28 may 2013


Fernando Canale propone deconstruir la Teología cristiana. La razón es que la Teología cristiana se ha venido fundamento sobre la Filosofía griega clásica, tomando un pensamiento atemporal acerca de Dios. Esto ha influido en la Tradición cristiana y en la comprensión de la Escritura.


Éste es el segundo de una serie de dos artículos en los que se propone que la Iglesia Adventista del Séptimo Día debiera completar la revolución teológica iniciada por sus pioneros en el siglo XIX. Se considera el origen histórico del proyecto teológico Adventista, su base bíblica y sus fundamentos hermenéuticos. Se argumenta que debido a que los pioneros nunca lo completaron, al principio del siglo XXI la iglesia debe completarlo al nivel erudito de investigación universitaria y al nivel práctico del ministerio y misión de las iglesias locales. Se consideran algunos de los pro-blemas logísticos que impiden el desarrollo erudito y ministerial del proyecto teológico adventista y se sugieren algunas soluciones. Finalmente, el autor esboza brevemente la tarea teológica a rea-lizar. Este proyecto debe proveer el pensamiento bíblico para una teología de la vida y acción de la iglesia. De esta manera se alcanzará la unidad de la iglesia condición necesaria para cumplir la misión escatológica final.


Éste es el primero de dos artículos en los que se propone que la Iglesia Adventista del Séptimo Día debiera completar la revolución teológica iniciada por sus pioneros en el siglo XIX. También, que las generaciones posteriores de adventistas han descuidado la tarea de continuar el crecimiento teológico indispensable para la unidad y la misión global de la iglesia adventista. Debido al descuido del proyecto teológico inicial y a la intrusión de ideas tomadas de la tradición evangélica, la teología adventista se encuentra actualmente en un estado de fragmentación y carente de un crecimiento saludable y consecuente. Sus disciplinas teológicas están desconectadas entre sí, incluso de la vida y de la misión de la iglesia. Los adventistas actuales necesitan urgentemente completar el proyecto teológico de los pioneros para salvaguardar la unidad y la misión de la iglesia adventista.

27 may 2013


En este artículo, el autor presenta continúa tratando la visión profética de la Educación Adventista.


En el siguiente artículo, el autor presenta la visión profética de la Educación Adventista. Fiel a su estilo, el Dr. Knight demuestra cómo nuestro Sistema educativo ha estado perdiendo su relevancia.

14 may 2013


El sellamiento y el fuerte pregón


Michael Orellana Méndez

Introducción

¿Se puede descubrir lo que significa el sello de Dios en Apocalipsis 7? Es un desafío muy grande y requiere la máxima atención a las diversas porciones de las Escrituras que guardan relación con este tema.

