automáticamente a los sellados por Dios de los esclavos de la Babilonia
Mística. Queda al remanente fiel seguir divulgando su mensaje y obedecer para
disfrutar de las bendiciones que implica estar sellado por el Espíritu Santo.
Publicado en la Revista de Teología Estrategias 6, no. 2 (2009): 87-94.
[2]Estos justos son descritos como
israelitas que claman por todas las abominaciones que se cometían en Jerusalén
(Ez 9:4). Esta visión no tiene referencias a un futuro escatológico. Sin
embargo, su naturaleza es muy similar a la contenida en Apocalipsis 7. Para
comentarios adicionales ver Francis D. Nichol, ed., Comentario bíblico adventista
del séptimo día, trads. Ampuero Matta y Nancy Vhymeister (Miami: Publicaciones
Interamericanas, 1990), 4:637.
[3]Timothy Friberg, Bárbara Friberg y
Neva F. Miller, “σφραγίς”, Analytical Lexicon of the Greek New Testament, CD-ROM, Biblioteca Digital
Libronix 3.0c (Grand Rapids: Baker Books, 2000). En adelante ALGNT.
[6]Pauline Albenda, “Of Gods, Men and
Monsters on Assyrian Seals”, Biblical Archaeologist 41, no 1-4 (1997): 15-20.
[7]El sello de esta ilustración contiene
las palabras “Perteneciente a Shema… sirviente de Jeroboam”. Este Jeroboam es, probablemente,
Jeroboam I quien gobernó justamente después de la división del reino del norte
y el reino del sur. De ser así, la figura del león representaba tanto a Israel como
a Judá. Associates for
Biblical Research, “Our Cover”, Bible and Spade 1, no 1 (1972): 2.
[8]Hans K. La Rondelle, Las profecías del fin (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana,
1999), 157.
[9]Siempre fue el propósito de la Deidad
que el hombre llevase en sí mismo su propia imagen. Las palabras hebreas
“imagen” (~l,c), y “figura”(tWmD>) de Génesis 1:26 hacen hincapié en esto.
[10]Carlos A. Steger, “O que significa
`Viver sem intercessor”, en O Futuro: A visão adventista dos últimos
acontecimentos, Alberto R. Timm, Amin A. Rodor y Vanderlei Dorneles, eds. (Sao Paulo:
Casa Publicadora Brasileira, 2004), 208. En adelante OF.
[11]El mismo Apocalipsis aclara que el
número es de hombre y que se repite tres veces. La repetición triple no es otra
cosa sino una burlesca imitación del trisagio del libro de Isaías (Is 6:3). En
concordancia con esto, el mismo apóstol Pablo identifica a la entidad emisora
de este falso sello como “el hombre de pecado” (1 Ts 2:3-4).
[12]El mensaje de este remanente (Ap
14:7-9) tiene una relación directa con su sellamiento (Ap 15:2-3). Si el
remanente reclama adoración verdadera (sábado) y luego logra ser vencedor sobre
la marca de la bestia; esto indica que ambas cosas están antitéticamente
conectadas.
[13]“Se denomina sellamiento a un proceso
espiritual, invisible para los ojos humanos, que se halla en marcha y que finalizará bien pronto, al fin
del tiempo de gracia” (énfasis añadido). Fernando Chaij, Preparación para la crisis final
(California:
Pacific Press, 1966), 45.
[14]Es imposible interpretar las doce
tribus de Israel como literales siendo que once de ellas se perdieron después
de la caída de Samaria el año 722 a.C. En los propios días de Ezequiel la
restauración de las doce tribus de Israel solo podían tener un cumplimiento no
estrictamente literal (Ez 48:2; 7:23-29).
[15]alloj denota otra cosa
del mismo tipo. Esto contrasta grandemente con ἕτερος que conlleva la idea de algo
totalmente diferente. T. Friberg, Friberg
y Miller, “alloj”, ALGNT, 44.
[19]Antolín Diestre Gil, El sentido de la historia y la
palabra profética (Barcelona: CLIE, 1995), 2: 535.
[20]Ekkerhardt Müeller, “Insight into
the Christology of the Book of Revelation”, en Cristología, Heber Pinheiro, et. al
(Cochabamba, Bolivia: Universidad Adventista de Bolivia, 2009), 106.
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