El sellamiento

El sellamiento no es una figura totalmente nueva en las Escrituras. Su verdad recorre el texto bíblico, desde el inicio hasta el final. De hecho, se dice del mismo Abraham que éste fue sellado por la circuncisión (Ro 4:11).[1] Por lo tanto, es necesario recordar lo que la Escritura enseña sobre el sellamiento a lo largo de la historia de la salvación y de esa manera estar en condiciones de interpretar correctamente lo que Apocalipsis intenta describir.
Justamente, antes del éxodo se necesitó una distinción especial para el pueblo de Dios. Dentro de las especificaciones de la pascua se le pidió al pueblo de Israel que pintara el dintel de sus puertas con la sangre del Cordero (Éx 12:7). Esta señal sirvió para distinguir al israelita de quien no lo era. Todo primogénito de la casa que no tenía esta marca simplemente murió durante la noche de la décima plaga sobre Egipto. En este hecho, podemos observar que el sellamiento tiene el propósito de distinguir al pueblo de Dios justamente antes del castigo divino sobre los paganos.
Entre todas las imágenes relacionadas con el sellamiento en el Antiguo Testamento, ninguna es tan cercana al Apocalipsis, tanto en género como en contenido, como la visión que Ezequiel tiene acerca del escribano (Ez 9). Esta visión muestra que, justamente antes de la destrucción de Jerusalén, un varón vestido de lino quien llevaba en su cintura un tintero de escribano colocó una señal en la frente de los justos.[2] Esto se hace nuevamente, para diferenciar al justo del injusto, y para que los castigos no afecten igualmente a los dos.
Por otro lado, si estudiamos la palabra griega traducida por sello (sfragis)[3] descubriremos que todos sus usos en el Nuevo Testamento caen en la metonimia. Es decir, esta palabra alude a otra con un significado fuera del literal. De tal manera, que cuando el apóstol Pablo escribe “sello” lo hace para describir realidades espirituales como la certificación, marcación y verificación del verdadero cristianismo o incluso de su apostolado (1 Co 9:2; 2 Ti 2:19). Esto rememora la costumbre de sellar los documentos antiguos con símbolos de la autoridad del emisor. Esto se hacía para evitar suspicacias de todo tipo y, por lo cual, las marcas inconfundibles eran vitales ¡Incluso la tumba de Jesucristo fue sellada![4] A través del sello se asegura la veracidad y origen de un documento. Además, este sellamiento asegura la protección del objeto sellado, la inaccesibilidad a él y su pertenencia.[5] Este hecho es ilustrado ampliamente por los sellos encontrados en las excavaciones arqueológicas en Asiria[6] y en el propio Israel.[7]
Adicionalmente, el apóstol Pablo se refiere al sellamiento en términos sacerdotales cuando lo equipara con la unción del Espíritu Santo (2 Co 1:22; Ef 1:13; 4:30). De acuerdo con lo que él escribió, solamente el Espíritu Santo puede producir este sello en la vida del creyente. La cita de Pablo es simplemente una nueva presentación del ungimiento que era practicado en el sistema sacerdotal del Antiguo Testamento. Dentro de este sistema, ningún sacerdote podía ministrar sin recibir primeramente la unción (Lv 8:12; Éx 40:9-11). Ni siquiera el santuario podía funcionar como tal sin ella (Éx 40:13-15). De tal manera, el ungimiento llegó a ser la demarcación territorial de lo que le pertenece a Dios y está consagrado a él. A fin de cuentas, sólo Dios puede aprobar o desaprobar a quien quiere (Ro 9:16).
Sin embargo, existe un énfasis adicional dentro de las profecías apocalípticas. Pues este sellamiento ocurre poco antes de que sean desatados los vientos impetuosos del océano (Ap 7:1-4). En primer lugar, recordemos que este sello lo tiene un ángel que sube desde donde nace el sol. Para la mayoría de estudiosos, ésta es una referencia directa a Cristo.[8] En segundo lugar, quienes reciben este sello son los miembros del célebre grupo de los 144 000. Estos mismos aparecen nuevamente de pie sobre el monte Sión junto al Cordero (Ap 14:1). Es evidente que para entonces se encuentran victoriosos y gozosos de experimentar algo semejante a lo que Moisés experimentó cuando cruzó el mar rojo (Ap 14:3; 15:3). Obviamente, su experiencia es aún mayor.
Una característica esencial de este grupo es que en sus frentes estarán escritos los nombres del Cordero y de su Padre (Ap 14:1). Esto alude exactamente lo que ocurría con el sumo sacerdote cuando llevaba las palabras “santidad a Jehová” (heb. qodesh laYehwah), escritas en una placa de oro sobre su mitra. De esta manera, queda explicado aún más el sentido de este sello como un retrato de la impresión del carácter Divino en la vida del hombre.[9] En resumen, el sello es el trazado hecho por el Espíritu Santo en la vida del creyente y que consiste en la santidad del carácter.[10] Por otro lado, Apocalipsis coloca a los sellados en posición antagónica con los que han recibido la marca de la bestia (Ap 15:3). Estos últimos también recibieron una marca pero de confección enfáticamente humana (Ap 13:18).[11] Si comparamos ambas cosas, el sello del capítulo siete de Apocalipsis tendría además un carácter definidamente específico. El tal apuntaría a la santidad del carácter, pero reflejada de un modo muy particular en el guardar del cuarto mandamiento de la ley de Dios (Ez 20:20; Ex 20:8).[12]
Debido a que la señalización de los israelitas ocurrió justamente antes de que el ángel destructor pasara por Egipto (Ex 12:13) y esto mismo volvió a suceder en ocasión de la destrucción de Jerusalén (Ez 9:6), se puede esperar que el sellamiento descrito en Apocalipsis 7 ocurrirá antes de las plagas. Es necesario saber quién tiene el sello de Dios y quién tiene la marca de la Bestia justo antes de la primera plaga (Ap 16:2). Este sellamiento, una obra del Espíritu Santo, se está realizando a lo largo del mensaje de los tres ángeles.[13]
Este evangelio eterno predicado por los tres ángeles tiene un efecto creciente similar al de la semilla de mostaza (Mt 13:31-32). Esta semilla, aunque pequeña, empieza a crecer mucho de manera imperceptible. La misma realidad es graficada en Proverbios 4:18 cuando se afirma que “…la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto”. Pues bien, el sellamiento sobre los hijos de Israel, el remanente espiritual, se va acrecentando a tal punto que en los símbolos apocalípticos se materializa el cumplimiento de las profecías clásicas referentes a la restauración de Israel y de esa manera alcanzan su clímax en la disposición de un Israel espiritual plenamente restaurado con sus doce tribus completamente selladas.[14] El sellamiento se realiza mientras el mensaje de los tres ángeles es proclamado por todo el mundo, a cada tribu, lengua y nación. Cuando esto se termine, la restauración plena del Israel espiritual estará lista y solo faltará la caída de las plagas antes de entrar en la Canaán celestial para la posesión de las promesas recibidas.
Cabe preguntar entonces. ¿Existe algo que podamos hacer para recibir el sello de Dios? El mismo mensaje de los tres ángeles responde: “¡Temed a Dios y dadle gloria! ¡Adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra!” (Ap 14:7). El mensaje no podía ser más claro. La única manera de recibir ese sellamiento es hacer la parte que nos toca, la cual está explícita en este mensaje.

El fuerte pregón

El ángel que Juan ve no es totalmente diferente de los otros que ya vio (Ap 18:1). La palabra “allon”, traducida como “otro”, significa “algo que es del mismo tipo que lo anterior”.[15]
Es decir, el ángel de Apocalipsis 18 no es algo así como un cuarto ángel o un ser totalmente diferente con un mensaje controvertidamente distinto. En realidad, se trata del mismo mensaje del segundo ángel (14:8), pero amplificado.[16] Es muy importante distinguir esa semejanza para no construir la falsa teoría de un nuevo remanente dentro del remanente.

Comparación entre el mensaje del segundo ángel con el otro ángel de Apocalipsis 18:1
Mensaje del segundo ángel de Ap 14:8
Mensaje del ángel de Ap 18
¡Ha caído, ha caído Babilonia!
¡Ha caído, ha caído Babilonia!
¡Se ha hecho habitación de demonios!
¡Salid de ella, pueblo mío!
¡Sus pecados han llegado hasta el cielo!
¡En una hora vino tu juicio!
¡En ella se halló la sangre de los profetas y de los santos!

En la comparación de estos dos mensajes se puede percibir la amplificación de su contenido. Los elementos adicionales se encuentran en el contexto de juicio. Babilonia ha sido juzgada. Sus pecados han sido descubiertos y el cielo está emitiendo sentencia. El mensaje de Apocalipsis 14 es intensificado en el capítulo 18. Entonces, lo que tenemos aquí no es un cuarto ángel sino una explicación con más detalle del segundo.
Este aspecto es descrito por el hecho de que “la tierra fue alumbrada con su gloria”. Esta iluminación es inherente a la misma gloria (do,xa) que puede ser traducida como “esplendor” o “brillo”.[17] Es importante recordar que la iluminación de todo hombre fue siempre el propósito del plan de salvación. Tal como lo expresa el evangelio de Juan: “Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo” (Jn 1:9). Los propósitos misioneros de Cristo se logran justamente cuando este ángel ilumina el mundo entero con su luz. Esto no significa obviamente que todo el mundo responda a su llamado. De hecho, lo hombres suelen rehuir la luz verdadera porque aman más las tinieblas (Jn 3:19-20).
Es importante leer el capítulo 18 a la luz del capítulo 17.[18] ¿Por qué? Porque el proceso de la caída de Babilonia ocurre justamente en el tiempo de la sexta cabeza de la bestia escarlata (Ap 17:10)[19] y porque la destrucción de Babilonia (cap. 18) es la contraparte del triunfo del Cordero (cap. 17).[20] No es el propósito de este artículo discurrir la identificación de cada una de estas cabezas; sin embargo, es esencial recordar que esta sexta cabeza señala el tiempo cuando justamente no está en acción el poder pleno de la Bestia. El mismo apóstol lo afirma al escribir que “La bestia que has visto, era, y no es y está para subir del abismo” (Ap 17:8). El único contexto posible lo encontramos en el capítulo 13 cuando la bestia empieza a sanar de su herida mortal. Esto es lo que ocurrirá cuando la Bestia esté por generar una resurrección de su poder en su propia imagen. Es entonces cuando se cumplirá plenamente la iluminación del mundo por parte de este poderoso ángel (Ap 18:1). Dicho en términos más sencillos, cuando el papado esté a punto de recuperar su posesión de poder total a través de las iglesias protestantes apóstatas, entonces ocurrirá el fuerte pregón que inundará la tierra del conocimiento de Dios tal como las aguas cubren el mar (Hab 2:14).

Conclusión

El sellamiento es la impresión del carácter divino en el remanente que aún queda y que sólo el Espíritu Santo puede realizar. Este sellamiento se realiza a lo largo del mensaje de los tres ángeles, pero de una manera muchísimo más notoria al inicio del fuerte pregón, cuando los que reciban el sello de Dios tendrán pleno poder para terminar la predicación del evangelio.[21] El aspecto visible de esta inscripción es el guardar el sábado como cuarto mandamiento de la ley divina. La obediencia a esta ley diferencia automáticamente a los sellados por Dios de los esclavos de la Babilonia Mística. Queda al remanente fiel seguir divulgando su mensaje y obedecer para disfrutar de las bendiciones que implica estar sellado por el Espíritu Santo.

Publicado en la Revista de Teología Estrategias 6, no. 2 (2009): 87-94.


[1]La palabra utilizada para sello es sfragi,j.
[2]Estos justos son descritos como israelitas que claman por todas las abominaciones que se cometían en Jerusalén (Ez 9:4). Esta visión no tiene referencias a un futuro escatológico. Sin embargo, su naturaleza es muy similar a la contenida en Apocalipsis 7. Para comentarios adicionales ver Francis D. Nichol, ed., Comentario bíblico adventista del séptimo día, trads. Ampuero Matta y Nancy Vhymeister (Miami: Publicaciones Interamericanas, 1990), 4:637.
[3]Timothy Friberg, Bárbara Friberg y Neva F. Miller, “σφραγίς”, Analytical Lexicon of the Greek New Testament, CD-ROM, Biblioteca Digital Libronix 3.0c (Grand Rapids: Baker Books, 2000). En adelante ALGNT.
[4]Nichol, 4:541.
[5]Eldon Woodcock, “The Seal of the Holy Spirit”, Bibliotheca Sacra 155 (1998): 140-7.
[6]Pauline Albenda, “Of Gods, Men and Monsters on Assyrian Seals”, Biblical Archaeologist 41, no 1-4 (1997): 15-20.
[7]El sello de esta ilustración contiene las palabras “Perteneciente a Shema… sirviente de Jeroboam”. Este Jeroboam es, probablemente, Jeroboam I quien gobernó justamente después de la división del reino del norte y el reino del sur. De ser así, la figura del león representaba tanto a Israel como a Judá. Associates for Biblical Research, “Our Cover”, Bible and Spade 1, no 1 (1972): 2.
[8]Hans K. La Rondelle, Las profecías del fin (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1999), 157.
[9]Siempre fue el propósito de la Deidad que el hombre llevase en sí mismo su propia imagen. Las palabras hebreas “imagen” (~l,c), y “figura”(tWmD>) de Génesis 1:26 hacen hincapié en esto.
[10]Carlos A. Steger, “O que significa `Viver sem intercessor”, en O Futuro: A visão adventista dos últimos acontecimentos, Alberto R. Timm, Amin A. Rodor y Vanderlei Dorneles, eds. (Sao Paulo: Casa Publicadora Brasileira, 2004), 208. En adelante OF.
[11]El mismo Apocalipsis aclara que el número es de hombre y que se repite tres veces. La repetición triple no es otra cosa sino una burlesca imitación del trisagio del libro de Isaías (Is 6:3). En concordancia con esto, el mismo apóstol Pablo identifica a la entidad emisora de este falso sello como “el hombre de pecado” (1 Ts 2:3-4).
[12]El mensaje de este remanente (Ap 14:7-9) tiene una relación directa con su sellamiento (Ap 15:2-3). Si el remanente reclama adoración verdadera (sábado) y luego logra ser vencedor sobre la marca de la bestia; esto indica que ambas cosas están antitéticamente conectadas.
[13]“Se denomina sellamiento a un proceso espiritual, invisible para los ojos humanos, que se halla en marcha y que finalizará bien pronto, al fin del tiempo de gracia” (énfasis añadido). Fernando Chaij, Preparación para la crisis final (California: Pacific Press, 1966), 45.
[14]Es imposible interpretar las doce tribus de Israel como literales siendo que once de ellas se perdieron después de la caída de Samaria el año 722 a.C. En los propios días de Ezequiel la restauración de las doce tribus de Israel solo podían tener un cumplimiento no estrictamente literal (Ez 48:2; 7:23-29).
[15]alloj denota otra cosa del mismo tipo. Esto contrasta grandemente con τερος que conlleva la idea de algo totalmente diferente. T. Friberg, Friberg y Miller, “alloj”, ALGNT, 44.
[16]Gerhard Pfandl, “A Escatologia de Ellen G. White”, OF, 314.
[17]Friberg, Barbara y Miller, “do,xa”, ALGNT, 119.
[18]LaRondelle, 428.
[19]Antolín Diestre Gil, El sentido de la historia y la palabra profética (Barcelona: CLIE, 1995), 2: 535.
[20]Ekkerhardt Müeller, “Insight into the Christology of the Book of Revelation”, en Cristología, Heber Pinheiro, et. al (Cochabamba, Bolivia: Universidad Adventista de Bolivia, 2009), 106.
[21]Norman Gulley, “O ´outor` segundo advento”, OF, 217.

13 may 2013


El conflicto entre el sábado y el domingo en Apocalipsis 13- Parte I


Miguel Ángel Salomón

Introducción

El tiempo en el cual vivimos reclama de manera urgente el conocimiento de los eventos escatológicos, de manera especial, aquellos contenidos en los libros proféticos de Daniel y Apocalipsis. Como adventistas del séptimo día, nos interesa en sobremanera entender las profecías concernientes al conflicto de Cristo contra Satanás, y donde la imposición obligatoria del domingo como día de reposo para todos los habitantes de la tierra, será la crisis que desatará la persecución y la muerte para los observadores del verdadero día de reposo, el sábado bíblico. Además, interesa conocer cuán cercano está ese tiempo para estar mejor preparados.

El surgimiento de las dos bestias de Apocalipsis 13

La profecía más clara sobre la imposición del día domingo, día de reposo a la humanidad, se encuentra en el capítulo 13 de Apocalipsis, en el cual se presenta la visión de dos bestias. Este capítulo está dividido en dos grandes secciones. La primera se refiere específicamente a las características físicas, el surgimiento, el tiempo de actuación y la obra de la primera bestia (13:1-10). La segunda corresponde a la aparición de la segunda bestia (13:11-18), con sus características propias y sus acciones contra los leales y fieles hijos de Dios.
El capítulo 13 de Apocalipsis contiene elementos históricos y escatológicos, y corresponde a la sección intermedia del libro (Caps. 12-14). Al estudiar el Apocalipsis se comprueba que los capítulos 1 al 11 corresponden a la sección histórica, mientras que a partir del capítulo 12se inicia la sección escatológica; sin embargo, al analizar el contenido desde la perspectiva del siglo XXI, vemos que allí hay elementos históricos y escatológicos.
El contexto del Apocalipsis 13, es el capítulo 12, donde de manera clara se presenta la lucha milenaria entre Cristo y Satanás con características cósmicas,[1] y se considera el capítulo 13 una amplificación del capítulo precedente.[2] Es el conflicto del Dragón (Satanás, ver Ap 12:9) contra la mujer, y luego del mismo Dragón contra el resto de la descendencia de la mujer, el remanente de Apocalipsis 12:17. Luego, el capítulo 14 es la siguiente parte del contexto. Los eventos mencionados se inician con el canto de victoria de los 144 000 (14:1-5), la misión del remanente (el mensaje de los tres ángeles, 14:6-12), y la siega final de la tierra por el Hijo del Hombre (14:13-20).[3]
Al analizar la primera sección del capítulo 13:1-10, encontramos estos detalles resaltantes concernientes a la primera bestia: a) surge del mar; es decir, lugar simbólico donde hay muchedumbre de gente (Ap 17:15); b) tiene características físicas similares a las bestias observadas por el profeta Daniel en el capítulo 7:2-8; c) recibe el poder y la autoridad del dragón; es decir, es un instrumento terrestre del enemigo de Cristo; d) una de sus cabezas recibe una herida de muerte que es curada. Se refiere indudablemente a la interrupción del poder temporal del papado, infringido por el general Alexandre Berthier, a órdenes de Napoleón en 1798; e) esa herida mortal fue sanada y la tierra quedó maravillada por ese hecho asombroso y la adoraron; f) actuó durante 42 meses, persiguiendo y venciendo a los santos, y profiriendo blasfemias contra Dios.
Este período corresponde a la supremacía papal o poder temporal del papado que se inicia el 538 d. C. y llega hasta 1798 d. C., o sea el período correspondiente a los 1260 años, señalado por el profeta Daniel (Ver Dn 7:25).
El esquema que se presenta a continuación, muestra la estrecha conexión y correspondencia entre Apocalipsis 13 y Daniel 7 y la identificación de la primera bestia:[4]

Cuerno Pequeño
Bestia que sube del mar
1. Tenía “una boca que hablaba con insolencia” (Dn 7:8).
1. “También se le dio boca que hablaba arrogancias y blasfemias” (Ap 13:5).
2. “Y hablará palabras contra el Altísimo” (Dn 7:25).
2. “Y abrió su boca para blasfemar contra Dios” (Ap 13:6).
3. “Miraba a causa del sonido de las grandes insolencias que hablaba el cuerno…” (Dn 7:11)
3. “Y sobre sus cabezas nombres de blasfemias” (Ap 13:1-2)
4. “Y veía yo que este cuerno hacía guerra contra los santos y los vencía” (Dn 7:21).
4. “Se le permitió hacer guerra los santos, y vencerlos” (Ap 13:7).
5. “Y serán entregados en sus manos hasta tiempo, tiempos y medio tiempo” (Dn 7:25).
5. “… y se le dio autoridad para actuar por cuarenta y dos meses” (Ap 13:5).
6. “Este mismo cuerno… parecía más grande que sus compañeros” (Dn 7:20).
6. “También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación” (Ap 13:7).
7. “Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio, para que sea destruido y arruinado hasta el fin” (Dn 7:26).
7. “Si alguno lleva en cautividad, a cautividad irá. Si alguno mata a espada, a espada será muerto” (Ap 13:10).

Es evidente que la primera bestia de Apocalipsis 13 tiene su exacta correspondencia con el cuerno pequeño de Daniel 7; es decir, comparte no sólo las características físicas de los anteriores reinos, sino sus acciones y el tiempo de actuación calzan perfectamente. El blanco de su ataque son los hijos de Dios, y su final, será la destrucción para siempre. Ahora nos toca identificar a la segunda bestia.

La segunda bestia y la imposición del domingo como día de reposo

La segunda bestia de Apocalipsis 13:11-18, así como la primera, tiene características físicas especiales, surge en un tiempo determinado y realiza acciones sobrenaturales, como puede verse a continuación: a) esta bestia surge de la tierra y no del mar, en contraste con la primera; b) tiene dos cuernos semejantes a los de un cordero y tiene un lenguaje como de dragón (13:11); c) actúa con la autoridad de la primera bestia, y hace que los habitantes de la tierra la adoren (13:12); d) realiza “grandes señales”, hace “descender fuego del cielo”, con las cuales engaña a los seres humanos (13:14); e) con las mismas señales, permite que se le “haga una imagen de la bestia”, de tal manera que se llegue a asesinar a quien no estuviese dispuesto a adorarla (13:14,15); f) hace que a todos los habitantes de la tierra se le coloque una “marca” en la mano derecha o en la frente, y que quien no tuviese esa marca, o el nombre de la bestia o el número de su nombre, no pueda comprar ni vender (13:16, 17).
La identificación de esta segunda bestia con los Estados Unidos de Norteamérica, corresponde en forma unánime a los teólogos adventistas.[5] Esta identificación es posible gracias al análisis del mismo texto y su respectivo contexto,[6] donde, en primer lugar, se señala la región geográfica del surgimiento: “la tierra”; es decir, un lugar despoblado (ver el contraste con la primera bestia). En segundo lugar, en relación con el tiempo del surgimiento, esta segunda bestia tendría que surgir después que “la herida de muerte fue sanada”, o sea, en un tiempo posterior a 1798. De igual manera, su relación con las características de la primera bestia; el texto indica que esta bestia también “habla como dragón”; y finalmente, lo que más interesa en este artículo, es la identificación de la “marca de la bestia”. Esta marca es utilizada en total contraste con “el sello de Dios”, para identificar quiénes son leales a Dios y quiénes son leales al poder enemigo. Quienes tienen el sello de Dios son leales al Creador y sus mandamientos, y manifiestan obediencia voluntaria, mientras que los que reciben la marca de la bestia son privados de sus derechos civiles, sometidos a una especie de chantaje. Los primeros están dispuestos a ir a la muerte, con tal de mantener la lealtad al Creador.[7] Como indica el teólogo Hans K. LaRondelle, “En un nivel más profundo, ambas señales representan el carácter que corresponden con la mente de Cristo o la del anticristo”.[8]
Las acciones específicas de la segunda bestia, a partir del versículo 12 en adelante, pertenecen a los eventos escatológicos cuyo cumplimiento es inminente. Para identificarlos, lo más apropiado es ver cómo Elena de White los ha hecho conocer.
¿Cómo los Estados Unidos de América harán una imagen de la bestia? La respuesta es la siguiente:

Cuando las iglesias principales de los Estados Unidos, uniéndose en puntos comunes de doctrina, influyan sobre el estado para que imponga los decretos y las instituciones de ellas, entonces la América protestante habrá formado una imagen de la jerarquía romana, y la aplicación de penas civiles contra los disidentes vendrá de por sí sola.[9]

En cuanto a la marca impuesta por la imagen de la bestia, leemos: “El rasgo más característico de la bestia, y por lo tanto de la imagen, es la violación a los mandamientos de Dios”.[10]
Elena G. de White añade: “de aquí que la imposición de la observancia del domingo en los Estados Unidos equivaldría a imponer la adoración de la bestia y de su imagen”.[11]
¿Qué es la marca de la bestia?

La señal o sello de Dios se revela en la observancia del séptimo día, monumento recordativo de la creación por el Señor… La marca de la bestia es lo opuesto a esto: la observancia del primer día de la semana. Esta marca distingue a los que reconocen la supremacía de la autoridad papal de aquellos que reconocen la autoridad de Dios.[12]

¿Cuándo se recibirá la marca de la bestia?

Y sólo cuando la cuestión haya sido expuesta así a las claras ante los hombres, y ellos hayan sido llamados a escoger entre los mandamientos de Dios y los mandamientos de los hombres, será cuando los que perseveren en la transgresión recibirán “la marca de la bestia.[13]

¿Qué pasará con quienes rehúsen aceptar la marca de la bestia?

Todos los que se nieguen a someterse serán castigados por la autoridad civil, y finalmente se decretará que son dignos de muerte. Por otra parte, la ley de Dios que impone el día de reposo del Creador exige obediencia y amenaza con la ira de Dios a los que violen sus preceptos.[14]

Como alternativa, ¿Qué debería hacerse el día domingo?

Elena de White responde:

Consagrar el domingo al trabajo misionero es arrancar el látigo de las manos de los fanáticos arbitrarios, cuyo placer sería humillar a los adventistas del séptimo día… Cuando el mundo, impulsado por una fuerza infernal, quiera hacer obligatoria la observancia del domingo, los adventistas del séptimo día, deberían dar prueba de sabiduría, abstenerse de hacer trabajos comunes en domingo y dedicar ese día al trabajo misionero.[15]

¿Qué harán los fieles hijos de Dios frente al decreto y la imposición del domingo? En primer lugar, el consejo es abandonar las grandes y luego las pequeñas ciudades.

Así como el sitio de Jerusalén por los ejércitos romanos fue la señal para que huyesen los cristianos de Judea, así la asunción de poder por parte de nuestra nación (los Estados Unidos), con el decreto que imponga el día de descanso papal, será para nosotros una amonestación. Entonces será tiempo de abandonar las grandes ciudades y prepararnos para las menores en busca de hogares retraídos en lugares apartados entre las montañas.[16]

Finalmente, cuando todos los poderes del mundo, bajo el dominio del enemigo, determinen eliminar a quienes permanecen leales y obedientes a Dios, contra ellos se decretará la muerte, y una noche será escogida para darle cumplimiento, esto se hará cuando el tiempo de gracia haya finalizado.[17]
Sin embargo, pese a todos los esfuerzos del enemigo, Dios estará con su pueblo y proveerá para sus necesidades. “Vi a los santos abandonar las ciudades y los pueblos juntarse en grupos para vivir en los lugares más apartados. Los ángeles les proveían de comida y agua, mientras los impíos sufrían hambre y sed”.[18]

Conclusión

En la lucha milenaria entre el bien y el mal, el enemigo ha utilizado y utilizará poderes políticos para destruir a los fieles hijos de Dios. Este conflicto muy pronto tendrá su desenlace con características mundiales, cuando la imposición del día domingo se haga obligatorio, bajo la unión del poder religioso con el civil, iniciado primeramente en los Estados Unidos de América.
La imposición del día domingo como día de reposo, en voz del sábado, día de reposo bíblico, según el cuarto mandamiento (Ex 20:8-11), será el elemento desencadenante en este conflicto. En efecto, los seres humanos aceptarán la “marca de la bestia” (obligación para reposar el día domingo), o respetar el sábado como el sello de Dios, señal de lealtad y obediencia al Creador. Sin duda, esta elección tendrá consecuencias eternas. Gracias a la Biblia y los escritos de la Sra. Elena de White, Dios nos ha dado las indicaciones precisas para enfrentar aquellos momentos de crisis.
Mientras tanto, mantengamos nuestra seguridad y confianza en el seguro triunfo del remanente del tiempo del fin: “Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia e imagen, y su marca y el número de su nombre en pie sobre el mar de vidrio con las arpas de Dios. Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero” (Ap 15:2, 3).

Publicado en la Revista de Teología Estrategias 6, no. 2 (2009): 21-28.


[1]Mario Veloso, Apocalipsis y el fin del mundo (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1999), 155, 156.
[2]Hans K. LaRondelle, Las profecías del fin, trad. David Gullón (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1999), 298.
[3]Veloso, 172.
[4]L. R. Conradi, Los videntes y lo porvenir (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, s.f.), 559.
[5]Entre ellos Pablo Millanao, “Apocalipsis 17: 9-11: Una visión de las siete cabezas bestiales y la mujer ramera”, Advenimiento 3.1 (2006): 72-90.
[6]LaRondelle, 310, 311.
[7]Ibíd., 315, 316.
[8]Ibíd., 315.
[9]Elena G. de White, El gran conflicto (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1987), 498.
[10]Ibíd., 499.
[11]Ibíd., 502.
[12]Elena G. de White, Joyas de los testimonios (Mountain View, CA: Publicaciones Interamericanas, 1961), 3:232.
[13]Elena G. de White, Joyas de los testimonios, 3:232.
[14]Elena G. de White, El gran conflicto, 662.
[15]Ibíd., Joyas de los testimonios, 3: 395.
[16]Elena de White, Joyas de los testimonios, 2: 165, 166.
[17]Ver, Elena G. de White, El gran conflicto, 662, 693; Ibíd., Joyas de los testimonios, 1:131; Ibíd., Profetas y reyes (Mountain View, CA: Publicaciones Interamericanas, 1961), 376.
[18]Ibíd., Primeros escritos (Mountain View, CA: Publicaciones Interamericanas, 1961), 282.